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Para cortar el hipo

Técnicamente hablando, el hipo se define como una serie de contracciones espasmódicas, súbitas e involuntarias de la musculatura inspiratoria, principalmente el diafragma, seguidas de un cierre brusco de la glotis, lo que origina un sonido peculiar y característico. Se los dije, hip, hip.. TEXTO. NÉSTOR FENOGLIO. DIBUJO. LUIS DLUGOSZEWSKI.

Si ni siquiera los médicos se ponen de acuerdo sobre qué corno es el hipo, cómo se produce o cómo tratarlo en caso de que sea recurrente, ¿qué pueden pretender de nosotros, meros mortales, como no sea un somero repaso de los remedios caseros para cortarlo?

El más popular, inocente y para mí inservible de esos “remedios” es el susto. Aseguran los que saben que la súbita aparición de un familiar y el consiguiente buhhh! puede cortar el hipo. En mi caso, ni la corporización de doña Marcia (cuya presencia por sí sola corta la respiración y todos suponemos que el hipo en ese contexto es “nada” para ella), ni la presencia del tío Lucas (feo vocacional y también diplomado) pueden cortarme el hipo. En cambio el tarifazo de la EPE de principio de año me aseguró la ausencia de hipo por todo el año, aunque sé que para otros no funcionó: no se trataba de un susto sino más bien de un estado de pánico.

Otra forma extendida de “tratamiento” es la ingesta de líquido, “sólidamente” (valga la contradicción) consolidada en el saber popular. Por ejemplo, te dicen, hay que tomar siete tragos consecutivos de agua sin respirar. Yo siempre fui torpe y coordinar todo eso nunca me resultó fácil. La concentración inhibe naturalmente al diafragma y me olvido del hipo. Y si no, tragás agua, tosés, te bronco aspirás y en consecuencia estás más preocupado en no ahogarte que en el hipo. Si sobrevivís, es hasta simpático celebrarlo con un gracioso ¡hip!

Casi todo tiene explicación racional (y casi todo tiene explicación irracional, también): se trata de una apnea forzada que puede aumentar la concentración arterial de dióxido de carbono, lo que -se ha comprobado- inhibe el hipo. Te lo dije, te lo dije. La palabra apnea suena importante siempre aunque aluda a alguna forma de comezón...

Lo que no tiene explicación racional es que te estampen un hilo mojado con saliva en la frente, como sucede en muchas partes de nuestro norte. A la Chunga, por ejemplo, una santiagueña hecha y derecha (hecha bolsa y derecha, a veces: el laburo, las hijas y el esposo la entregan “torcida”), la mamá, la nona y la tía le mandaban esas chanchadas pegajosas que, cuando eran sucesivas o simultáneas, directamente constituían un artero ataque combinado y una asociación ilícita. Encima tenías que aguantarte con los hilos mojados en la frente sin sacártelos a pesar del asquito. ¿Qué te vas a acordar del hipo con semejante decoración en la cara?

La estimulación vagal (la estimulación de los vagos) también se obtiene, aseguran, tragando pan seco o tostado, hielo picado o azúcar granulada. Todo lo cual estimula la inervación del fondo de la orofaringe, te lo dije de nuevo, ja, así, de una.

Otra forma cruel de curar el hipo es mover violentamente la lengua para todos lados o frotar la úvula (que no es ni una fruta ni tampoco célula femenina alguna: se trata de la popular “campanilla”, esa carnecita blanda que cuelga del paladar) con algo. Lo primero es un poquito pornográfico a la vista. Lo segundo provoca arcadas. Me quedo con el hipo y listo.

Presión digital sobre los globos oculares (su versión grosera es el piquete de ojos), masaje rectal digital (analógico es más jodido todavía) o incluso determinadas aplicaciones de acupuntura, también se cuentan entre las formas más o menos conocidas de cortar el hipo a una persona. Todo ello, sin entrar en el discreto mundo de la farmacopea o la homeopatía. Así nomás, a lo grasa nomás, a la que te criaste...

Y nos vamos yendo nohipmás. Esto se termipna. No da para hipmás. Lo único que siento es que la nota salió un poquito entrecortada y a los saltos. Pero ya va a pasar...

Otra forma extendida de “tratamiento” es la ingesta de líquido, “sólidamente” (valga la contradicción) consolidada en el saber popular. Te dicen, hay que tomar siete tragos consecutivos de agua sin respirar.