CULTURA

El artista de la pólvora

Cai Guo-Qiang ante su obra “Dibujo para Las Huellas de la historia”.

El artista de la pólvora

Los fuegos artificiales de los Juegos Olímpicos de Pekín maravillaron al mundo. Cai Guo-Qiang fue su responsable, y también el primer artista que incorporó la pólvora a las artes plásticas.TEXTOS. PEDRO C. MARTÍN. FOTOS. EFE REPORTAJES.

Cai Guo-Qiang (Quanzhou, 1957) es uno de los artistas chinos más famosos en todo el mundo, seguramente porque sus estadías en Estados Unidos y Japón -atendiendo a su interés por la cultura occidental- lo han convertido en un artista global, famoso por el uso de la pólvora en sus obras, pero también por sus impactantes instalaciones.

Su trabajo como director de Efectos Especiales y Visuales en los pasados Juegos Olímpicos de Pekín fue uno de los más alabados en este evento.

Este trabajo puede verse en los videos que forman parte de la exposición retrospectiva de su obra “Quiero creer”, que presenta hasta el 6 de septiembre de este año el Museo Guggenheim de Bilbao.

La exposición llegó a esa ciudad española después del éxito cosechado tanto en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York -donde fue el espectáculo de arte visual más visitado- como en el Museo Nacional de Arte de China, en Pekín.

El artista chino, que se ha convertido en el primero de esa nacionalidad al que los Museos Guggenheim dedican una retrospectiva en solitario, explicó el uso de la pólvora en sus creaciones, a las que dota de “espontaneidad” y, al margen de la faceta destructiva que tiene asociada, de un punto “impredecible”. Entre más de 50 obras, desde la década de 1980 hasta ahora, un ejemplo espectacular de este trabajo con pólvora es “Dibujo para las huellas de la historia” (2008), una gran obra panorámica de más de 33 metros de longitud, creada para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 2008.

Y es que el artista chino se define como “excesivamente racional”, y por eso ha recurrido desde el inicio de su carrera a la pólvora, por la sensación de “falta de control” que le daba.

El visitante del soberbio edificio de Frank Gehry se encuentra en el atrio de entrada con una de las grandes instalaciones del Cai Guo-Qiang, “Inoportuno”: ocho coches atravesados por hilos de luz, con los que el artista ha querido reflejar los diferentes momentos de un vehículo que va cayendo tras hacer explosión.

En la segunda planta se completa la retrospectiva que resume un lenguaje visual y conceptual distintivo a través de cuatro elementos: dibujos con pólvora, proyectos de explosión, instalaciones y proyectos sociales.

“MEDICINA DE FUEGO”.

Según el comisario de la exposición, Thomas Krens: “Cai Guo-Qiang ha socavado los parámetros de la creación artística aceptados en nuestro tiempo. Oscila con libertad entre la mitología antigua, la historia militar, la cosmología taoísta, las tácticas revolucionarias maoístas, la filosofía budista, la tecnología pirotécnica, la medicina china y los conflictos globales contemporáneos”.

La exposición se inicia con los trabajos del período 1984-1988, cuando el artista desarrolló la metodología y el proceso básicos de sus característicos dibujos con pólvora y explosiones.

La pólvora -en chino, literalmente, “medicina de fuego”- es uno de los inventos chinos más célebres.

Cai Guo-Qiang usa pólvora que esparce en lienzos blancos y sobre óleos en figuras representativas, que dan lugar a otros cuadros más abstractos, debido al impacto de la explosión que deja zonas ennegrecidas y restos de papel carbonizado.

En el apartado de proyectos de explosión, que se agrupan bajo el título de “Destrucción creativa”, se ve el trabajo del artista chino cuando comenzó a aplicar pólvora y mechas con el fin de crear proyectos de explosión para una audiencia pública.

Empleó como marco físico, superficies y estructuras ya existentes. Los primeros proyectos tuvieron una duración de entre uno y quince segundos. Desde entonces, la práctica de Cai ha evolucionado de manera espectacular: ahora produce proyectos de explosión aérea que, con frecuencia, se desarrollan en colaboración con pirotécnicos profesionales.

Los proyectos de explosión de Cai se realizan a menudo por encargo de museos, bienales de arte o agencias nacionales e internacionales.

INSTALACIONES DE ÉXITO

En el apartado de “Instalaciones”, la exposición del Gugenheim Bilbao agrupa la obras en las que el artista recupera y reelabora signos y símbolos de la cultura china, y ponen de manifiesto de una manera brillante la dialéctica entre la historia local y la globalización.

Entre estas instalaciones cabe destacar alguna de las que le han producido más reconocimiento internacional, como “Reflexión-Un regalo de Iwaki” (2004), en la que los restos de un barco naufragado se convierten en receptáculo para varias toneladas de cerámica blanca, procedente de miles de platos rotos.

También “Patio de la recaudación de la renta de Bilbao”, con esculturas de arcillas que se están creando mientras es visitada, por parte de artesanos chinos a los que ha invitado, junto a alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco.

“De Frente” es otra de las instalaciones que sorprende al visitante: una especie de retablo en el que 99 réplicas de lobos a tamaño real corren desaforados hacia -y contra- una pared transparente de cristal.

La retrospectiva se completa con los denominados “proyectos sociales”, a través de los que intenta lograr que los visitantes interactúen, con un compromiso de movilización social y un trasfondo de crítica política.

ENTRELÍNEAS

“Cai Guo-Qiang ha socavado los parámetros de la creación artística aceptados en nuestro tiempo. Oscila con libertad entre la mitología antigua, la historia militar, la cosmología taoísta, las tácticas revolucionarias maoístas, la filosofía budista, la tecnología pirotécnica, la medicina china y los conflictos globales contemporáneos”.

Thomas Krens, comisario de la exposición “Quiero creer”

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Instalación del artista titulada “Reflexión - Un regalo de Iwaki”.

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Proyecto de fuegos artificiales para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos Beijing 2008.

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Cai Guo-Qiang posa ante una de las esculturas de su obra.

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Aspecto de la instalación “De Frente”, de Cai Guo-Qiang, que puede verse en el Museo Gugenheim Bilbao.