Tras 15 años de democracia

Sudáfrica: persiste la gran desigualdad

Quince años después del fin del régimen segregacionista del apartheid, la población de Sudáfrica acude el próximo día 22 a votar en las cuartas elecciones democráticas de un país que, pese a gozar de estabilidad política, tiene graves problemas de pobreza y desigualdad social.

Las diferencias entre la clase media de Sudáfrica y la clase obrera son más que evidentes en las calles de Johannesburgo, la capital financiera del país. El lujoso barrio de Sandton, atestado de suntuosos coches y extravagantes residencias, dista en gran medida de las condiciones de vida de cientos de miles de habitantes de los innumerables guetos de la ciudad, muchos de los cuales no disponen de agua corriente ni de electricidad.

En su primer informe sobre la economía sudafricana, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económica (Ocde) indicó que el problema de la pobreza y sus manifestaciones, el desempleo y el déficit educativo, son las mayores amenazas al desarrollo económico de Sudáfrica. “A pesar de que la estructura de la economía ha cambiado de manera muy importante, existen notables debilidades en Sudáfrica como el desempleo, la desigualdad y la pobreza”, declaró el secretario de la Ocde, José Angel Gurría, durante la presentación del informe, a la que asistió el ministro de Economía, Trevor Manuel.

El desempleo afecta a más del 50 % de los menores de 24 años, afirmó Gurría, quien recalcó que “se precisa una población más educada para que se beneficie de más posibilidades de empleo”.