Indicadores agrícolas

El trigo es incertidumbre

La intención de siembra puede ser una de las más bajas de la historia. Su magnitud está afectada por la incertidumbre política, económica y climática. De no cambiar algunas de las condiciones, la próxima campaña podría registrar un nuevo récord en la superficie sojera.

Pablo Adreani

Pensemos en un instante que estamos en un país normal, donde el gobierno incentiva a los productores para que siembren y produzcan más; las empresas de insumos se preparan para enfrentar un año de fuerte expansión de la superficie agrícola; los transportistas preparan sus camiones para enfrentar mayores volúmenes de cosecha; los productores sólo tienen que preocuparse por definir una correcta fecha de siembra, una buena variedad de trigo, la estación de servicio se prepara para abastecer de gasoil a las máquinas agrícolas; los contratistas engrasan sus sembradoras para comenzar una nueva campaña de siembra; y los pueblos del interior están pendiente de las lluvias ya que su arribo significan dinero para motorizar la actividad.

En el fondo, en cada campaña renace la esperanza de lograr el mejor cultivo y obtener el mayor rendimiento de su historia.

La realidad local

La producción agrícola es esperanza continua y se mueve inicialmente por expectativas, y esto es lo que esta sucediendo hoy en nuestro país.

El productor no tiene esperanzas pues el Gobierno genera expectativas negativas. Son muy pocos los casos en la historia del mundo en los que un Gobierno en lugar de generar esperanza, bienestar, expectativas positivas, genera frustración, desazón y tristeza.

Y ahora nos toca volver a la realidad, a la Argentina de hoy; si bien en otros años nuestro país supo dar certidumbre y generar expectativas a los sectores económicos.

¿Qué podemos esperar de un Gobierno que se preocupa más por las elecciones en La Matanza, en lugar de estar incentivando a los sectores económicos a que mejoren su actividad y logren aplacar una de las peores crisis de nuestra historia?

Incertidumbre

La Argentina vive hoy una terrible crisis de confianza. Y dentro de esta realidad, los que estamos en la producción, los que analizamos mercados, lo que generamos riqueza nos preguntamos: qué va a suceder con la siembra de trigo 2009/10, a pocas semanas de comenzar una nueva campaña.

Hoy podemos decir que la intención de siembra de trigo es una de las más bajas de la historia. Pensar en una superficie de siembra de trigo de de 3,5 millones de hectáreas, la menor superficie de siembra en muchas décadas, no es nada descabellado en función de la incertidumbre política, económica y climática que nos toca vivir.

Nuevamente el Gobierno, con su inacción, está empujando a los productores a que siembren cada vez más soja. La oleaginosa es el único cultivo con el cual se puede defender el productor y al que el Gobierno ya demostró en contadas ocasiones que necesita. De seguir con esta tendencia no se descarta que este año la superficie de soja llegue a los 20 millones de hectáreas.

Mientras los productores se preguntan cómo seguir, lamentablemente el Gobierno está muy ocupado en cosas más importantes. No le preocupa que pasen las semanas y los agentes de la producción y el comercio no tengan en claro cuál será la política a implementar para la próxima campaña triguera.

Mientras los productores se preguntan cómo seguir, lamentablemente el Gobierno está muy ocupado en cosas más importantes.

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Tiempos distintos. Los de la producción y los de la política están cada vez más distantes. El trigo sigue siendo una de las principales víctimas.

Foto:Archivo

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EL DATO

A ciegas

En este escenario, los productores deberán sembrar a ciegas pensando tal vez en un milagro, o tal vez agarrados de la última gota de esperanza: el día posterior al 28 de junio. Mucho tiempo para esperar qué hacer con el cultivo de trigo.

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en relación

Factor Clima

Existe un único factor que puede revertir el actual pesimismo y desánimo de los productores: el clima. Si el otoño se comporta con un buen nivel de lluvias es probable que muchos productores recobren la esperanza y jueguen algunas fichas al trigo, un oxígeno vital para fin de año en un momento donde el financiamiento será clave para enfrentar la campaña agrícola 2010.