EL CAMPO, EN UNA ENCRUCIJADA QUE LLEVA 13 MES

¿Cómo se sale del conflicto?

La salida más sensata —para el autor de este artículo— es consensuar un plan estratégico de largo plazo para el agro y no seguir “encerrados” en discusiones coyunturales.

Bernardo C. Piazzardi

Todos en mayor o menor medida conocemos en detalle el conflicto entre el campo y el gobierno. Este ya lleva más de un año tomando como punto de partida el anuncio del ex ministro Martín Lousteau, quien propuso un “esquema de retenciones móviles para trigo, maíz, girasol y soja más sus productos derivados para los próximos cuatro años”.

De aquel 11 de Marzo de 2008 a la fecha hemos vivido innumerables vicisitudes. Sin embargo, no se presentaron avances importantes ni para el campo, ni para el gobierno y menos para nuestro país.

Parece que se ha planteado la situación como ganar-perder y no como un ganar-ganar que debería ser el aproach correcto de cualquiera de las “partes” (campo-gobierno en este caso) para el bien del “todo”: la Argentina.

Al mismo tiempo que transcurrían estos meses se adueñaban de la escena los denominados elementos limitantes: restricción financiera para operaciones o inversiones, los precios internacionales de commodities inferiores en relación a las últimas campañas, costos de los principales factores de producción que se mantienen y reglas de juego domésticas poco amigables para la gestión de agronegocios. Algunos de estos elementos producto de factores locales y otros internacionales.

Hasta acá se podría decir que estamos tratando de describir un diagnóstico, ahora bien: ¿Qué se puede hacer para empezar a trabajar en la búsqueda de salidas a esta “situación”? ¿Cuál debería ser el criterio para lograr una solución? Tal vez describir características de la situación ayuda a definir los caminos.

Este escenario vincula varios sectores económicos, variados grupos sociales, también involucra a vastas regiones del país y contiene un fuerte componente económico, son las cadenas de valor las que agregadas, más aportan a la economía y al fisco del país.

Por lo expuesto estamos ante una “situación” que contiene condimentos geopolíticos, sociales y económicos “de peso”, no sólo para el país, sino con relevancia global. Por ende se hace necesario una estrategia o un plan maestro que señale un norte a largo plazo que indique a dónde queremos llegar con todo este potencial, que no sólo en la actualidad está desaprovechado, sino que también está en conflicto con el gobierno del país.

Entonces las características de la “situación” nos permitirán tratar al complejo de los agronegocios como asuntos de Estado. Atención, vale aclarar que no es “el” asunto de Estado, pero sí uno de ellos.

La agenda de una Nación está conformada por cuestiones urgentes e importantes, de corto y largo plazo. Parece que el conflicto —que ya cumplió un año— ha estado girando alrededor de asuntos de corto plazo y urgentes, cuando lo que está haciendo falta, si es que hay consenso de la importancia de los agronegocios del país, es un tratamiento de largo plazo y estratégico.

Siguiendo esta línea de trabajo, si hay consenso sobre la instalación de los asuntos del agro como una cuestión de Estado, deberá surgir un acuerdo sobre la necesidad de un plan estratégico “consensuado” no sólo por el sector sino por toda la sociedad. El plan para que tenga probabilidad de éxito debe comprender todas las facetas necesarias para el desarrollo del país en pos del bienestar de sus habitantes: sustentabilidad social, económica y ecológica.

Desde ya que esta propuesta demanda un esfuerzo de participación y de facilitación para la generación de consensos sobre tan vital “asunto” para nuestra Nación. Empezar a recoger de diferentes ámbitos de todo el país los que podríamos denominar “asuntos” de los agronegocios podría ser una forma de empezar un proceso que aporte al cimiento de un plan, y seguramente será energía mejor utilizada para encontrar una solución ganar-ganar para toda la sociedad.

carita-10.jpg

“Parece que se ha planteado la situación como ganar-perder y no como ganar-ganar que debería ser el aproach correcto para bien de todos los argentinos”.

Bernardo C. Piazzardi

Maestría en Agronegocios (Universidad Austral)

CAMPO_P10_NOTA_PIAZZARDI.JPG

Callejón sin salida. “La Argentina necesita definir un norte para todo su potencial agroindustrial”, plantea Piazzardi

Foto: Archivo El Litoral