Al margen de la crónica

A propósito de candidaturas testimoniales

La fuerte penetración en todo el país de los medios de comunicación asentados en Buenos Aires nos ha instalado la problemática de las ahora llamadas “candidaturas testimoniales”, que no son más que la presencia en boletas del Frente para la Victoria del gobernador de Buenos Aires y de intendentes del conurbano como para captar votos en apoyo al gobierno nacional. Todavía restan veinte días para la presentación formal de listas ante la Justicia electoral y los globos de ensayo del gobierno dan lugar a toda clase de interpretaciones sobre la validez o no de esa alternativa. Algunos que critican la decisión olvidan que ellos mismos son postulantes sin necesidad de serlo, debido a que tienen dos años más de mandato, como el caso del actual diputado Felipe Solá.

Mientras todo esto ocurre en la gran urbe será interesante saber que Santa Fe cerró su plazo de presentación de precandidaturas para la interna abierta, simultánea y obligatoria que permitirá seleccionar los candidatos que van a pelear por bancas de concejos, algunas sillas de intendentes y todas las comunas de la provincia. A diferencia de lo que ocurría cuando tenía vigencia la ley de Lemas, los cierres son muchas más ordenados y, más allá del folclore lógico de cada elección, al realizarse ante autoridades partidarias actúa un primer filtro para ordenar las carpetas que ingresan al Tribunal Electoral. No obstante, hay pícaros que multiplican listas en partidos con escasa adhesión con el solo objetivo de percibir del Estado miles de pesos para imprimir sus boletas.

Pero la derogación de la ley de Lemas implicó otros avances, ya que la norma actual impide a un ciudadano ser candidato en varias boletas y en distintas categorías. Porque ahora se habla de candidaturas testimoniales, algo que los santafesinos ya tuvimos en más de una ocasión. La ley de Lemas permitió boletas mellizas, un candidato aspirando a varias lugares por las dudas y hasta algún senador nacional que fue candidato a diputado provincial y, cuando ganó la banca, renunció para seguir en la Nación, haciendo pito catalán a su electorado.