Pereyra metió un cabezazo perfecto con la hora cumplida...

Aunque no lo digan, muchos ya estaban por Cándido Pujato

Cuando varios estaban resignados y Unión ni siquiera pisaba el área, Weiner sacó un centro espectacular y el “Picante” la mandó a guardar.

Aunque no lo digan, muchos ya estaban por Cándido Pujato

Una campaña de campeón está redondeando Unión de local en el 15 de Abril, donde jugó cinco partidos, de los cuales ganó cuatro y empató uno. Ayer, ganó sobre la hora con gol de Pereyra. Lástima que el equipo se achica de visitante.

Foto: Pablo Aguirre

Darío Pignata

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En un lugar donde todo anda mal, algo le tenía que salir bien a este Unión. Y le salió ayer nomás, aunque más no sea por un ratito. En la semana de los 102 años, algo que pasó casi desapercibido de no ser por la autoconvocatoria popular de cientos de hinchas el martes a la noche esperando el 15 de Abril, desafiando la llovizna. Y le llegó el toque de suerte cuando más lo necesitaba, en el partido más doloroso para la vista de los últimos tiempos, en la convocatoria más discreta desde que el equipo juega en la “B” y cuando nadie podía intuir que Unión llegaría al gol. Menos mal que el fútbol es ilógico.

Con una jugada robada de otro partido (centro perfecto a la carrera con la pierna izquierda de Weiner y cabezazo espectacular saltando de atrás de Pereyra), Unión le ganó en tiempo cumplido al Almagro de los Motta. Sin jugar bien, sin merecerlo. Porque si algo le quedaba bien al partido de ayer era el 0-0, sólo porque hasta ahora el fútbol no inventó un resultado que castigue con derrota a dos equipos que jueguen tan mal a la pelota como lo hicieron Unión y Almagro.

Así, ya ahora con Catinot, Unión redondea en Santa Fe una campaña de equipo protagonista: cuatro ganados, un empate y cero derrotas. Claro que, entre tantos virus descubiertos en la temporada, este equipo se deforma cuando sale de Santa Fe. Afuera, pierde siempre. O casi siempre. Entonces, los números no cierran: ubicado exactamente en la mitad de la tabla, a diez puntos del ya anunciado cuarto puesto que sorteará un boleto para jugar Promoción.

Igual que con Quiroz

Catinot explicó que el principal problema de este equipo “pasa por lo anímico”, cuando destacó la importancia del acercamiento de Nery Alberto Pumpido, que estuvo compartiendo gran parte de las últimas horas con el plantel por pedido del “Negro” Altamirano. En lo futbolístico, con otro esquema y otros nombres, el equipo juega tan mal como con Quiroz. En realidad, Unión supera la definición de “jugar mal”. Unión no juega a nada, no hay un solo mecanismo de juego que el equipo tenga medianamente mecanizado después de 29 partidos en la temporada. No hay una sola jugada de pelota quieta que hubieran aprendido de memoria con el entrenador que se fue.

De esta desastrosa campaña, que se ganó ampliamente el rótulo de fracaso (“Me trajeron todos los refuerzos que pedí”, dijo Quiroz), el último culpable es Catinot. Que ayer acertó con dos decisiones: 1) ordenar el fondo con el tucumano Fontana como último hombre; 2) buscar profundidad con Weiner antes que con Márquez.

Unión nunca se dio cuenta en lo que va de la temporada que lo único que tenía que hacer era evitar goles atrás y cerrarse en el medio. Unión nunca se dio cuenta que Guerra es goleador. Unión nunca se dio cuenta que Pereyra es, de los delanteros que no tienen tanto gol, el punta más desequilibrante de la divisional de ascenso.

Los números hablan por sí solos. Entre Claudio Guerra (12) y César Pereyra (6), casi siempre titulares, gritaron casi la mitad de los goles del equipo. Ni qué hablar si le sumamos los 5 del “Cuqui” Márquez y los 2 gritos de Germán Weiner. No era tan complicado, desde adentro, darse cuenta de algo que todo el mundo del ascenso ve desde afuera: armar un dibujo táctico y desarrollar una estrategia colectiva que permitiera “jugar para los delanteros”.

La insoportable levedad

En la teoría, Unión salió al campo con un carrilero de buen manejo (Zapata), un doble cinco con buena circulación de la pelota (Nico Diez) y un enganche natural (Sebastián Arrieta). Tres jugadores totalmente liberados para jugar y hacer jugar. Estuvieron una hora los tres juntos en campo y nunca se encontraron para armar siquiera una sola pared en toda la tarde.

Con Zapata impreciso, Nico Diez errático y Arrieta intrascendente, Almagro jugaba en Santa Fe el partido más cómodo de todos los que le tocó de visitante en la temporada. Entonces, Pereyra tenía que hacer de Super-héroe: bajar a pedir la pelota, buscarla, eliminar los rivales, tirar el centro e ir a cabecearlo. Imposible.

Catinot le regaló generosamente a Arrieta un cuarto de hora más de lo indicado y el santiagueño siguió igual: escondido, sin movilidad para desmarcarse y prácticamente atornillado a la gramilla. Claro está que toda la culpa de este Titanic rojiblanco no puede pasar sólo por Arrieta. No está mal mirar a quién lo trajo y la manera inadecuada que se tiró al campo a un futbolista que nunca encontró la forma física acorde a las exigencias del fútbol moderno.

Nadie discute la jerarquía técnica y la pegada de Sebastián Arrieta. Sería de necios. Por algo jugó en Primera. Pero así como está físicamente, no puede marcar ningún tipo de desequilibrio.

Pereyra-Guerra, lo mejor

En algún partido se destaca uno, en el siguiente partido se destapa el otro. Muy poco aporte de los doce pasos y casi nada de pelotas quietas, tiros libres y/o segundas jugadas. Conclusión: los puntas aportaron casi la mitad de los goles del equipo —18 entre los dos— de jugadas netas de... juego. Y esto, para un equipo que genera muy poco en la zona de volantes, agranda mucho más la tarea titánica de los delanteros de la plantilla de Unión.

A nueve fechas del final de la temporada, achique o no achique la distancia para la zona de Promoción, lo primero que debería hacer la dirigencia es empezar a asegurar la continuidad de esta dupla si verdaderamente lo que se quiere es armar un proyecto futbolístico para ascender.

Es cierto que ahora renunció la subcomisión de fútbol y que Decoud deberá ver qué pasos dar. Pero con Decoud o sin Decoud, con Bottaniz o con cualquiera otro técnico: ¿quién puede objetar, viniendo para la temporada 2009-2010, que Unión arregle ahora mismo para que sigan Pereyra-Guerra arriba?

Lamentablemente, el debutante árbitro tucumano entendió que su festejo había sido desmedido, lo amonestó, llegó a la quinta amarilla y no podrá jugar el sábado contra la CAI en Comodoro Rivadavia. No se sacó la camiseta, sólo se paró en la baranda del foso y le dedicó el gol a sus afectos más cercanos. A veces el reglamento no tiene sentido común de parte de los jueces, mucho más tratándose de un gol en tiempo de descuento, con todo un estadio insultando a sus propios jugadores.

Pereyra parece un delantero de otro equipo. Y Guerra, que ayer no jugó como siempre, también. Pero, lamentablemente, juegan en este Unión deshilachado.

A veces juega uno, a veces aparece el otro. Ayer, un salto imponente del “Picante” Pereyra le regaló tres puntos impensados a Unión. Justo cuando nada sale bien. Justo cuando se cumplieron los 102 años. Y justo cuando muchos, aunque nunca lo admitan, ya estaban saliendo por Cándido Pujato.

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AL CIERRE

 

Renuncia.

Este mediodía fue presentada una nueva renuncia en la sede rojiblanca. Se trata de Mario Machado, miembro titular de la comisión revisora de cuentas, responsable del área del IPEI, dirigente que fue aportado, en su momento, por Glorioso 89.

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análisis

La historia se repite

Enrique Cruz (h)

Augusto Borlle dice que se puede convivir más allá de la masiva renuncia de la subcomisión de fútbol, pero está claro que la fisura entre Rubén Decoud y buena parte de la dirigencia es profunda.

Todos son unionistas y todos van al club con las mejores intenciones. Eso está fuera de duda. Pero así como las divisiones se hicieron sucesivas a través del tiempo y muchas veces echaron por tierra los deseos de unión en Unión pregonada por muchos, hoy es la misma historia la que se repite.

Me resisto a creer que se podrá vivir en armonía con este panorama. Bueno sería que esta visión, que es propia, posiblemente no compartida por varios, sea vapuleada por una realidad que modifique de plano el actual estado de cosas en la dirigencia de Unión. Hoy, lo que hace uno genera fastidio y rechazo en el otro. De esta forma, tirar juntos se hace complicado por más que todos quieren a Unión, son tatengues y están preocupados por el club, sentimientos que no se discuten.

Varias banderas mencionaban ayer el amor del hincha y el reclamo de no sobreponer ninguna cuestión personal por encima del interés general del club. Hoy, las diferencias personales o de método de trabajo dividen a la dirigencia y no permiten que este grupo de unionistas que gobierna al club pueda hacerlo en armonía. Como pasó tantas veces en la historia.

Aunque no lo digan, muchos ya estaban por Cándido Pujato

Te vinimos a ver...

Paulo Rosales, el habilidoso ex volante creativo de Unión, que se fue a préstamo al fútbol de Grecia antes de comenzar este año, estuvo presente ayer en el 15 de Abril. Pasó por el vestuario, saludó a sus ex compañeros y se ubicó —con sus muletas— en un lugar privilegiado. Como los derechos económicos son de Unión, una vez que se recupere deberá sumarse a los entrenamientos.

Foto: Pablo Aguirre

Te vinimo’ a alentar...

El formador de campeones del mundo más grande de la historia del boxeo, don Amílcar Brusa, dijo presente ayer en el estadio 15 de Abril como siempre para ver a su querido Unión. Fanático hincha tatengue, el gran Amílcar sufrió viendo ayer al equipo de Catinot y gritó con todo el gol de César Pereyra sobre la hora. Un ejemplo de aguante.

Foto: Pablo Aguirre

Aunque no lo digan, muchos ya estaban por Cándido Pujato

“¿Es ésta la foto del gol?”, se puede preguntar alguno de los que no fue a la cancha ayer para ver a Unión. La respuesta es no, pero nadie puede explicarse por qué esta jugada no terminó en gol de César Pereyra en el primer tiempo: gambeteó a Ramírez, quedó frente al arco y se la sacaron de la línea. Igualmente, en la última bola de la tarde se desquitaría de cabeza el “Picante”.

Foto: Pablo Aguirre

Aunque no lo digan, muchos ya estaban por Cándido Pujato

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SÍNTESIS

UNIÓN 1

ALMAGRO 0

Unión: Ojeda; Fontana, Gold Betig y Yacob; Alejandro Pérez, Nico Diez, De la Fuente y Zapata; Arrieta; Pereyra y Guerra.

DT: Ariel Catinot.

Almagro: Ramírez; Lillo, Lobos, Schunke y Nieto; Raposo, Eduardo Farías, Agustín Farías y Viturro; Cayetá y Klusener.

DT: Rodolfo Motta-Pablo Motta.

Gol en el segundo tiempo: 47m. Pereyra (U).

Cambios en el segundo tiempo: 15m. Weiner por Arrieta (U); 32m. Márquez por Nico Diez (U); 35m. Dos Santos por Cayetá (A) y 37m. Lamolla por Eduardo Farías (A).

Árbitro: José Capraro.

Estadio: Unión.

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análisis

Gestos... no palabras

Darío Pignata

Pumpido es así. Se calienta, se enoja, se amiga y se vuelve a pelear. Con los que quiere y con los que no quiere. Mucho más si lo que está en el medio es Unión. Si no lo hablan se calienta, si lo hablan pero trasciende algo de la charla también. Tuvo que aclarar que no recomendó a Trotta, que nunca le bajó el pulgar a Bottaniz y que lo liberó a su amigo el “Turco” Alí para que decidiera qué hacer.

“A Malvicino, a Vega, a estos dirigentes y cualquiera les dije lo mismo: los dos tipos que tienen que dirigir a Unión son el Lito y el Choclo”, hizo mención al referirse a Víctor Alfredo Bottaniz y Oscar Sabino Regenhardt. También pegó duró cuando dijo “estoy cansado del puterío que es Unión”. Y reconoció que con San Juan se fue triste de la cancha “por cómo vi que se iba la gente”.

En las últimas horas, antes de Almagro, Nery fue casi uno más del plantel y se acercó para hablar con los jugadores. Fue a las prácticas, a la concentración, almorzó con el plantel. “Siempre que Unión me necesite, voy a estar”, fue la frase de cabecera de Nery. A las palabras, en este país, casi siempre se las lleva el viento. Pero a los gestos no. Y el gesto de Pumpido debe ser valorado. Lo hizo como hincha. No lo hizo como técnico.

dpignata@ellitoral