Coyuntura

La batalla de las estadísticas

Ratificando sus propias estimaciones, la UIA inició una etapa crítica al modelo. Nadie quiere sacar los pies del plato, pero resta ver si los argumentos industriales logran revertir la improvisación.

Félix Canale

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El lunes pasado, en esta misma sección, se señaló que, tras la arremetida oficial contra las estadísticas de la Unión Industrial Argentina, que muestran una caída de la actividad de 12 % en febrero, a los manufactureros les quedaban apenas dos caminos: o daban marcha atrás con sus números, o los ratificaban y entraban en una fase de crítica a las políticas industriales del gobierno.

Sucedió esto último. Al asumir la presidencia de la entidad, el martes 14, Héctor Méndez fue consultado sobre la reacción gubernamental ante la publicación de la UIA. Dijo que no debía dársele una lectura política, pero reflexionó: “Si no tenemos autoridad para decir lo que está bien y lo que no, ¿qué estamos haciendo acá?” También agregó que “las elecciones son generadoras de conflictos, de desgaste y de gente que debería estar gestionando y no gestiona.”

El disparo pareció estar dirigido al Ministerio de la Producción, que encabeza Débora Giorgi, un ámbito donde el viernes pasado se produjo la renuncia del secretario de Industria, Fernando Fraguío, quien antes de ser designado en el cargo, en 2007, era presidente de Iveco, del Grupo Fiat.

Aquella designación se produjo en pleno romance entre el gobierno y la industria automotriz. La presidenta Fernández quería a un industrial en el cargo. Finalmente, la influencia de Cristiano Rattazzi, hoy presidente y accionista del grupo italiano, logró que Fraguío fuese designado.

Curiosamente, la actual renuncia del funcionario no fue aceptada de inmediato por Giorgi, quien tiene facultades para hacerlo, sino que será la presidenta quien deberá decidir. Si la acepta, se abren varios interrogantes.

¿Quedará Giorgi en libertad de seleccionar al reemplazante, en cuyo caso no habría que descartar a algún integrante de la Confederación General Económica? Si la decisión la toma la presidenta, ¿volverá a buscar un secretario de Industria que provenga del riñón de la UIA, o se inclinará por funcionarios políticos de la propia tropa? Si opta por la primera vía, ¿habrá un industrial de primer nivel dispuesto a asumir el cargo?

Voz crítica

Según usinas capitalinas, entre los motivos de la ida de Fraguío figura una reciente resolución para frenar importaciones, donde se traba el ingreso de autopartes brasileñas. Se atribuye a Rattazzi haber señalado el contrasentido que significa que esas piezas son imprescindibles para que las terminales nacionales exporten vehículos, precisamente, a Brasil.

Desde el interior de la industria, hay quienes critican a Rattazzi por su incontinencia verbal, que muchas veces coloca a sus pares en posiciones políticamente difíciles. Pero, con el cambio de humor en la UIA, algunas de sus definiciones merecen revisarse.

Por ejemplo, cuando el 29 de agosto pasado (un mes que comenzó a mostrar la incipiente caída industrial) dijo: “Usted va y habla con la presidenta y ella entiende. Pero después sale de la reunión y entra en un círculo autista, de poquísima gente que influye, en donde se cuentan: “Qué bien que vamos’, falsifican los datos del Indec y entran en una especie de autismo mentiroso”.

En definitiva, el presidente de Fiat expresó lo que una gran mayoría de empresarios opina en círculos cerrados, pero que, por prudencia, o temor a represalias, no dicen públicamente. Ese silencio no podía ser eterno. Aunque nadie habló a título personal, las estadísticas son concluyentes. En marzo, el acero retrocedió 50 % y la producción industrial cae desde octubre. Si en abril no hay recuperación, algo difícil de imaginar, habrá entrado en recesión.

Quienes defienden a ultranza el modelo deberían entender que las estadísticas no se corrigen con reprimendas, sino con políticas de fondo. Aunque eso obligue a un ejercicio de racionalidad.

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MÁS INFORMACIÓN

DOCUMENTOS

Los documentos citados en la presente nota pueden consultarse en El Litoral.com/ Blogs/ Empresarios & Empresas.

Informe del Observatorio Pyme de la UIA, fechado en marzo, al final de la versión digital.

Comunicado de la Unión Industrial de Córdoba, en Clipping del martes 14 de abril.

Comunicado de la Industria Metalúrgica de Córdoba, en Clipping del miércoles 15 de abril.

Informe sobre la producción de acero en marzo, en Clipping del viernes 17 de abril.

Comunicado de la Unión Industrial de Santa Fe, en Clipping del jueves 9 de abril.

Encuesta de Coyuntura Industrial de Santa Fe, realizada por el Ipec, en Clipping del viernes 6 de febrero.

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ADEMÁS

El tránsito de un dialogismo inerte a posiciones más críticas, dentro de la UIA, responde principalmente a la presión de los industriales del interior del país, donde la situación se torna insostenible.

La semana pasada, la Unión Industrial de Córdoba informó que el 60,7 % de las empresas industriales provinciales cerró 2008 con un nivel de producción menor que en 2007. El 77 % de los industriales dijo que el primer trimestre de 2009 sería igualmente negativo. En cuanto a las expectativas de reducción de empleos, subieron del 25,8 % de las empresas en noviembre, a 33 % en la medición de marzo.

La principal demanda, tanto al gobierno provincial como nacional, se refiere a la reducción de impuestos, mencionada por el 29,7 % de los industriales consultados. Le siguen, con mucha menor importancia (14,7%), el acceso a créditos.

En informe separado, las empresas metalúrgicas de Córdoba dijeron estar en situación límite. La mitad de las 2.300 Pymes del sector trabajan a menos de 50 % de su capacidad productiva y un 10 % lo hace por debajo del 25 por ciento. El 39,7 % declaró que está utilizando entre el 25 y el 50 % de su capacidad y sólo un 15,7 % trabaja por encima del 75 por ciento.

Mientras tanto, en Santa Fe, la Unión Industrial publicó el 8 de abril un comunicado, reclamando acciones del gobierno provincial para corregir la actual situación. Eso debe sumarse al Informe de Coyuntura Industrial, publicado por el Ipec, a principios de año.

En el mismo, los empresarios consultados consideraron que hasta marzo de 2009 se incrementarían los costos de producción, la acumulación de stocks y las necesidades de crédito. También estimaron que disminuiría de manera importante la demanda de los bienes que producen (67,39 por ciento) y la utilización de capacidad instalada (50,72 por ciento).

La presión viene desde el interior

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Héctor Méndez: “La gente que debería estar gestionando no gestiona”.

Foto: Archivo El Litoral