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OPINIÓN

La soja imparable

Dante Romano (*)

Las expectativas del mercado en lo que hace al aprovisionamiento de soja se están viendo incumplidas. Ya sabemos que la cosecha norteamericana de soja no fue buena, aunque dejó stocks no mucho más bajos que el año pasado, aunque lo suficientemente bajos como para estar nerviosos.

En febrero llegaba el turno del relevo sudamericano. Pero la cosecha vino complicada y hubo que aceptar que Sudamérica tenía unos 8 millones de toneladas menos de lo que se esperaba a fines de 2008. Eso generó una oleada de demanda que se suponía sería atendida por Sudamérica, y que acudió a EE.UU. minando los stocks que de por sí eran ajustados.

Luego esperábamos que EE.UU. sembrara una superficie mayor de soja. Pero finalmente no fue así, el área apenas sube, con lo cual sabemos que pasaremos un año complicado hacia delante.

Lo que nadie esperaba era que el clima fuera tan inclemente para la Argentina. Tras las lluvias de fines de febrero, cuando parecía que volvía la humedad, se reinstaló la seca, y los resultados que se vienen observando de soja van cayendo todos los días. Hoy acertar al tamaño de la cosecha de soja argentina es como jugar a la lotería. Las cifras actuales van de 35 a 37 millones de toneladas, pero nadie sabe si no terminará siendo menor que eso.

A ello hay que sumarle que las fábricas argentinas se expandieron un 50% en los últimos tres años, y que ya venían trabajando a un bajo nivel de capacidad utilizada. Pero ahora con menor cosecha, y para peor con la prohibición de la importación temporaria de soja paraguaya, la cosa empeoró, y puso a las industrias a pelearle vía precios los porotos disponibles contra la exportación.

Al verse frustrada la exportación debe abastecer al mundo con soja alternativa: en la Argentina no hay soja, por lo que hay que ir a buscarla más al norte. Todos los ojos miran a EE.UU., pero allí no hay stocks, y además se espera una producción menor.

Por su parte la demanda de soja en tanto sigue muy firme. China nunca se bajó del caballo, y si bien si la quitamos del medio los otros jugadores parecen más quietos, lo cierto es que las exportaciones semanales de EE.UU. van superando todas las semanas no sólo la meta para cumplir los objetivos del Usda, sino también al comparar con la estimación previa de los analistas.

Los signos van por el mismo sentido: los fletes han comenzado a subir nuevamente, lo cual indica un mayor comercio internacional de commodities.

Además, como el petróleo se está revirtiendo en su tendencia negativa, el biodiésel comienza a ser nuevamente tema de interés, y el grueso de lo que Europa compra del mismo proviene de la industrialización de la Palma de Malasia e Indonesia.

Otros granos

Por su parte el maíz pasará por una situación también complicada.

Cuando vimos que la superficie de soja no subía, temimos que lo hiciera la del maíz y que sus precios subieran. Sin embargo tampoco creció el maíz. En realidad se perdió superficie cultivable.

La situación de oferta y demanda de maíz es mucho más holgada, por lo que la sangre no llega al río. Sin embargo, esto ocurre si al área reportada por el Usda le asignamos rindes de tendencia. Pero en realidad hace dos años que no llegamos a esos rindes de tendencia.

Por otro lado debemos discutir la demanda. El año pasado la demanda para forrajes cayó sensiblemente, porque si bien los alimentos no son muy sensibles en general al ingreso de los consumidores, en el caso de la carne, la sensibilidad es mayor. Pero si la crisis se encamina, este gasto podría volver a subir rápidamente.

El otro gran componente de la demanda es el etanol, y su uso el año pasado bajó mucho, porque la industria se había comprometido con compras caras, que de hecho le costaron a muchas empresas la quiebra, y a otras afectar su normal desempeño. Pero ahora la industria está en manos más fuertes y saneadas. Si el consumo de gasolina vuelve a crecer, el etanol traccionará.

En cuanto al costado de las políticas públicas sobre biocombustibles, hay quienes señalan que Obama está a favor de esa teoría y otros que indican que la EPA está trabajando sobre regulaciones que podrían dejar al etanol al margen. Lo cierto es que revertir el proceso que EE.UU. vive hacia el etanol parece imposible a esta altura del partido.

El trigo es el grano que más cómodo se encuentra en stocks / consumo, de allí que le cueste remontar

El trigo mira estas preocupaciones desde una posición más cómoda. La explosión productiva del año pasado fue tan grande, que quedó mucha oferta para esta campaña.

Ahora bien, la superficie en EE.UU. bajó. El estado de los cultivos no es bueno (en realidad todo lo contrario, es tan malo como el año pasado). No sabemos que ocurrirá con el resto de los países, y el clima por ahora es una gran incógnita

El trigo no puede despegarse mucho del maíz, por su contenido forrajero: si el maíz sube y el trigo se queda, el uso forrajero del trigo subirá contagiando las alzas.

En definitiva siguen habiendo elementos que nos justificarían al menos precios más tranquilos.

Como se puede ver por todo esto, la oferta y la demanda siguen sin ajustar, al menos en maíz y soja, y eso nos dará sobresaltos. Además los especuladores seguramente estarán jugando fuerte, e incrementarán la volatilidad natural de este proceso.

La volatilidad puede ser algo malo para quien no sabe manejarla, pero siendo inteligente, y utilizando opciones, puede ser también una aliada del productor.

(*) Director académico del Centro de Gestión Agropecuaria de Fundación Libertad