Se importará menos fueloil

El gobierno espera un alivio en subsidios a la energía

Más producción de gas en el país y de suministros desde Bolivia, unas condiciones de temperatura más favorables y menos crecimiento económico influyen en el pronóstico.

De la redacción de El Litoral

[email protected]

El gobierno nacional espera que bajen los niveles de importación de fueloil y gasoil desde Venezuela para cubrir los requerimientos energéticos en nuestro país.

Si bien aún no hay cifras oficiales se espera que respecto de 2008 haya un “significativo ahorro” en los subsidios que cubren el costo de esos caros combustibles para la producción de energía eléctrica y la simultánea alimentación de las redes de gas domiciliario.

La Argentina depende de la producción de las llamadas generadoras térmicas (que básicamente consumen gas natural) para la producción de energía eléctrica. El año pasado para no desabastecer a los hogares, el gobierno nacional debió importar un combustible sustituto más caro: el fueloil venezolano.

Se supone que en 2009 no habrá niveles de importación tan altos como en 2008 debido a que se contará con más gas natural, y porque los pronósticos no auguran un invierno tan frío. A ese panorama se suman los diagnósticos pesimistas sobre el crecimiento industrial y la retracción económica en general.

El diario Ámbito Financiero asegura que se ha registrado un “alivio oficial” respecto de los subsidios estatales al sistema energético para 2009.

Luego enumera los factores que concurren a suponer que no será necesaria una importación masiva del fueloil caribeño.

El 1º de mayo llega nuevamente a la Argentina y al puerto de Bahía Blanca el buque Excelsior, regasificador de gas licuado de petróleo (GLP), que ya se usó en el invierno anterior para cubrir el desequilibrio entre la oferta y la demanda interna, dice Ámbito Financiero.

El buque -agrega el diario capitalino- viene con una carga equivalente a 80 millones de metros cúbicos de GLP regasificado, estimándose que los mismos se inyectarán en los gasoductos troncales a razón de 2 a 8 millones de metros cúbicos diarios, según las necesidades determinadas por el frío y el nivel de la actividad industrial. (En un día muy frío el consumo a nivel nacional es de 130 millones, que equivale a la capacidad actual de los gasoductos).

Se prevé que luego ingresarán como mínimo otros cinco buques metaneros y como máximo 7, hasta septiembre. El metanero trae sólo el GLP, mientras el Excelsior está equipado para producir el proceso de regasificación.

El gas proveniente de ese proceso tendrá este año un costo de 8 a 9 dólares por millón de BTU (unidad de medida para el gas), lo que significa la mitad de lo que se pagó el año anterior. La baja en el costo se debe a que está relacionado con la cotización internacional del petróleo, que en este invierno está casi tres veces por debajo de lo que cotizaba en 2008.

Más gas boliviano

La necesidad de usar este gas, que es el más caro, depende también de las importaciones que provengan de Bolivia, cuyo producto tiene hoy un precio de menos de 5 dólares por millón de BTU. Durante este mes, las ventas de ese país crecieron con relación a marzo, tal como estaba previsto debido a la baja de envíos bolivianos a Brasil.

Según el Enargas, el Ente Regulador el Gas, la importación desde Bolivia pasó de un promedio de 4,5 millones de metros cúbicos diarios a más de 6 millones, tocando el máximo el último jueves 16 con 6,8 millones.

La oferta de gas para el invierno se verá también incrementada porque Neuquén ya está en condiciones de entregar por día entre 2 y 3 millones de metros cúbicos extraídos de áreas geológicamente complejas, para las que se prometió una mejor remuneración por el producto extraído, destaca Ámbito Financiero.

///

ADEMÁS

Caro y contaminante

En abril de 2008, cuando el país debatía sobre las causas de un grave cuello de botella que obligaba a la Argentina a importar fueloil desde Venezuela, otros dos aspectos sobre esas operaciones también llamaban la atención: en primer lugar, se trata de un combustible caro (respecto del gas natural) y en segundo término, el tipo de fueloil importado era sospechoso de ser contaminante.

Un pedido de informes de la diputada nacional por Santa Fe Verónica Benas, del año pasado, advertía sobre los altos valores de azufre contenidos en el combustible caribeño importado por nuestro país.

La resolución 150/2008 de la Secretaría de Energía de la Nación autorizó compras a Venezuela con hasta 10.000 partes de azufre por millón en el fueloil; con lo que dejó de lado la resolución 1283/2006 que a partir de junio de 2008 reducía el dicho nivel a 7.000 partes por millón.

Entre otros tópicos de aquel pedido de informes de la legisladora santafesina del Partido Solidaridad e Igualdad (Sí), en los considerandos se advertía que “cuando el gobierno argentino acudió a Venezuela para paliar la crisis energética, la empresa estatal venezolana PDVSA (Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima), envió a Argentina una muestra para que se analicen las características del fueloil a recibir. Cuando se analizaron las muestras se descubrió que el combustible venezolano tiene un porcentaje de azufre en su composición mayor al permitido por la legislación argentina. Por su lado las empresas generadoras eléctricas, notificaron al Secretario de Energía Daniel Cameron, que el fueloil venezolano no cumplía con las normas del Enre (Ente Nacional Regulador de Electricidad). Justamente por su elevado contenido de azufre fue que en el 2004 las centrales termoeléctricas rechazaron utilizar fueloil venezolano”.

Desde otra posición ideológica, Alieto Guadagni, ex secretario de Energía de la Nación durante el gobierno de Carlos Memen, escribió en la prensa nacional durante 2008 varios artículos que criticaban la compra de fueloil venezolano, al que caracterizaba como “contaminante”, por las mismas razones antes expuestas.

Y además, Guadani advertía el rol tradicional de la Argentina como exportador de ese combustible, y preguntaba públicamente por las importaciones de nuestro país a Venezuela.

Sostenía con que era suficiente que Enarsa licitara la compra de fueloil para la generación de electricidad, adjudicando la adquisición a quien entregue el

producto al menor precio en el puerto de Buenos Aires. “Con esta regla simple y clara, se evaporarían como por arte de magia estas injustificadas compras a Venezuela”.