Llegan cartas

El jazmín de Crespo y Urquiza

Susana Beatriz Ureta.

DNI. 5.116.609.

Señores directores: ¿Alguien podría soñar con esa esquina / sin tu presencia que a mirar convoca?// Allí estás siempre esperando / la mano que una flor te roba, / o las gracias del fatigado caminante / haciendo un alto en veraniegas horas./ Seguramente quien quiso tenerte / cuidó afanoso tus brotes primeros / y el agua escanciada, la lluvia oportuna / bendiciones pródigas en raíces fueron./ Testigo habrás sido de hondas promesas / al oído dichas con una sonrisa.../ Y apretados rictus de un dolor quemante / de amores perdidos, de quienes se dejan./ Algunos no miran, solamente pasan / tal vez sumergidos en profundas penas.../ o tan distraídos que ya no valoran / la fragancia suave de tus flores plenas./ Puertas para adentro no quieres quedarte / curioso te asomas y enredado caes / maraña de flores y horas brillantes, / persigue tu aroma con fuerza insistente / a quienes se encuentran, a aquellos que parten./ Tu amiga me siento ni sé desde cuándo / ni sé desde cuándo transito esas calles.../ y siempre me asombra tu noble presencia./ ¡Qué nunca te agredan, que nunca te talen!

¡Atenti!

Dr. Alberto Niel.

Señores directores: El conocimiento del cosmos y los progresos de la ciencia nos llevan al extremo de suponer teóricamente posible la formación experimental de materia a partir de la condensación de la energía. ¿Sería posible con ella fabricar materia orgánica y darle vida? Esto le significaría al hombre sentirse algo así como un nuevo Dios, con todos los peligros que ello traería aparejado. Acuérdense de lo que le pasó al ángel preferido del Supremo Hacedor según las Sagradas Escrituras, reverenciadas como verdad absoluta e irrebatible por millones de personas, que cuando se sintió todopoderoso se rebeló contra su autoridad; y así le fue —según cuentan— condenándose por toda la eternidad a ser repudiado, asándose a la llama en el infierno por no poseer un miserable aparato de aire acondicionado ni quien lo avivara para comprarse uno en cómodas cuotas mensuales, como se estila actualmente. ¡Cuidado! ¡No hay que darle armas de fuego a los niños! ¡Ni tampoco a los grandes! Ni tampoco superpoderes a nadie, ni al Poder Ejecutivo ni a los científicos de avanzada.