Santa Fe aprende de una exitosa experiencia, nacida en 1984

Colombia une lucha contra la

pobreza y mantenimiento vial

Luis Rodrigo

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Un programa gubernamental colombiano -que se ha extendido a otros países de América Latina- renueva la idea de ocupar mano de obra con poca o ninguna especialización, y muy baja formación, en tareas sencillas para el mantenimiento de las rutas y su entorno.

Según quienes han diseñado y puesto en práctica esta iniciativa tareas como desmalezar, quitar la basura, pintar los letreros, dar paladas para que las banquinas recuperen su perfil de diseño, desobstruir los desagües, o simplemente quitar objetos sin uso del camino puede ser el inicio de una empresa.

Para mantener sus caminos rurales y urbanos, Colombia ha creado un plan nacional que favorece el nacimiento de microempresas formadas “por vecinos de cada carretera”, dice Hernán Otoniel Fernández, un consultor internacional de ese país que estuvo en Santa Fe, invitado por el Ministerio de Obras Públicas.

Santa Fe se ha propuesto estudiar la posibilidad de imitar la experiencia colombiana, cuyo aspecto más original es el objetivo de crear empleos para el mantenimiento vial fuera del Estado y sin recurrir a empresas contratistas. La clave es el uso de mano de obra intensiva, y ofrecer esa oportunidad laboral a quienes viven cerca de cada ruta, en lugar de utilizar equipos modernos para esas tareas.

Lanzar el programa ha supuesto en cada país tareas de relevamiento de potenciales beneficiarios, su formación y organización, además de acompañar con capacitación y asesoramiento la creación de las microempresas.

25 años de experiencia

El programa comenzó en 1984 en Colombia y consiste en “buscar a los vecinos y lugareños de las carreteras, con esas personas se constituyen grupos y se los organiza legalmente para que ellos cuiden el camino, se ha extendido a todas las jurisdicciones federal, provincial, departamental y urbana”, dice Otoniel Fernández.

En algunos casos son microempresas privadas, en otros son cooperativas laborales. Y el Estado los contrata y logra así extender la vida útil de los pavimentos, que rinden mucho más tiempo si los desagües funcionan, si las banquinas no acumulan agua, si se les quitan objetos extraños”.

El programa colombiano ha sido adaptado a otros países: Perú, Honduras, Nicaragua, Ecuador y Bolivia tuvieron éxito en aplicarlo. En el país hermano del altiplano hay por ejemplo 500 microempresas que cuidan 12.000 km de caminos.

“Generar empleos directos implica crear nuevos mercados de consumidores, que generan más empleos indirectos. Sabemos que por cada empleo directo en esta experiencia que saca a los habitantes de un vecindario de la marginalidad se genera el doble de empleos indirectos. Y es porque quienes hoy tienen trabajo pueden comprar ropa, herramientas, alimentos, etc., que adquieren todo en la industria local”, subraya.

“Crear un escenario de oportunidades laborales también permite a los gobiernos avanzar en otros programas sociales, que sin ese contexto de expectativas favorables son más difíciles de sostener”, comenta el ingeniero Otoniel Fernández. Además, “a partir de la labor de mantenimiento se han generado otros programas, como en muchos países se ha encontrado basura acumulada por años en los lados de las carreteras, y así nacieron programas de reciclaje de residuos sólidos de vidrios, plásticos y papeles, y orgánicos para producir abonos orgánicos que fueron al campo, etc., etc., siempre con apoyos del sector público: los resultados son muy buenos”.

Esfuerzo y recompensa

Un seminario y taller de una jornada bajo el prometedor título de “Generación de empleo a través de la obra pública”; una entrevista con el ministro Hugo Storero y sus colaboradores; y el contacto directo del consultor con funcionarios provinciales y de las municipalidades que administran consorcios camineros, es la estrategia diseñada por el gobierno provincial para generar aquí proyectos similares.

Las originalidades de la Argentina y sus subsidios a las familias más pobres pueden ser el mayor problema para poner en marcha aquí este programa que reclama el esfuerzo de los beneficiarios: ningún otro Estado del Cono Sur ha creado programas de subvenciones a cambio de ninguna prestación. Según explicó el visitante colombiano una clave para que aquí el proyecto funcione es que las microempresas obtengan ganancias mayores a los subsidios universales no laborales, como por ejemplo los planes Trabajar.

Se trata de la opción latinoamericana por la mano de obra intensiva en lugar de la mecanización. Palas de mano en lugar de motoniveladoras. Un programa de promoción social original que crea puestos de trabajo fuera del Estado y de las empresas existentes.

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“En todos los países en que se ha puesto en marcha, este programa ha funcionado”, señala el ingeniero Hernán Otoniel Fernández, consultor internacional, ex rector universitario.

Foto: Amancio Alem

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PERFIL

El ingeniero Hernán Otoniel Fernández fue rector de la Universidad del Cauca entre 1986 y 1993, también se ha desempeñado como secretario general técnico del Instituto Nacional de Vías de Colombia y actualmente es ingeniero consultor internacional en países de América Latina.

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ACLARACIÓN

La edición de ayer contiene un error en la transcripción de las declaraciones del ministro de Obras Públicas, Hugo Storero. Los pagos a las empresas constructoras de las certificaciones de obras tienen lugar “dentro de los 30 días posteriores al vencimiento” y no “anteriores” como se indicó en la víspera.

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ADEMÁS

Storero, entusiasmado

La idea de provocar la creación de microempresas con vecinos de las rutas, marginados, para que trabajen en tareas elementales de mantenimiento entusiasma al ministro de Obras Públicas, Hugo Storero.

Subrayó que la experiencia colombiana “es una pieza importantísima para resolver nuestro dilema actual, que consiste en qué hacer frente a la crisis que nos conmueve, con sus efectos sobre los contingentes laborales y la posibilidad de utilizar mecanismos de Estado para una rápida absorción de personas al mercado laboral, que hoy están excluidas y sin capacitación”.

Storero piensa que por razones de escala los tres consorcios camineros de administración municipal pueden poner en práctica más fácilmente la idea. Expresó que fueron especialmente invitadas las autoridades de los consorcios de las rutas 2, 6 y 70, así como de la 18 y la 14.