Valioso triunfo “canalla”
Central venció al “muleto” de Boca
Rosario Central, ávido de sumar puntos, le ganó bien a un equipo “xeneize” formado en su mayoría por suplentes, que además careció de actitud para encarar el partido.
Manuel Monteserín
Rosario (de nuestra agencia).— Con el debut en el banco de Miguel Ángel Russo como entrenador, Rosario Central se impuso ayer a Boca Juniors por 2 a 0, con lo cual sumó valiosos puntos en su lucha por escapar de la zona caliente del descenso.
Central hizo la fácil mientras que el conjunto dirigido por Carlos Ischia, conformado en su mayoría por jugadores que no se desempeñan habitualmente como titulares, estuvo lejos de generar chances concretas como para acercarse en el marcador.
Todo rosarino
La primera mitad del encuentro mostró a un equipo local totalmente sumergido en lo que necesitaba realizar para conseguir el triunfo y así seguir sumando en su lucha para escapar de la realidad actual, que lo tiene en las posiciones postreras de los promedios.
De esta forma, y desde la conducción de los dos González (el “Equi” y el “Killy”), se hicieron dueños de la pelota y del terreno, ayudados también por la floja tarea en la contención del medio boquense, excesivamente poblado, pero muy poco efectivo en su labor.
Fue así como poco a poco, y con el ruidoso aliento de su hinchada, se acercó con peligrosidad al área y al arco defendido por Abbondanzieri. Primero, y tras varias llamadas de atención, el árbitro anuló un gol logrado por Caraglio, a instancias de su asistente, por entender que estaba adelantado, en una jugada dudosa.
Al promediar este período, el mediocampo visitante perdió una de las tantas pelotas divididas en las que tuvo la misma suerte, salió una contra muy bien hilvanada de los locales, el “Killy” habilitó a Zelaya y éste a Danelón, que había realizado una corrida de cuarenta metros, y que culminó con el envío del balón a la red.
Era justo y necesario, lo primero porque era el equipo que mandaba en el juego; lo segundo, para consolidar la superioridad mostrada hasta allí. Sobre el final, una mala decisión en el fondo de los hombres de Ischia, casi en su área, terminó con la pérdida de la pelota y una imprudente falta en el área, que permitió a Moreno aumentar la diferencia con una magnífica ejecución.
Un tibio Boca
En el segundo tiempo, dejó de ser Central el dueño de la pelota, que pasó a ser patrimonio de la visita, esencialmente porque los ingresos de Gracián y Gaitán le permitieron ser más certeros en el mediojuego y de allí, intentar generar mayor cantidad de fútbol sobre la defensa rosarina. Si bien en parte lo logró, cuando la pelota llegó a la zonas de línea de medios y de zagueros centralistas, se diluían en pases que no lograban profundidad, o en centros que terminaban en fácil presa para la última línea local.
Muy esporádicamente ante alguna pérdida boquense en tres cuarto de cancha, salió alguna contra los locales, que por lo general fue fácil presa de la zaga visitante.
Sin casi situaciones de riesgo para las vallas, el tiempo fue pasando, se fue apagando la fuerza centralista, consumiendo la intención boquense de llegar con peligro sobre Broun, y todo se circunscribió a un festejo anticipado de una hinchada local que era todo euforia desatada. Se ganaba, se sumaba, y eso era lo importante, más allá de los análisis que ni se necesitaban ni se deseaban hacer.
