Canuto jugó su propio “clásico”...

El gol que más gritó

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

“Yo a vos no te pedí”. Así lo recibió Pipo Gorosito a Ignacio Canuto cuando llegó con su bolsito a cuestas a La Paternal para su primer entrenamiento con Argentinos Juniors. Unión lo había transferido a un grupo empresario y se había quedado con un 50 por ciento del pase, que Argentinos tiene ahora la posibilidad de comprar en una suma que, contractualmente, está estipulada en 450.000 dólares.

Silenciosamente, Canuto empezó a hacer bien los deberes, fue ganando de a ratos un lugarcito con Gorosito y cuando éste se fue a dirigir a River y llegó Vivas, el “Tato” explotó en una posición que no se le conocía: la de marcador lateral derecho.

Tiene 23 años flamantes y Maradona lo sorprendió —a él y a todos— con la designación para integrar la selección local que jugará el amistoso que está confirmado, ante Panamá, el 20 de mayo en el estadio del barrio Centenario santafesino.

“Hay un pibe que viene de abajo y que mete goles como loco en inferiores. Juega de 5...”, comentaban los habitués de los encuentros de divisiones menores en Unión. Era Ignacio Canuto, quien rápidamente y por esas cosas del destino y las necesidades, llegó a la primera de Unión en tiempos de malaria deportiva.

La decisión de Trullet

El “Cabezón” Trullet fue una suerte de padre futbolístico de Canuto. “Lo estoy probando de líbero, creo que puede andar”, solía decir Trullet. Arriesgado, obcecado y “cabeza dura” como es, el técnico rojiblanco —que promovió un sinfín de chicos y los potenció dentro de las precariedades del sistema— insistió en este jugador que, de “5”, parecía tener buen manejo, excelente juego aéreo y promesa de gol permanente porque merodeaba el área rival.

Canuto llegó a jugar de líbero con Trullet y le rindió. El “Cabezón”, otro “5” como él a quién el Toto Lorenzo lo mandó al fondo y también lo potenció en aquel equipo de 1975 que hizo historia. “Si me daba cuenta antes de que Trullet tenía que jugar atrás, salíamos campeones”, dijo alguna vez el Toto. Trullet no puede decir lo mismo de Canuto, pero su rendimiento fue creciendo y permitió que llegara al fútbol de Primera División.

Méritos propios

Pero los principales méritos son de Canuto. “Desoyó” aquello que, frontalmente, le dijo Gorosito y empezó a trabajar para ganarse un puesto. Y empezó a hacer goles, con lo cual su nombre ya sonó con mayor firmeza.

Hoy, con cuatro goles en este torneo, Canuto se ha transformado en un jugador indispensable para Vivas. Acostumbrado a jugar por el centro de la cancha (en el medio o atrás), supo también jugar de stopper y ahora de marcador de punta neto en un equipo que marca con línea de cuatro. No tiene un gran lucimiento, pero transmite serenidad y la pelota le cae adentro del área de enfrente para convertir goles: en los dos partidos que lleva ganados Argentinos en el certamen, supo marcar (frente a Lanús y anoche ante Colón).

“En casa deben haber estado contentos, porque a este partido lo iban a ver con más detenimiento porque son tatengues”, dijo tímidamente Canuto, a quien se lo ha visto cada vez que Unión ha jugado encuentros en Buenos Aires por el torneo de ascenso y que no coincidió con el día de disputa de los partidos de su equipo.

“El día que Maradona dio la lista no lo podía creer. Es un sueño y lo voy a aprovechar y disfrutar”, dijo Canuto. Ayer se decía que Maradona podía llegar al estadio que lo vio nacer futbolísticamente y que lleva su nombre. No fue. Habría visto que la designación de Canuto está justificada.

Fue el cuarto en el torneo y antes lo había embocado a Lanús provocando el delirio de los sabaleros que peleaban la punta con el granate.

1.jpg

El Tato Canuto recibe el saludo de Ortigoza, otra de las figuras del equipo de Vivas.

Foto: DyN