Perdió injustamente porque superó a un equipo que se conduce inexorablemente al ascenso...

¡Hasta dio bronca verlo jugar bien a Unión!

Sólo le faltó el gol para amargar la fiesta que armaron los tucumanos. ¿Por qué no se jugó de esta manera en todo el campeonato...?

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a San Miguel de Tucumán)

Los números y las realidades marcan tendencias. Así como Atlético Tucumán acumula el 71 por ciento de los puntos disputados en esta segunda rueda y, de los últimos 20 cotejos, ganó 13, empató 6 y sólo perdió uno (ante Almagro), Unión lleva diez partidos de visitante sin ganar y este año apenas si rasguñó un puntito en su visita inicial a Belgrano. Mientras Atlético Tucumán disfruta de más de dos meses sin derrotas (ese encuentro ante Almagro se jugó hace 76 días), Unión lleva tres enfrentamientos sin ganar y la misma cantidad sin hacer goles.

Es cierto que no todo en fútbol pasa por las estadísticas, pero el de anoche pareció un partido que se lo terminó llevando el que venía más dulce, el que está en racha positiva y el que se aprovechó de este momento feliz para volver a disfrutar y pegarle, en este caso a Unión, un cachetazo a ese que arrastra la malaria de los malos resultados.

Este Unión plagado de problemas internos, con desencuentros dirigenciales y carencias económicas; este Unión que armó un plantel para pelear el campeonato y que hoy está fuera de toda posibilidad, de mitad de tabla hacia abajo y redondeando una campaña que ya hace un tiempo alcanzó el mote de fracaso; este Unión que no tiene paz y que todavía no se sabe cuándo encontrará el piso en semejante caída, se decidió a jugar en Tucumán un partido que no pareció el de un equipo aniquilado moral y futbolísticamente, sino el de un plantel comprometido, al menos con lo más preciado que debe guardar un jugador de fútbol -y cualquiera en cualquier orden de la vida-, que es la dignidad.

Es que estos futbolistas, que ya deberían saber que han fracasado rotundamente en el intento, provocaron que la multitud de tucumanos que fue a la cancha a ver ganar a Atlético festejaran el final con más desahogo que algarabía, puesto que sufrieron, y en buena proporción, hasta el pitazo final de Baliño.

La pregunta es: ¿por qué ahora y no antes, Unión? ¿Qué fue lo que pasó? ¿Hasta qué punto incidió en este plantel el cúmulo de errores cometidos afuera de la cancha? Seguramente, nadie tendrá elementos de juicio valederos, no sólo para contestar estos interrogantes, sino para suponer que el plantel sólo encontró motivación suficiente a partir de la promesa de los dirigentes de pagarles hoy el sueldo de febrero.

¿Por qué Unión disputó el partido de anoche como si se estuviese peleando el ascenso a Primera en esos 90 minutos de juego? Bienvenida sea la actitud que tuvo anoche el plantel, que fue excelente y exageradamente castigada por la derrota. Pero, ¿qué pasó antes con Unión?, ¿por qué no le jugó a la CAI, a Los Andes, al mismo Chacarita o los mendocinos, como lo hizo en los 90 minutos de anoche? Esto es lo que no se entiende. Porque, si este Unión sin Guerra, sin Alessandria, sin Peralta, sin Arrieta, con Fontana improvisado (pero respondiendo en gran forma) como marcador central y con un pibe como Suárez, que se está recibiendo de grande a los golpes y muy rápidamente, fue capaz de jugarle de igual a igual y hasta superándolo en muchísimos pasajes del partido a Atlético Tucumán, que traía como antecendente la sorprendente e indiscutible realidad de sus números tan favorables, no se entiende cómo Unión dilapidó este torneo y ni siquiera fue capaz de arrimar y pelearlo hasta la última fecha.

En buena hora que se haya jugado cómo se jugó, porque esto quiere decir que los miembros del plantel tienen vergüenza y no pretenden rifar su dignidad; pero también es cierto que la sucesión interminable de errores que se cometieron, partiendo de los problemas económicos que parecen insolubles para los dirigentes, la decisión de Quiroz de hacer lo imposible para irse, más el fracaso anticipado de los refuerzos, que a excepción de Guerra no aportaron lo que de ellos se esperaba, acabaron por armar esta campaña, que está terminada en cuanto a las expectativas de alcanzar los objetivos planteados y que ahora debe ser utilizada como banco de pruebas para muchos, empezando por el técnico.

Viendo a Unión superar a Atlético en el trámite; observando un equipo inteligentemente dispuesto en la cancha, generoso para la lucha y bastante claro y preciso para manejar la pelota, no se puede descartar a Ariel Catinot como una alternativa. Quizás, “Titi” y el “Negro” Altamirano puedan necesitar alguien con un poco más de rodaje como entrenador para que les dé una mano. Pero, para este Unión carente de posibilidades económicas, lo que se va a necesitar es que haya gente que lo quiera y esté dispuesta a darle una mano de verdad, trabajando desde adentro y poniéndole el pecho al momento y a las balas, como tantas veces lo hizo Trullet, por ejemplo. Ellos dos (Altamirano y Catinot) se pusieron al frente en un momento bravo, incierto, duro para los jugadores, para los dirigentes y para la gente, con un técnico que “huyó” literalmente (Quiroz), posiblemente viendo que se le venía la noche, pero sin nada de fortaleza para capear el temporal y quedarse en el barco hasta que se hundiera. No los candidateo, simplemente digo que no habría que descartarlos. Inclusive, sumando alguien más que fortalezca, con sabiduría y experiencia, ese cuerpo técnico, inexperto pero de coraje, que armaron dos tatengues que quieren de verdad al club.

Posiblemente, Catinot y Altamirano sepan más que nadie, porque fueron jugadores, que son éstos los que definen adentro de una cancha. Si no lo entendieran de esa manera, hoy estarían exprimiéndose la cabeza para encontrar explicaciones para tantos desniveles en el juego. ¿Por qué tan bien ante los tucumanos y frente a 25.000 personas hostigándolos, y por qué tan mal ante rivales de menor envergadura, como un Los Andes o la CAI?

Hay futbolistas que, por más esfuerzo que hayan puesto ayer, seguramente no estarán en los planes para el próximo año. Intentarán, en lo que resta jugar, dar lo mejor de sí para que Unión sea su propia vidriera. Zapata y Pereyra son dos que se desempeñan como si aún pertenecieran a Unión, pero ambos quedarán con el pase en su poder al cierre de este torneo. La situación de Diez, Jorge Torres y De la Fuente es incierta, nada asegura que puedan seguir en el club y hasta parece complicada la posibilidad. Y creo que Catinot viene dando signos claros respecto de otros jugadores como Alessandria, Arrieta y Peralta. En contrapartida, es bueno lo del pibe Suárez; ayer debutó Taborda y otros, como Pérez, buscan el afianzamiento definitivo.

Unión tiene que empezar a pensar más en el 2009-2010 que en terminar lo mejor posible esta temporada, que ya está acabada por donde se la mire. Admitir, quienes deben hacerlo, el fracaso rotundo de esta campaña. Y entender que hay que empezar a rearmarse en todos los aspectos, no sólo el deportivo, para evitar un desmoronamiento mayor de esta estructura tan precaria sobre la que está afirmado el fútbol de la institución.

///

EN NÚMEROS

30

Años sin ganar

Es el tiempo que lleva Unión sin conseguir una victoria en ese estadio. La última vez fue en el Nacional de 1979, cuando lo derrotó en semifinales. El historial entre los dos es muy parejo: 8 victorias para cada uno.

///

ADEMÁS

Buenos recuerdos

Hacía casi 13 años que no íbamos a la cancha de Atlético Tucumán. Es que la última vez que un equipo santafesino jugó allí fue en 1996, cuando el Unión de Trullet, que se acercaba a la definición que le dio el ascenso, perdió 1 a 0 con el decano.

Muchos colegas y aficionados tucumanos nos hablaban de algunos futbolistas de esa ciudad que jugaron y con buen suceso en Unión.

Por ejemplo, en la cancha estuvo Raúl Aredes, aquel talentoso enganche que tuvo participación en el equipo de Zuccarelli en Primera y fue suplente de Madelón. También se lo recuerda a Juan Gerónimo Paz, centrodelantero en el Nacional de 1979. Y otro que llegó a Unión desde Tucumán fue Víctor Hugo Arroyo, aquel wing derecho que también militó en el tate en los últimos años de la década del ‘70.

Por otra parte, se recordaba en Atlético el paso de Carlos Trullet como entrenador; también, el de Darío Carbol y, obviamente, de la “Chancha” Zárate, que es muy querido por la gente del decano.

¡Hasta dio bronca verlo jugar bien a Unión!

Fernando Fontana fue la figura del equipo, con un sólido desempeño en un puesto en el que no había jugado nunca en Unión: marcador central. La última zaga rojiblanca tuvo un gran partido.

Foto: Agencia Télam

///

en relación

Ante Tiro Federal, sin dos titulares: De la Fuente y Zapata

El partido ante Tiro Federal, de la próxima fecha, se jugará el viernes venidero a las 21 en el estadio 15 de Abril.

Para ese cotejo, Catinot no podrá contar con Fernando De la Fuente ni con Martín Zapata. El primero fue expulsado anoche (igualmente había llegado al límite de tarjetas) y, en el caso de Zapata, por acumulación de amarillas.

La reacción de De la Fuente -que estaba jugando un buen partido- fue inadmisible: cometió una falta y luego pisó al rival con el que forcejeaba; cuando vio la roja de parte de Baliño, algo le dijo al pasar y se retiró a los vestuarios apenas cuatro minutos después de que el árbitro ordenara la expulsión de Castro, el volante tucumano, por doble amarilla.

A propósito de Baliño, la actuación fue aceptable. Por lo que se vio, el penal de Zapata a Longo existió.

No se dejó impresionar por el juego al límite del reglamento por parte de los dos equipos y sólo hubo una situación dudosa: ¿no fue penal la falta que le cometió Páez a Torres y que Baliño marcó como tiro libre afuera del área? Dio toda la impresión de que el foul se cometió en la línea del área o entrando a la misma.

///

SÍNTESIS

ATL. TUCUMÁN 1

UNIÓN 0

Cancha: Atlético Tucumán.

Arbitro: Jorge Baliño.

Atlético Tucumán: Ischuk; Bressán, Páez, Azconzábal; Montiglio, Granero, Musto, Longo y Matías García; Luis Ignacio Rodríguez y Juan Pablo Pereyra. DT: Héctor Rivoira.

Unión: Ojeda; Pérez, Fontana, Suárez y Jacob; Zapata, Diez, De la Fuente y Torres; César Pereyra y Márquez. DT: Ariel Catinot.

Gol: en el segundo tiempo, a los 7 min, Rodríguez (AT) de tiro penal.

Cambios: en el primer tiempo, a los 39 min, Castro (AT) por Montiglio. En el segundo, a los 24 min, Weiner (U) por Márquez; a los 26 min, Dematei (AT) por García; a los 35 min, Taborda (U) por Zapata; a los 37 min, Leopoldo Gutiérrez (AT) por Pereyra.

Incidencias: en el primer tiempo, a los 40 min, expulsado Rivoira, entrenador de Atlético Tucumán. En el complemento, a los 23 min, expulsado Castro (AT), y a los 27 min, expulsado De la Fuente (U).

Amonestados: en Unión, Márquez, De la Fuente y Zapata.

¡Hasta dio bronca verlo jugar bien a Unión!

Jorge Torres pelea la posesión del balón contra tres rivales. El volante fue el mejor en una línea en la que el rojiblanco mostró las mayores falencias.

Foto: Gentileza La Gaceta de Tucumán

3.jpg

Duelo de marcadores centrales. Fernando De la Fuente (en el piso) pierde en esta ocasión ante el volante tucumano. El cinco de Unión se equivocó en una reacción y eso le costó caro a su equipo.

Foto: Gentileza La Gaceta de Tucumán

4.jpg

Fue muy pobre el trabajo de Fernando Márquez en la ofensiva. No supo ser el compañero de un César Pereyra que volvió a destacarse como el principal jugador rojiblanco en el área contraria.

Foto: Gentileza La Gaceta de Tucumán