El equipo de Aires testigo del suceso

713 lanchas

 

Considerado el concurso de pesca de embarcados más grande del mundo, la 34ta Fiesta Nacional del Surubí de Goya, Corrientes, sumó 713 embarcaciones y fue record Mundial.

Gustavo A. Recce

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Aires de Aventura dio el presente en la 34ta edición de la Fiesta Nacional del Surubí de Goya, un verdadero ícono en la estrategia de promoción turística que desarrolla la provincia de Corrientes.

La convocatoria se constituye en la mayor fiesta de pesca de embarcados del planeta, no existiendo registros a nivel mundial de semejante fiesta de pesca de embarcados.

Esto seguramente se debe a un trabajo mancomunado de la organización con el sector público y las empresas que participan como patrocinadoras, que trabajan hace años para lograr que hoy esto sea una realidad.

Largada incomparable

El riacho Goya -de no más de trescientos metros de ancho- fue una vez más el escenario tradicional para la impresionante largada de embarcaciones.

Indudablemente que la de esta edición fue la largada más impresionante de todas las que me tocó presenciar, será porque en esta oportunidad encendieron motores y se hicieron a la cancha de pesca las setecientas trece embarcaciones, todas al mismo tiempo.

En los momentos previos al disparo de partida, observar apostadas en las márgenes de ambos lados una lancha al lado de otra a lo largo de varios kilómetros, fue el presagio de lo que iba a ocurrir luego.

Soltamos amarras y comenzó un periplo que realmente emocionaba; al momento de pasar frente al pontón en plena costanera goyana, levanté la cabeza para observar un espectáculo que quedará grabado para siempre en mis retinas.

No había lugar para meter la embarcación en ningún lado; todo el riacho se había convertido en una auténtica batidora, donde recibíamos “baldes” de agua de todos lados. En un momento giré mi cabeza para mirar hacia atrás y me corrió un escalofrío por todo el cuerpo cuando observé las cientos de embarcaciones que venían envueltas en una bruma que realmente ponía los pelos de punta.

Participar en una largada de éste tipo, para nosotros que habitualmente concurrimos a los concursos de toda la región es como el bautismo de fuego, y este es el lugar y momento en que todos los pescadores deportivos quieren estar.

En pleno concurso

Después de la largada, llegamos a la zona de pesca y comenzamos a recorrerla para tener bien identificados tres o cuatro lugares para cuando cayera la noche.

Cuando nos decidimos por uno de ellos eran las cuatro de la tarde. Como el concurso comenzaba en una hora, aprovechamos esa hora para tomar unos mates y acomodar un poco la lancha que por cierto había sufrido los embates del oleaje y estaba todo “patas para arriba”.

A las cinco en punto, después de acomodar nuestras cañas y reeles para no perder un minuto, encarnamos nuestros anzuelos con unas morenas “botellonas” y después de desearnos suerte, arrojamos las líneas al agua.

Elegimos un lugar bien playo sobre un arenal, no tenía más de cuarenta centímetros de profundidad, lugar que habitualmente no se tiene en cuenta pero sabido es que el surubí también desarrolla sus hábitos de caza en lugares poco profundos.

La noche había llegado y el equipo mantenía su espíritu intacto. Siempre atentos al mínimo indicio de pique, las charlas se suscitaban con recuerdos y anécdotas de concursos y jornadas de otras pescas en las cuales habíamos logrado cuatro o cinco capturas, deseando que se repitiera en ésta.

La hora de la picada llegó y con farol de por medio, Tony decidió sorprendernos con un buen chorizo casero acompañado con queso y pan; fernet con coca fue la bebida que nos ayudó a pensar un poco más en nosotros que en la pesca.

Cuando decidimos cambiar de lugar la luna no era grande, pero calculamos que nos acompañaría hasta las dos de la mañana

Una emoción, al fin

Recorrimos la costa a velocidad lenta y encontramos una linda salida de arroyo para volver a probar suerte. Nos apostamos en el lugar ya mucho más abrigados porque la temperatura había bajado considerablemente y lo esperamos… no pasó mucho tiempo y tuve el primer pique que fue una llevada violenta, aunque al cañarlo me daba cuenta que no era un surubí. Inmediatamente fue hacia la superficie, poniendo en evidencia que era un hermoso manduvé de seis kilos, con el que nos sacamos una foto de rigor y nuevamente lo devolvimos al agua.

Fue tiempo entonces de la cena. Habíamos llevado -como es nuestra costumbre- un locro congelado del primero de mayo. Sacamos nuestra cocinita portátil y pusimos a calentarlo a fuego bien lento. Honestamente, no puedo expresar con palabras el olorcito que salía de esa olla cada vez que la destapábamos para revolver, imagínense que no quedó absolutamente nada. Esto le puso a la pesca un envión anímico que duraría mucho tiempo más.

Otra vez será

Las horas de la madrugada, las que yo llamo “bajas”, son las horas del concurso en que no hay que dejarse vencer por el sueño, uno nota que ya nadie se mueve en otras embarcaciones, todos están sufriendo el sueño. Es ahí cuando hay que salir a buscarlo, por eso probamos en dos o tres lugares más, pero nuestro destino estaba marcado: no sería una noche para el recuerdo en cuanto a pesca se refiere.

No tuvimos suerte esta vez, pero la pesca no solo se trata de la captura, uno se lleva recuerdos que perdurarán por mucho tiempo… la picada, el locro, los chistes, compartir momentos con amigos que es lo que nos alimenta a las personas y nos hace feliz.

La pesca quedó en segundo plano, al amanecer pusimos proa hacia el puerto de Goya, felices de haber estado presentes en una edición más de la fiesta que reunió a pescadores de todo el país.

 

713 lanchas

Celeste y blanco. Goya fue el epicentro de la pesca deportiva nacional, reuniendo a concursantes de varias provincias argentinas.

Foto: gUSTAVO RECCE

 

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EL DATO

BARRA SURUBI SANTAFESINO

El equipo “FUEGO”, integrantes de la Barra Pesquera de nuestra ciudad, logró un meritorio octavo puesto en la categoría por equipos con dos capturas de 81 y 79 cm respectivamente. Felicitaciones para ellos de Aires de Aventura!!!

713 lanchas

La única alegría. Este mandubé fue nuestra única captura del concurso.

Foto: gustavo recce

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“Surubí Kokito” con el trofeo y los laureles ganado por la captura de 5 piezas.

Foto: gustavo recce

713 lanchas

A la mesa, los representantes de Aires: Tony, Néstor, Jorge, Nery y Gustavo.

Foto: gustavo recce

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EL DATO

Pescadora de holanda

Vestida con una remera naranja, representativa de los típicos colores de su país, Franka Vork Torgoff, pescadora oriunda de Holanda, recibió una distinción por parte de los organizadores del concurso que consistió en un trofeo artesanal.

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BREVES

Suerte y destino

La suerte y el destino tienen mucho que ver en la pesca también, hecho que quedó comprobado cuando minutos antes de la largada nos encontramos con Santiago, un goyano y ex fiscal general de la fiesta, que se encontraba en una embarcación a nuestro lado.

El grupo de lanchas del cual formábamos parte iría a pescar a la misma zona, la ocho. Como en todo concurso, uno trata de llevarse la mayor cantidad de “datos” que nos puedan servir para encontrarnos con la captura; fue así que mates de por medio se entabló una charla amena entre algunos pescadores que nos encontrábamos en el lugar.

Aproveché el momento para preguntarle a Santiago por la zona y los mejores pesqueros, él nos respondió a todos que había dos lugares propicios para la pesca, y que a su criterio eran bien recomendables: uno aguas arriba de la salida del arroyo “Zoto”, sobre la boca de una laguna, y el otro al final de la cancha sobre la margen derecha del Paraná, sobre la salida de un arroyo. Nosotros elegimos ir a esta última y ahí desarrollamos nuestra pesca durante toda la jornada.

A nuestro regreso y ya en la cena entrega de premios, al momento de la coronación de los campeones, anuncian a los ganadores del concurso con cinco capturas. Me quedé perplejo al comprobar que uno de los ganadores resultó uno de los muchachos que estaban escuchando atentamente los datos de nuestro interlocutor; ellos habían elegido “jugársela” al dato de la boca de la laguna y evidentemente no se equivocaron.

Ellos ganaron con los datos que pudieron recabar en esa charla previa, minutos antes de largar, con lo que se comprueba mi frase inicial a este relato: en la pesca, muchas veces la suerte y el destino están marcados.

713 lanchas

Una pintura. En nuestro regreso a Goya nos sorprendió el sol en el este.

Foto: gustavo recce

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La Barra Pesquera de Luján hizo entrega de la Virgen patrona de la ciudad.

Foto: gustavo recce

713 lanchas

Mesa de soberanas. Goya reúne en cada edición las reinas de otros eventos.

Foto: gustavo recce