En la campaña 2009-10

La Argentina no lograría saldo exportable de trigo

Es porque la intención de siembra apenas alcanza las 3,7 millones de hectáreas. Es casi un 20 por ciento menos que la campaña que terminó en enero. La mala noticia se anunció en el congreso “ A todo trigo” que se realizó en Mar del Plata.

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Una caída histórica. El país vende trigo desde 1890. En las primeras décadas del siglo XX fue el primer exportador mundial. Hasta hace dos años era el quinto.

Foto: Archivo/Mauricio Garín

Campolitoral

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La bomba no sorprendió a casi nadie. Es probable que la próxima campaña argentina de trigo no deje saldos exportables. Lo aseguraron varios de los referentes de este cultivo en el congreso “A todo trigo” que se realizó esta semana en Mar del Plata.

La cosecha nacional de este cereal se viene derrumbando desde el año pasado. En la campaña 2007-08, los productores habían logrado una trilla de más de 15 millones de toneladas. Un tercio se consumió en el mercado interno y el resto se vendió al exterior (sobre todo a Brasil, que concentra el 60% de las exportaciones).

Las cifras fueron muy distintas este último enero, cuando terminó la trilla pasada. El volumen final de la cosecha apenas alcanzó las 8,7 millones de toneladas, la mitad que el período anterior. Las causas ya se saben de memoria. El cultivo sufrió el castigo combinado de la sequía y la incertidumbre política.

Lo que esta semana se dijo en Mar del Plata es que la nueva esa cifra podría ser todavía más baja en la campaña que está arrancando. “Si sigue cayendo la producción se van a resentir las exportaciones y hay serias dudas de que vayamos a tener saldo exportable en la próxima campaña”, aseguró Alberto Rodríguez, director del Centro Exportador de Cereales (CEC), en la conferencia que ofreció en “A todo trigo”.

“Actualmente estamos exportando el 30% de la producción —agregó—, que es el mismo nivel de ventas externas que teníamos en 1978, cuando el nivel normal de exportaciones en esta década hasta esta campaña fue del 70% del total del trigo”.

El consultor Gustavo López (Agritrend) le recordó al diario La Nación que hay que remontarse hasta 1890 para encontrar el dato de la última vez que la Argentina no vendió trigo al exterior. Durante el siglo pasado, el menor saldo exportable se registró en 1952, también en el marco de una intensa sequía.

En Mar del Plata, Roberto Rivas, presidente de la Cámara de Acopiadores de Granos, también reconoció que “la situación es muy complicada, con los niveles de producción más bajos desde que existen las estadísticas. No hay que olvidar que la Argentina fue el primer exportador mundial de trigo”, destacó.

Uno de los directores de Federación Agraria, Jorge Solmi, se focalizó en el impacto que las malas cosechas tienen en las economías regionales. “Las últimas campañas de trigo fueron devastadoras para los pueblos del interior, quienes hoy carecen de las cuestiones básicas para vivir”, afirmó. ““Acá se van sumando una serie de medidas del gobierno —planteó Rivas— que han hecho un desastre, como no tener permisos para exportar; eso es una locura total, como si fuera tan fácil conseguir mercados en el exterior”.

La siembra que viene

La sequía está retrasando la implantación del trigo nuevo, jaqueada también por la incertidumbre de los productores frente al escenario comercial que enfrentará la venta del cereal. Las bolsas de cereales todavía mantienen la intención de siembra en alrededor de 3,7 millones. El problema es que esta superficie no dejaría saldo exportable del grano argentino, por lo cual importadores como Brasil, por ejemplo, histórico comprador de trigo argentino, ya está buscando nuevos proveedores.

En cuanto a las cotizaciones, las ofertas para el cereal de esta campaña se ubican en torno de los 145 dólares por tonelada, en los puertos del sur bonaerense, frente a un costo de implante que supera los 133 (dólares por hectárea), según relevamientos privados.

Cuando se llevan sembradas sólo 60.000 hectáreas con trigo nuevo, en los principales cinturones productivos del país persiste la incertidumbre de los chacareros frente a la campaña 2009/2010. Las mayores dudas surgen porque siguen cerrados los registros de exportación e intervenidos los precios para el grano.

A esa situación se suma el creciente aumento que muestran los principales agroquímicos que requiere la siembra, por lo cual técnicos y consultores privados descuentan que la incorporación tecnológica será mínima en los planteos de este ciclo.

Aún en el poco probable escenario de que afloje la sequía, la siembra se sigue complicando por la falta de financiación para comprar insumos básicos y por los retrasos en la negociación de los arrendamientos. En este contexto se sostiene el recorte de la superficie sembrada estimada en un 18,6 por ciento inferior a la zafra precedente.

 

“La situación es muy complicada, con los niveles de producción más bajos desde que existen las estadísticas”, aseguró Roberto Rivas (Cámara de Acopiadores de Granos).