El mensaje acusador

“Cuando termines el trabajo llamá al capo para repartir”

La Justicia investiga al jefe de Policía de Providencia y al subjefe de la Unidad Regional XI de Las Colonias como probables partícipes de un robo a una casa de familia del pequeño poblado. Ambos fueron apartados de la fuerza.

1.jpg

El 24 de enero dos hombres vestidos de azul -se cree que falsos policías- fueron vistos en cercanías de la casa asaltada la madrugada siguiente.

Foto: Archivo El Litoral

Juliano Salierno

[email protected]

“Negro: cuando termines el trabajo llamá al capo para repartir. Después hablamos”. La orden escrita en letra de mano, en un pedazo de papel blanco con renglones, encierra ciertas ambigüedades. Apareció en una casa de Providencia, donde dos desconocidos entraron a robar una madrugada de verano. ¿A quién está dirigido el mensaje? ¿Cuál es ese “trabajo’ al que se refiere la nota? ¿Quién es el “capo’? y ¿De quién es la letra que manda?

Estos son algunos de los interrogantes que intenta develar la Justicia santafesina, que esta semana viajó al pueblo para tomar declaraciones a víctimas y testigos, y analizar de cuerpo presente el escenario donde se produjeron los hechos.

La investigación, a cargo del juez de Instrucción Penal Darío Sánchez, corre con dos ventajas fundamentales. En la breve misiva consta además un número de teléfono celular, con característica de Esperanza, que pertenece al comisario inspector Sergio Trod, hasta hace poco subjefe de la Unidad Regional XI.

Además, según un peritaje de la propia fuerza policial, el trazo de la letra encontrada es muy similar al de unos escritos secuestrados en la comisaría de Providencia; y todo indicaría que pertenecen al jefe de esa dependencia, el suboficial ayudante, Juan Carlos Correa.

Las detenciones

Ante semejantes evidencias, la Delegación Centro Norte de Asuntos Internos que inició el expediente, acercó las pruebas al juez Sánchez, y éste ordenó las detenciones de Trod y Correa, el lunes 27 de abril. Cinco días después recuperaron la libertad tras prestar declaración indagatoria como presuntos “partícipes” de “robo”.

Ambos niegan estar relacionados al episodio delictivo; Trod asegura que su teléfono celular es de dominio público y asegura que se trata de una vendetta, mientras que Correa dijo que la letra no es suya ni que haya sido él quien diera semejante orden.

Para echar luz a la cuestión una perito calígrafo del Poder Judicial de Santa Fe le tomó una prueba el viernes pasado a Correa y se llevó cuatro hojas escritas por el policía, que serán cotejadas con el mensaje acusador y los otros elementos gráficos secuestrados para la causa.

Aunque el informe todavía no está listo, fuentes cercanas al caso aseguran que a simple vista una y otra muestra pertenecen a la misma persona y que no haría falta un especialista para darse cuenta que esos trazos son de Correa. No obstante, se aguardan los resultados que confirmen o descarten la evidencia.

La nota que incrimina a los jefes policiales estaba tirada en la casa de una familia de Providencia, donde dos desconocidos entraron a robar la madrugada del 25 de enero pasado. Los delincuentes fueron sorprendidos en plena actividad por uno de los habitantes, que inesperadamente abrió la puerta y escuchó ruidos. Eran dos y alcanzaron a escapar por el fondo de la casa, pero en el camino dejaron una pista, la misma que ahora vuelve hacia ellos.

 

///

UBICACIÓN

Providencia

es un pueblo pequeño, dedicado en su mayoría a la labor agropecuaria, que ronda los mil habitantes. Pertenece al departamento Las Colonias y está 100 km al noroeste de Santa Fe. Para llegar hay que tomar la Ruta Provincial Nº 4 y desviar 13 km hacia el oeste, a la altura de María Luisa.

///

ADEMÁS

Todas las sospechas

La rutina, que lleva a los pobladores de cualquier comunidad pequeña a conocerse entre sí, sirvió esta vez para ayudar a la Justicia en el esclarecimiento del hecho. Varias personas contaron de la presencia de “dos policía nuevos” que se presume, eran “falsos”, la tarde previa al ingreso a la vivienda.

Según se cree, los ladrones tenían el dato de que en la casa había una importante suma de dinero destinada a la compra de un campo, cuando sus habitantes aseguran que no guardaban más de $ 5.000. Allí viven cuatro personas: un matrimonio, que esa noche estaba en un cumpleaños de 15; su hijo de unos 30 años, que justo esa tarde había ido a pescar; y la pareja de este último, que estaba en la casa de unas amigas.

Esta última fue quien llegó a la casa en medio de la noche y empezó a gritar cuando los vio moverse apurados desde atrás de un biombo. Luego dijo que los delincuentes estaban vestidos de azul, y el dato coincidió con el de los desconocidos policías merodeando la casa. Además, se suma a las sospechas que no haya habido nadie en la comisaría esa madrugada y que el jefe estuviera a 60 km, en la localidad de Elisa.