Fue el equipo de todos en la cancha de Colón
Santa Fe y la Selección, por
encima de cualquier otra cosa
El país entero, menos la ciudad de Santa Fe, pudo ver por TV un estadio repleto, pintado con celeste más blanco y sin ningún tipo de problemas en las tribunas. Una multitud acompañó.
Darío Pignata
Pasó el examen de la Selección Argentina en Santa Fe. Y se aprobó, con muy buen puntaje, en todos lados. Adentro de la cancha, con una idea de fútbol federal que el interior nunca le terminará de agradecer a Diego Armando Maradona, como si no fuera demasiado lo que ya hizo él con los cortos en la época en la que jugaba a la pelota. Afuera, también se aprobó y con margen, desde la espectacular convocatoria, el paisaje bien criollo pintado con los colores de la Selección y una organización que no dejó nada librado al azar. Quedará, para otro momento, revisar en el interior las famosas zonas mixtas, donde deben interactuar los clubes que ponen sus estadios —anoche fue Colón— y las cabezas visibles de la empresa Santa Mónica, porque no hubo sensibilidad en el costo de los palcos y las plateas. “No esperábamos tanta gente, sabemos que no está Messi”, dijo el pibe De Federico. El costo de los tickets de butaca cotizaban como si jugara Messi y ése fue un problema a resolver. Que lo sacaron adelante con mucho ingenio.
Desde el gobierno de la ciudad, la Liga Santafesina de Fútbol, Unión y los dirigentes de Colón. Es que Lerche y compañía sabían claramente que había que mostrar al país el estadio lleno. Sea como sea. Entonces, el aprobado fue más grande todavía. Porque se buscaron las fortalezas (las ganas de ver a la Selección y la fiebre por los cuatro jugadores de Colón convocados) y se trataron de disimular las debilidades (un rival sin historia, horario complicado, altura del mes). El ambiente del fútbol no se quedó de brazos cruzados esperando para “ver qué pasa”. Cuando se dieron cuenta que la cosa podía fallar, todos trabajaron. Los dirigentes de Colón armando “paquetes” de entradas para sus sponsors, para gremios de la ciudad, para empresas. La Liga Santafesina de Fútbol movilizando con sus dirigentes a todos los pibes de todos los clubes. ¡No se imaginan lo que era ayer la explanada de la Legislatura con más de 1.000 pibes formados y esperando por las entradas! Lo mismo con los jugadores de las divisiones inferiores de Colón y Unión. Incluso, más de 1.200 chicos de los programas deportivos municipales estuvieron en la cancha.
Detrás de un estadio lleno, hay historias que merecen ser contadas. Porque hubo gente que estuvo dos noches sin dormir. Porque si la cancha hubiera mostrado grandes blancos o la organización falencias, la sede de la Copa América 2011 hubiera tambaleado. No alcanzaba con cruzar los dedos. No era cuestión de “buena suerte” o “mala suerte”. Había que trabajar. Y se trabajó. Desde el Estado hasta lo privado, sin olvidarnos de la gran lección de madurez que brindaron las 24.000 personas en las gradas. Se pidió que no hubiera camisetas ni banderas de Colón o Unión para evitar provocaciones... y no las hubo. Apenas algún cantito —“Yo soy de Colón...”— y silbidos aislados para Canuto. Se podrían haber evitado, pero no alcanzaron para empañar la fiesta de todos en Santa Fe.
El presidente de Colón, Germán Lerche, fue muy generoso en sus conceptos al decir que “esto ya no es de Colón ni de este dirigente, sino del fútbol de Santa Fe”. Apuntaba a Argentina-Panamá y también a la Copa América del 2011. Está bien que no gaste el “yo-yo”, pero sería de ciegos ignorar que fue el pope máximo sabalero quien puso el primer ladrillo en la pared. Su increíble relación con Grondona lo hizo posible. Lerche consiguió la caña y después hubo que comprometer a mucha gente para empezar a pescar al lado del Salado.
El gesto de madurez de la dirigencia del fútbol de Santa Fe es algo que merece ser destacado. Porque vivimos años indeseados de relaciones institucionales cortadas, declaratorias de personas no gratas y todo ese tipo de cuestiones que no conducen nunca a nada. A las dos dirigencias, se acopló la Liga Santafesina de Fútbol y las entidades intermedias. Se trabajó de manera responsable y hubo mucha gente detrás, porque no se puede dejar a la Selección Argentina con Maradona en manos de cualquier “loquito”. Esto es alta competencia y requiere organización. Porque, se sabe, la organización vence al tiempo. Y en definitiva, por más que uno sea impaciente o ansioso, es el tiempo el que termina poniendo a cada uno en su lugar.
Santa Fe y la Selección Argentina de Maradona estuvieron por encima de cualquier cosa, como debe ser. Una fiesta completa para una jornada inolvidable por donde se la mire. El partido entró y ya quedó en la historia. Como para que dentro de 30 años los periodistas de El Litoral busquen en el archivo (vaya a saber qué tecnología se usará para ese entonces) y escriban que “un 20 de mayo de 2009 en la cancha de Colón jugó la Selección Argentina de Maradona...”.
Pasó la gran prueba de fuego, y Santa Fe deportiva quedó muy bien posicionada para el futuro después de Argentina-Panamá anoche en el Brigadier López. Quedan dos años para preparar la ciudad, el estadio, la hotelería, el aeropuerto, la gastronomía y el turismo para la sede de la Copa América 2011. Hay que trabajar el doble, pero siempre con un objetivo claro: Santa Fe por encima de cualquier cosa.
