El trovador atrevido llega a Santa Fe

Zambayonny trae su lengua afilada

La cita será este domingo en Dublin Bar. Presentará las canciones de “Salvando las distancias”, y algunas inéditas.

Ignacio Andrés Amarillo

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Este domingo, el polémico Zambayonny llegará por primera vez a Santa Fe. El cantautor que fue suceso en la web y que saltó a los medios nacionales con su léxico prohibido brindará un recital en Dublin Bar (25 de Mayo 3463), donde desde las 22 presentará su última producción discográfica, “Salvando las distancias”, e interpretar algunas canciones inéditas que seguramente aparecerán en el próximo álbum.

—¿Cómo empezó el personaje y sus canciones?

—La historia tiene que ver con una idea de hacer canciones que tuvieran algún lenguaje más cercano a lo que uno escucha en la calle o habla habitualmente. Las canciones empezaron a circular mucho por Internet: algunos amigos subieron algunas y se empezaron a propagar bastante. Hasta que un día me llamaron de “Televisión Abierta” (hará tres años), que es un programa de cable de Buenos Aires, y me ofrecieron hacer algunas canciones en vivo, aparecí con una máscara.

Eso tuvo más repercusión todavía en Internet. Entonces me ofrecieron que empezara cantar en vivo las canciones, y me empecé a subir a los escenarios. En 2006 tocamos poco, en 2007 un poco más y en 2008 más de 70 veces; empezamos a girar por el interior, firmamos un contrato importante. Así que muy contentos.

—Sos uno de los primeros en hacerse masivos online: tus canciones no se pasan en los medios abiertos.

—Tiene que ver con el auge de pasar canciones por Internet. El boca en boca fue más virtual en este caso. Antes ocurrió con otra gente, pero a través de copiar cassetes. Sin duda que Internet colabora con esa idea de que si a uno le interesa algún autor puede buscarlo y encontrarlos gratuitamente. Antes era muy difícil: si te gustaba un cantante español tenías que esperar que te lo trajera alguien o buscarlo en catálogos.

—¿Tus amigos o vos subieron los temas?

—Los primeros los subieron amigos, yo mucho manejo de Internet no tenía (risas). Yo hacía las canciones y se las mostraba a ellos en reuniones en casa. Había como una especie de ceremonia donde yo presentaba discos caseros, para los amigos.

—¿Cómo estás trabajando ahora que esto tomó un rumbo más profesional? ¿Tenés manager?

—Manager tengo desde que empecé a tocar en vivo. Firmamos un primer contrato, y ahora firmamos con Pelo Music, una empresa muy importante de Buenos Aires. Sacamos un disco que se llama “Salvando las distancias”, que salió en todo el país y se consigue en DVD. Las cosas han cambiado: de tocar para poca gente a hacer cinco Ateneos, tres Trastiendas y muchos shows en Montevideo y el interior del país.

—¿Quiénes son tus oyentes?

—Yo no tenía mucha idea de quiénes iban a ir a los shows. A poco de arrancar me di cuenta de que era un público muy variado: hay chicos de 17 y hombres de 70 años. Cada uno disfruta de canciones o partes distintas: algunos se ríen de algunas palabras y otros de otras, o les gustan canciones que no tienen lenguaje fuerte.

—Te han reivindicado intelectuales y gente del rock, como Andrés Calamaro.

—Son personas muy generosas (risas), y evidentemente puede ser que vean algo que los atraiga, alguna lectura distinta a la primera. Es algo parecido a lo que me pasa a mí cuando escribo: uno se entusiasma con una idea y tiene ganas de seguir escribiendo.

—¿Qué influencias detectas en tu obra?

—De los Beatles a Sabina, Silvio Rodríguez a Jaime (Roos), Serrat... A mí cada uno de ellos me dejó algo. Por el lenguaje puede ser Fontanarrosa, o (Georges) Brassens, o Leo Masliah. Uno de lo que va escuchando va quedándose con el modo de hacer melodías, de plantear historias, personajes, encarar proyectos.

El porvenir

—¿Qué se viene para el futuro inmediato?

—Tengo un disco terminado para entrar a grabarlo en cualquier momento. Voy a estar en el homenaje a León Gieco que va a salir en un mes: es un disco a beneficio con varios artistas. Tengo una novela terminada para editar antes de fin de año, y posiblemente se estrene ahora en 15 días una película en la que hago un papelito: “El artista”, de Mariano Cohn y Gastón Duprat (son amigos, los de “Televisión Abierta”); trabajan (Alberto) Laiseca y (Sergio) Pángaro. Y sigo escribiendo, para seguir teniendo material.

—¿Se vienen más canciones ATP?

—Creo que siempre fueron ATP excepto por el lenguaje. Pero en realidad las que por ahí no tengan un lenguaje fuerte tampoco van a ser ATP, porque a veces la forma de escribir, o de plantear situaciones, son las mismas que antes. Entonces puede ser que a algunos no les gusten: el filtro no es la mala palabra.

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Para asistir

Las entradas son limitadas; las últimas anticipadas pueden adquirirse en Musitop (San Martín 2314), o reservarse por teléfono, al 4551816.

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El artista se caracteriza por su poblada barba y su capacidad para rimar palabras fuertes.

Foto: Gentileza producción