Insecticidas para soja

La residualidad es el peor enemigo que tienen los bichos

En Romang se realizó una jornada de actualización técnica sobre plaguicidas. La meta fue controlar las infestaciones con orugas defoliadoras.

Prensa Syngenta

Un grupo de productores y asesores técnicos del norte santafesino protagonizaron la semana pasada, una jornada de actualización técnica sobre control de insectos, en la que se observaron distintos tratamientos con agroquímicos. La finalidad de la misma fue comparar diferentes moléculas de insecticidas que poseen acción sobre lepidópteros, entre otros.

El encuentro, promovido por Syngenta, y en el que también participaron agentes de distribución de los productos de la compañía, se realizó en un campo de la localidad de Romang (departamento santafesino de San Javier), propiedad de Jorge Pasarino.

Allí, en un lote sembrado el 28 de diciembre con una variedad de grupo VIII, a 70 centímetros entre surcos, se detectó una infestación de 20 orugas defoliadoras por metro lineal (45 % de Anticarsia gemmatalis mayores de 1,5 cm., un 48% con ejemplares de la misma especie menores de 1,5 cm., y un 7 % de Rachiplusia).

Frente a ese escenario, se compararon cinco aplicaciones diferentes realizadas el 8 de marzo último, con el objetivo de medir la efectividad del insecticida Curyom y otros productos.

El ensayo estuvo a cargo del Ing. Agr. Javier Vázquez, asesor privado de la zona de Marcos Juárez, provincia de Córdoba. Para la aplicación de los diferentes productos se tuvieron en cuenta las mejores condiciones ambientales: humedad relativa (50 %), velocidad y dirección del viento (8 km/ha, SE), temperatura (30 ºC).

Poder de volteo

La aplicación se realizó con una barra de mochila con seis picos (a 0,35 m), picos cono hueco 80-015, volumen de aplicación 70 lt/ha, surcos a 0,7 m de separación, cultivo de 60 cm de altura y en R5, sembrado en dirección norte sur, sentido en el cual se aplicaron los tratamientos.

Para medir el control sobre las plagas, de cada parcela se tomaron dos muestras de un metro lineal en cada una de las cuatros fechas de evaluación: 24 horas, 5, 10 y 18 días después de la aplicación.

En ese marco, el poder de volteo se midió teniendo en cuenta la población inicial al momento de realizar el tratamiento y la que se encontraba en las sucesivas evaluaciones. Al respecto, Curyom se destacó por su persistencia cuando otros tipos de tratamientos perdieron eficacia. Así se demostró, por ejemplo, que mientras que un día después de la aplicación el control de Curyom fue equivalente al de una mezcla de Clorpirifos, Cipermetrina y aceite mineral, en el orden del 80%, a los 18 días esa brecha se agrandó un 14 %. Asimismo, cuando por entonces el control de Curyom fue total, los tratamientos con Cipermetrina sólo controlaron el 43 % de las orugas.

En Paraná

En el marco de la paradisíaca vista del parque Urquiza en Paraná, la división agro de Syngenta lanzó oficialmente la segunda generación del fungicida Dividend y del Touchdown Hi Tech, un glifosato mejorado. El evento, sirvió también para cerrar filas con la fuerza de ventas de la empresa a nivel regional, aportando la capacitación que ayude a sobrellevar el mal momento.

El Ing. Fernando Lespiau, jefe de producto de la empresa, destacó que más allá de la incertidumbre el Gobierno está enviando algunas señales que pueden cambiar la historia. “Estamos gestionando herramientas de financiación para ayudar a los productores. La condición no es la mejor, pero si llueve se va a sembrar trigo para poder mover algo de dinero en diciembre y no esperar hasta mayo. Con las elecciones de por medio, el más perjudicado fue el trigo”, concluyó.

Luego, el Ing. Adolfo Bertanchini disertó sobre tratamiento de semillas y más tarde se presentaron ensayos de herbicidas en la zona a cargo del servicio técnico Syngenta.

Finalmente, el Ing. Juan Carlos Papa del Inta Oliveros disertó sobre el manejo de malezas tolerantes y resistentes y barbecho químico, y toxicología de agroquímicos.

¿Cómo se mide? El poder de volteo se cuantificó tomando en cuenta la población inicial de orugas y las que iban quedando en las sucesivas aplicaciones.

Foto: Prensa Syngenta

Fernando Lespiau, con el “Bag in box”, el nuevo chiche de Syngenta, que promete una alternativa ecológica para la aplicación y almacenamiento del glifosato.

Foto:Federico Aguer