DE RAÍCES Y ABUELOS

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Homenaje a un sacerdote de familia piemontesa

A un año del fallecimiento del padre Edelmiro Gasparotto, cura párroco de la Parroquia La Merced, el Centro Piemontés envió una reseña de su accionar, tanto eclesiástico como al servicio de la comunidad santafesina.TEXTOS DE MARIANA RIVERA

El pasado 21 de mayo, la parroquia Nuestra Señora de la Merced recibió los restos del Padre Edelmiro Gasparotto, sacerdote muy querido por esa comunidad, cuando se recordó el primer aniversario de su fallecimiento.

A raíz de la fecha, la comisión directiva del Centro Piemontés de Santa Fe quiso recordar al querido sacerdote, quien era hijo de inmigrantes nacidos en aquella región de Italia, a manera de homenaje de quien tanto dio por nuestra ciudad y sus habitantes.

Edelmiro era hijo de Luis María Gasparotto y María Úrsula Seguro. Su abuela piemontesa por parte de su mamá se llamaba Rosa Bertola, quien era hija de Estéban y Rosa Damilano, nacida el 10 de agosto de 1873 en Villafalletto, provincia de Cuneo, Italia. Pero por parte de su papá eran friulanos.

En los inicios de 1880, se establecieron en nuestra ciudad, aunque después de algunos años decidieron trabajar en el campo y criar animales, motivo por el cual se trasladaron al pueblo de Sunchales. Allí construyeron una casa grande con un amplio patio, llamada “Establecimiento El Aromito”, donde -en un momento de esfuerzos y profundamente religioso- nació Edelmiro, el 4 de octubre de 1924.

Allí jugaba con sus hermanos, entre los bosques naturales o pescando en el río que proveía, a veces de buenos peces. Gozaba mirando a su padre trabajar con el “yunque, el fuelle y la fragua”, o a su mamá haciendo crema y manteca. La naturaleza brindaba todo lo que se necesita para vivir una buena vida: la tierra plena y rica de campos sembrados, árboles frutales y huertos, y un pozo profundo en el patio que proveía agua fresca y pura.

Huérfano de padre siendo chico, su madre decidió trasladarse a la ciudad, adonde pudo continuar trabajando sin transformar la formación cultural y cristiana de sus hijos y participando en la Acción Católica del Apostolado de la Oración. Cada noche compartían las plegarias del Santo Rosario, y cada día se respiraba en su casa un clima de apostolado.

Dios bendijo a la familia Gasparotto con tres hijos, entre los cuales estaba Edelmiro, que a los 12 años, después de concurrir a diversos colegios religiosos, ingresó al Seminario Metropolitano de Santa Fe, el 3 de mayo de 1937. Allí vivió 12 años su formación como seminarista, bajo la protección de la Virgen de Guadalupe, que concluyó con su ordenación presbiteral y consagración al ministerio del sacerdocio, el 12 de diciembre de 1948.

Tres días después, celebró su primera misa en su Sunchales natal. Luego, fue llamado por el obispo Nicolás Fasolino al Santuario Nuestra Señora de Guadalupe. Pero en 1942, comenzó su búsqueda en las Ciencias Filosóficas y la Literatura e ingresó a la Congregación de María para ejercitar más su profunda devoción a Nuestra Señora de Guadalupe.

ACTIVIDAD PASTORAL

El primer destino que tuvo el padre Gasparotto fue la localidad de El Trébol y -poco después- fue transferido a la Iglesia de Carlos Pellegrini, para luego retornar a Santa Fe. Catequesis, liturgias y movimientos juveniles fueron aspectos importantes de su actividad, sin dejar el trabajo de las pequeñas iglesias.

Ya en la ciudad capital, fue secretario arquidiocesano de las vocaciones eclesiásticas, con la colaboración de las hermanas Auxiliares de Santa María. Con un proyector sonoro y films vocacionales llevó ayuda espiritual y material a los pobres. También se desempeñó como consultor de la Asociación de Jóvenes de la Acción Católica.

Pero fue en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced donde desarrolló su trabajo pastoral, desde el 16 de febrero de 1958. Allí, con pasión y responsabilidad por toda la sociedad, y haciendo especial esfuerzos por los pobres, organizó y realizó obras muy importantes, con ayuda de los fieles.

El sacerdote también creó la Fundación Padre Gasparotto para ayudar a los pobres y necesitados, además de las jóvenes madres sin familia. Desde hace muchos años, junto a sus colaboradores realizaba distintos trabajos brindando oportunidades a los jóvenes de los barrios más necesitados de nuestra ciudad. Cuenta con un club, donde van a practicar todos los deportes con profesores especializados, y una sala de computación; un programa de diversos oficios, de deporte, recreación y cultura; además de brindar salud y educación para jóvenes que no saben leer ni escribir.

ACCIÓN EN LOS BARRIOS

En el barrio San Lorenzo fundó la capilla y un establecimiento educativo, donde se ofrecen cursos -desde panadería hasta informática o fútbol. También funciona un Círculo de Jóvenes, un salón de madres solteras de la Divina Providencia, el aula radial, de diversos oficios. También se consiguieron hacer casas para personas mayores sin familias y carenciados. Además, en abril de 1991 se inauguró el asilo para niños.

En el barrio Santa Lucía, el Padre Gasparotto fundó la capilla, desde donde educó y evangelizó; formó un grupo juvenil que trabajó y lo acompañó durante muchos años; edificó una escuela primaria, anexó un jardín y cinco residencias de ancianos. En el barrio Estrada realizó un trabajo similar, apoyando la organización de Cáritas y el Movimiento Familiar Cristiano.

Luego de permanecer un año en el Instituto Pastoral de Madrid, dependiente de la Universidad de Salamanca, en 1977, el arzobispo Monseñor Vicente Zazpe, lo nombró Vicario Episcopal en el área de la caridad y promoción humana. Fue también vicepresidente y consultor de Cáritas Santa Fe.

Gasparotto fundó varias de las escuelas técnicas del barrio San Lorenzo, además de su capilla y el dispensario. Numerosos y generosos colaboradores hicieron posible este accionar en lugares peligrosos, barrios en formación, a veces violentos y con dificultad para convivir.

El Centro Piemontés también destacó que el sacerdote fue un trabajador incansable en el desborde de 2003 del río Salado, que inundó la tercera parte de nuestra ciudad, ayudando a los pobres y no tan pobres, pero que habían perdido todo por el agua, entregando comida y calor tanto con abrigos, como ayuda espiritual, sin dormir, sin parar, ni dejarse dominar por la desesperación.

LA NECESIDAD DE LOS DEMÁS

Con más de 50 años de vida cristiana dedicada a su vocación sacerdotal, el Padre Gasparotto, incansable y perseverante, prosiguió extendiendo su mirada a lo lejos, sin bajar los brazos, según opinó el Centro Piemontés.

En este sentido, también agregó que el sacerdote sólo pensaba en la necesidad de los demás, dirigiendo cada paso de su vida cotidiana mientras acariciaba con amor las pequeñas cabecitas de los niños que lo querían, brindando bendiciones a los fieles que lo escuchaban y lo admiraban.

Por último, recordó que este resumido curriculum del sacerdote, junto con fotos y artículos de diarios como prueba de su obra, fueron enviados a la Región del Piemonte, justo una semana antes de su fallecimiento.

Y el 31 de julio llegó un telegrama de la presidenta de la Región, Dottoressa Mercedes Bresso, informando que había sido elegido para el “Premio a los Piemonteses destacados del Mundo”, junto a otras cuatro personalidades, y que la Asociación debía tomar los recaudos, e informarle que debía estar en Torino (capital del Piemonte), como invitado distinguido, el 4 de octubre para recibirlo.

Era el día de su cumpleaños -advirtió el Centro Piemontés- pero Dios no quiso que disfrutara de este viaje y de la distinción, pero estamos seguros que junto a Él disfruta de la vida eterna. Comunicado su fallecimiento a las autoridades piemontesas, enviaron el siguiente telegrama al Centro Piemontés, a la Fundación Padre Gasparotto y a toda la comunidad de Santa Fe y de la Argentina diciendo: “Dopo aver appreso con rammarico la notizia dell’improvvisa scomparsa di uno dei cinque vincitori designati per il premio Piemontese nel mondo 2008, padre Edelmiro Luis Gasparotto, la commissione del premio ha espresso il proprio cordoglio per la scomparsa , e la propria riconoscenza per l’importante opera svolta in campo sociale in Argentina”. (Después de haber recibido con pesar la noticia del repentino deceso de uno de los cinco ganadores designados para el premio Piemonteses en el Mundo 2008, Padre Edelmiro Luis Gasparotto, la comisión del premio ha expresado sus condolencias por la desaparición y su reconocimiento por la importante obra desarrollada en el campo social en Argentina).

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Edelmiro Gasparotto era el penúltimo de 9 hermanos.

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Su actividad en los barrios del sur de la ciudad fue múltiple.

Un hombre distinguido

El 4 de diciembre de 1991, el padre Edelmiro Gasparotto fue declarado por la Municipalidad local como Ciudadano Ilustre de Santa Fe, en reconocimiento a su trabajo sacerdotal y el accionar a favor de los necesitados. En 1996 y 2004 recibió el Premio a la Excelencia, que actualmente lo entrega el Instituto Argentino de la Excelencia. En 1998 y 2004 recibió de la Honorable Cámara de Diputados de la República Argentina, el premio a los Notables Argentinos.

Posteriormente, en 2003 fue galardonado con el premio otorgado por la Asociación de Dirigentes de Empresas, por su prestigio y popularidad en nuestra ciudad. También recibió numerosos reconocimientos del Servicio Provincial de Escuelas Privadas del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe, y al desempeñarse como Vicario General del Arzobispado de Santa Fe de la Veracruz.

En 2005, Edelmiro Gasparotto fue elegido por la Federación Asociaciones Piemontesas Argentinas (FAPA) para el Premio Nacional a los Piemonteses destacados de la República Argentina, que fuera entregado en Rafaela, con la presencia de Teresa Ángela Migliasso, asesora de la inmigración de la Región del Piemonte, propuesto por el Centro Piemontés de Santa Fe.