Llegan cartas

Agradecimiento

María Cristina Vercellone de Loizate, abuela de Martín.

L.C. 4.470.850.

Señores directores: Toda La Biblia es un libro de promesas para los que creen. Lo primero es la fe en Jesucristo. Luego, el resultado. Jesús ha dicho: “Pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá. Pero pedid con fe”. Poner todas nuestras delicias en el Señor y Él te dará todo cuanto desea tu corazón. Eso es lo que he hecho durante los diez años que tiene mi nieto Martín Exequiel Loizate, llorando desesperadamente, pidiendo, suplicando, rezando; y luego de pasar momentos muy graves, muchas operaciones, quedando con un solo riñón, y con ese órgano que tampoco respondía, tuvo que someterse a sesiones de diálisis día por medio; cuatro horas que lo dejaban en cama, descompuesto y con tantos inconvenientes; pero yo nunca perdía la fe en mi Jesús de la Misericordia y María de la Rosa Mística. Ellos lo protegieron siempre, siempre, y mi fe cada día se acrecentaba más a pesar de sus sufrimientos: Llegó el momento de entrar en lista de espera por un riñón y el milagro llegó.

El transplante fue un éxito en mano de los Dres. Paladini, Arriola, Gaethe, etc. Mi agradecimiento infinito a ellos y a todo el personal de la Clínica de Nefrología. También al Dr. Nieva y Dra. López y a todo el personal del Hospital de Niños Alassia y especialmente a la Unión Obrera Metalúrgica que tanto se brindó para todo lo necesario y a la cual mi hijo, el papá de Martín, es afiliado. ¡Gracias por tanto!

Agradezco a todos los que se preocuparon durante tanto tiempo por su salud, que ahora es inmejorable. Agradezco también a tantas personas que han hecho cadenas de oración, promesas, misas. “Tener en la mente que la fe mueve montañas, cura enfermedades, realiza el milagro y hace posible lo imposible”.

En los momentos de angustia y desesperación invoqué a mi Dios. La naturaleza no habría puesto en cada uno de nosotros ese secreto instinto de clamar pidiendo ayuda al Cielo, si no hubiera un poder superior, escuchando atentamente y dispuesto para acudir prontamente en nuestro socorro.