Desafío tecnológico

El CO2 como fuente de biocarburos

Charlotte Raab

AFP

El dióxido de carbono, señalado como el principal responsable del calentamiento global, podría empezar a ofrecer una ventaja si una pequeña empresa estadounidense lograra desarrollar su apuesta de transformarlo en carburante.

Mientras la administración de Obama hizo de la lucha contra el calentamiento climático y la búsqueda de energías limpias para reducir la dependencia energética del país, la sociedad Carbon Sciences, que registró sus descubrimientos, espera aprovechar la movilización de los políticos y de la opinión para convertirse en pionera.

Esa pequeña empresa de Santa Bárbara (California, oeste de EE.UU.) declara estar lista para construir su primera fábrica piloto a escala operacional y que podría comenzar a producir biocarburante de nueva generación a finales de 2010.

La semana pasada, su director de operaciones, Byron Elton, explicó que sólo le faltaba conseguir un socio para lanzar el proyecto.

“Nuestro socio puede ser cualquiera que produzca mucho CO2: una central de carbón, una planta de cemento, una refinería”, explicó durante un encuentro en Nueva York a la AFP.

Si una asociación se firmara en los próximos nueve meses, este nuevo tipo de biocarburante podría empezar a producirse a partir de fines de 2010, asegura Elton, admitiendo por otro lado que este plazo “podría ser un poco ambicioso”.

La tecnología desarrollada por Carbon Sciences utiliza microorganismos que denomina “biocatalizadores”. En una primera etapa hay que “desestabilizar” al dióxido de carbono mezclándolo con agua. Luego los microorganismos, protegidos por cáscaras de polímero especialmente creadas, se encargan de recomponer hidrógeno y carbono para producir hidrocarburos.

El mecanismo es similar al de la naturaleza, cuando se opera la génesis de los hidrocarburos. Pero en el proceso de Carbon Sciences “los hidrocarburos biocatalizadores se protegen” y se reciclan, tanto que el carburante puede producirse con un costo “muy, muy competitivo”.

Carburante de cuarta generación

Carbon Sciences goza de buena reputación, tiene sólo 8 empleados y no es la única, pero afirma ser la más avanzada en estas investigaciones.

El investigador Craig Venter, que encabezó el primer equipo en haber logrado decodificar el genoma humano en el año 2000, anunció en febrero de 2008 que pensaba lograr lo que se propone hoy Carbon Sciences, en 18 meses: producir un carburante “de cuarta generación”, a base de dióxido de carbono.

“La luz del sol y el CO2 son un método” de producir hidrocarburos, “pero tenemos todo tipo de otros métodos”, había explicado Venter en aquel momento.

Hoy, el J. Craig Venter Institute destaca más que nada sus logros basados en el uso de algas, para descomponer y recomponer el CO2 en hidrocarburos.

Estos emprendimientos despiertan las expectativas de las autoridades estadounidenses. Como, justamente, más de la mitad de la electricidad norteamericana se produce en centrales de carbón lo que supone un costo elevado para el medio ambiente, estas iniciativas adquieren toda su relevancia.

“El asunto no es saber si utilizaremos el carbón, si no cómo lo utilizaremos”, declaró a principio de mes el influyente senador Byron Dorgan.

El senador precisó que hay un fondo de 3.400 millones de dólares presupuestados para este fin en el plan de reactivación económica aprobado a principios de año. Carbon Sciences espera poder sacar provecho de esto, según Elton.

El CO2 como fuente de biocarburos

Cualquiera que produzca mucho CO2, como una refinería, puede ser socio de este emprendimiento, que busca reciclar al principal protagonista del efecto invernadero de un modo similar al de la naturaleza. Foto: Archivo El Litoral