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Cuidar la piel en invierno

Cuidar la piel en invierno

Los extremos climáticos tienen efectos sobre la piel. Por eso es necesario poner en práctica algunas recomendaciones antes de ingresar a la estación más fría del año.FUENTE. TRATAMIENTOSBELLEZA.COM.AR. FOTO. EL LITORAL.

Así como en verano es preciso cuidar la piel del sol con protectores adecuados debido a que produce fotoenvejecimiento, en invierno -debido al frío- la piel se reseca, se descama y tiende a volverse más rígida y deshidratarse con más facilidad.

Por eso en esta estación, es oportuno invertir en algunas cremas hidratantes para la aplicación diaria, tanto para el cuerpo y las manos como para el rostro.

SABER ELEGIR

Es conveniente optar por el producto más adecuado, de acuerdo al tipo de piel que se tenga. Porque, de la misma forma que existen distintos tipos de cabello, hay diferentes clases de piel. Puede ser grasa (cuando se da una acumulación excesiva de sebo), seca (por falta de humedad) o mixta (combinando ambas condiciones).

Para pieles secas se recomienda la utilización de cremas que contengan vitamina E, Alantoína y vitamina A. Ayudarán a mantener nutrida e hidratada y otorgan las vitaminas especificas para dar más elasticidad y luminosidad a la piel seca. Ésta es la que más requiere de la aplicación diaria de cremas para evitar la descamación y arrugas prematuras. Aunque en estos casos, es recomendable el uso de crema todo el año.

Si se tiene piel grasa, sólo en invierno es recomendable la aplicación de cremas suaves y livianas que mantengan la hidratación, ya que son propensas al acné. Lo ideal es limpiarla, tonificarla y luego hidratarla con productos específicos para piel grasa. Las cremas con té verde o aloe vera son muy beneficiosas para normalizarla ya que en muchas ocasiones es mixta.

Para pieles maduras existe una amplia gama de productos cosméticos a disposición. Las cremas con retinol, calcio, colágeno, ácido hialurónico y cremas antiedad son las indicadas en este caso en particular, ya que estos componentes no sólo la mantienen hidratada sino que también ayudan a regenerar los tejidos y a suavizar las arrugas.

En todos los casos una consulta a la cosmetóloga o dermatóloga ayudan a la evaluación de la piel para dar con los productos indicados y más aptos para tu tipo.

CUTIS SECO

Este tipo de piel puede ser consecuencia de una mala alimentación, la exposición intensiva al sol, el uso de ciertos jabones, la contaminación, los cambios ambientales o simplemente el paso del tiempo.

En estos casos, las glándulas sebáceas no producen el suficiente fluido para lubricar y proteger a la piel de la pérdida de humedad. El cutis se ve sin brillo y aumenta su sensibilidad, su textura se vuelve muy fina y enrojecida, y tiende a desarrollar arrugas de forma prematura. Además, puede volverse escamoso.

Es aconsejable evitar jabones, perfumes y detergentes fuertes; ducharnos con agua tibia (nunca con agua muy caliente) y en el menor tiempo posible; al secarnos, hacerlo con toques suaves, no frotando; beber mucha agua durante el día y evitar la exposición al sol fuerte, frío extremo o viento.

Con estos cuidados es posible contrarestar los efectos de las bajas temperaturas sobre la piel.