Compañía La Arena

“Traveling” a través

del circo teatral

Pedro Fernández Mouján

Télam

El espectáculo circense “Traveling”, creación de la compañía La Arena. que con aciertos y yerros combina acrobacia coreografiada con recursos audiovisuales, se está presentando todos los viernes, sábados y domingos en la sala Solidaridad del porteño Centro Cultural de la Cooperación.

Bajo la dirección de Gerardo Hochman, responsable de las puestas “Sanos y salvos” y “Kamuflash”, “Traveling” tiene el valor de apostar por el circo teatral e investigar con recursos provenientes de otras áreas para conformar un espectáculo que logra sostener el ritmo y de a ratos se vuelve agradablemente vertiginoso.

La fusión de recursos del video y del circo tiene por momentos logros importantes, mientras que en otras situaciones carece de sentido o no llega a impactar beneficiosamente.

Las mejores confluencias se dan cuando un aro gigante se pierde por la ciudad y el acróbata lo encuentra en el hall del teatro, cuando dos jóvenes realizan un número de parada de manos mientras uno de ellos está encerrado en una televisión que proyecta imágenes deformadas o cuando se proyectan las instrucciones para armar dos caños.

Cuando se apela a los clásicos stop, slow, rewind, play, pause para detener, rebobinar o suspender las acciones, o cuando sobre la pantalla gigante que hay de telón sobre el escenario se proyecta un cruce de calles porteño para un número que no guarda relación con las imágenes, en cambio, la fusión parece mucho más forzada y convencional.

Música protagonista

Otro de los aspectos que sostiene “Traveling” es la música, creada especialmente para el espectáculo por Sebastián Verea, que en los primeros momentos se revela lenta y adormecida y que va creciendo en su sonoridad e intensidad a medida que la obra transcurre, logrando situaciones muy potentes.

En “Traveling” hay poco humor y ningún número de trapecio, con poco espacio para los malabares, mientras que abundan las destrezas acrobáticas, realizadas casi a la perfección por un entrenado grupo de nueve jóvenes.

Movimientos sincronizados, apuestas coreográficas, cálculo y riesgo van uniendo uno detrás de otro los distintos números que a lo largo de más de una hora se suceden sin solución de continuidad sobre el escenario y que tienen en una exhibición de tela en pareja uno de sus momentos más logrados.

La sensación es que “Traveling”, aun siendo muy correcta, no es perfecta, pero tiene la enorme virtud de plantar sólidamente una apuesta de circo teatral, mucho más difícil de materializar de lo que parecería a priori.

Valiéndose de elementos nobles, con notable austeridad en lo específicamente circense y desechando un efectismo engañoso, lo mejor del espectáculo es la promesa que encierra en la construcción sólida de un nuevo género que en su traslado teatral nada pierde de su marca de origen ni traiciona la herencia.

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Movimientos sincronizados, apuestas coreográficas, cálculo y riesgo van uniendo uno detrás de otro los distintos números que, a lo largo de más de una hora, se suceden sin solución de continuidad sobre el escenario.

Foto: Agencia Télam