EN ZURBARÁN SANTA FE
Pinturas de Novelletto
El 5 de junio, a las 21, en la casa de Gabriela Garrote -Zurbarán Santa Fe-, en el Club de Campo El Paso, quedará inaugurada la muestra de César Novelletto.
Ignacio Gutiérrez Zaldívar escribió que “los motivos que inspiran la obra de Novelletto son variados; todo aquello que llame su atención, por su forma, color o expresión, es llevado a la tela. Pero los temas portuarios y marinos son sus preferidos, que desarrolla dentro de una corriente figurativa con aire impresionista.
“En ella trato de expresar mi fascinación por la luz, ya sea la luz enceguecedora de un mediodía en el mar, o la luz tenue de un crepúsculo o íntima, del interior de un bar”, dice el artista, gran admirador del valenciano Joaquín Sorolla.
“Al terminar la escuela primaria, se inclinó por la pintura. Y desde los 12 años comenzó a frecuentar el barrio de La Boca y sus pintores, entre los cuales César era el más joven. Iban a pintar a los muelles y luego se reunían en el bar La Perla, que aún existe, frente a la Vuelta de Rocha”. Recuerda hoy Novelletto: “En esa época conocí a muchos artistas: Oscar Vaz; Julio César Vergottini, escultor; Armando Ronchetti; Benito Quinquela Martín, quien vio mis cuadros de adolescente y me dijo: “Dale, pibe... ¡con valentía!’, y Eugenio Daneri, entre otros”.
A los 14 años tomó clases con un gran pintor catalán radicado en Buenos Aires, quien le trasmitió la sensibilidad por la pintura y el arte en general: Pedro Roca y Marsal, maestro a quien recuerda con mucho cariño, como también a Oscar Vaz, con quien se reunía los fines de semana en La Boca. Dice César de él: “Excelente pintor y excelente persona, que me estimuló en todo momento y fue un crítico muy certero de mis trabajos”.
También fue a esa edad que comenzó su carrera artística con su primera presentación ante el público, a la cual siguieron infinidad de exposiciones colectivas e individuales, y varios premios en los concursos de pintura.
En 1995 se radicó por dos años en Roma, interesándose por la rica historia de esta ciudad. Hoy en el taller de su barrio natal, César disfruta dándoles vida con sus pinceles a los barcos, callecitas y rincones de La Boca del Riachuelo”.
