MUESTRA DEL ARTISTA JUAN MANNARINO
Retratos de beatos y difuntos
El 19 de junio a las 20, en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional del Litoral quedará inaugurada esta muestra de acrílicos sobre tela y madera.
“Beato” no está tomado como categoría religiosa, sino como el encuentro superador de una percepción de bonanza de la realidad. Foto: PINTURA JUAN MANNARINO
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL
“Ser beatos es un estado de gracia, una forma amable, graciosa, de encontrar facilidad en la identificación del retratado”, dice Juan Mannarino, el artista que presenta su muestra de pinturas desde el 19 de junio hasta el 26 de julio, en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional del Litoral, ubicado en Bv. Gálvez 1578. Se trata de una muestra, en acrílico sobre tela y madera, una serie de retratos que este artista llamó “Beatos y difuntos”. Se inaugura el 19 a las 20 y podrá visitarse de martes a viernes, de 9 a 13 y de 16 a 20, y los sábados y domingos, de 16 a 20. Fue curada por la directora del museo Stella Arber.
“Beato es el sobrenombre a la forma de encuentro con los re-presentados, quienes se presentan aquí, para ser tratados nuevamente, es decir ser re- tratados”, sigue el artista.
“La figura una vez hecha solicita una identidad, un nombre. Así aparecen parentescos, amistades, situaciones de equívocos del pasado, errores, inocencias en la conductas de vida, certezas ideológicas o desencuentros afectivos, que se resumen en los rostros de cada ser.
“Me encuentro tratando también con mi propio yo, en ocasiones pasadas, por ejemplo en “Juan Mannarino, tesorero de la EPE’, se produce una transfiguración del pasado al presente, o en “Juan Mannarino, esclavo del tercer mundo, alcahuete de Osvaldo’, donde aparece la beatitud del nuevo trato con la propia memoria”.
Y aclara que “beato no está tomado como categoría religiosa, sino como el encuentro superador de una percepción de bonanza de la realidad. Un nuevo trato con las presencias desde una esperanza renovada.
Por otra parte, difuntos: los que ya no están en el plano cotidiano de la vida. “Su ausencia se advierte una vez consagrada la presencia del retrato. Se convocan a través de un rostro las cualidades humanas que han tenido o se destacan algunos dolores vividos en ellos. Padres, abuelos, conocidos y seres que su conducta me ha impactado sobremanera o que su muerte ha despertado una valoración en mí, de gran peso.
“Beatos y difuntos son unificados a través de un solo concepto, la facilidad y la gracia con que disponen su presencia en los retratos”.
También los difuntos cuentan con la facilidad y la gracia con que disponen su presencia en los retratos. Foto: PINTURA JUAN MANNARINO
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