EDITORIAL

Corrupción dentro de la fuerza policial

Fernando Mion tiene 26 años y es agente de Policía de la provincia. El miércoles 3 de este mes, se convirtió en el protagonista principal de un hecho que bien podría calificarse de heroico.

A las 10.30 de aquel día, el destino hizo que circulara por Pje. French al 2700 mientras realizaba un adicional para la Empresa Provincial de la Energía. Fue entonces cuando observó una llamarada que asomaba desde la ventana de una casa precaria. Detuvo la marcha del vehículo, corrió, se enfrentó al fuego y logró rescatar a tres nenas -de 5, 8 y 10 años- que dormían solas mientras sus padres habían salido a trabajar.

Fernando Mion personaliza la imagen del buen policía, dispuesto a arriesgar su vida en una actitud de arrojo y servicio desinteresado, incluso cuando no se encuentra prestando servicio.

Sin embargo, este buen ejemplo se vio opacado por una seguidilla de situaciones en las que policías de distintos puntos de la provincia se convirtieron en protagonistas principales de hechos ligados con la corrupción y el quebrantamiento de los valores fundamentales de la institución a la que representan.

A mediados del mes pasado, dos ladrones ingresaron en una vivienda del pueblo de Providencia, departamento Las Colonias. Al ser descubiertos, escaparon raudamente, sin percatarse de que en la huida habían dejado caer un papel que decía: “Cuando termines el trabajo, llamá al capo para repartir. Después hablamos”.

Lo llamativo es que en la misma nota aparecía el número del celular de un ex subjefe de la Unidad Regional XI de la Policía y que los primeros peritajes caligráficos determinaron que la letra de aquel escrito correspondía a un suboficial de la comisaría de Providencia. El caso está en manos de la Justicia.

Pero esto no es todo. A principios de este mes, camioneros cordobeses cansados de que policías santafesinos los coimearan en el sur de la provincia, se pusieron en contacto con periodistas de una radio FM de la localidad de Monte Maíz.

Uno de los conductores radiales, haciéndose pasar por camionero, se comunicó con un efectivo de la Guardia Rural Los Pumas y, sin que éste se percatara, acordaron al aire de qué forma le pagarían la coima. Más aún, este mismo agente de Los Pumas le recomendó al periodista hablar con “los azules” para realizar un acuerdo similar con autoridades de la policía de Firmat. Y así lo hizo, otra vez en vivo y en directo.

Las grabaciones terminaron en manos de la jueza de Melincué, Mirta Reali de Leale. La situación de los policías es realmente complicada por la contundencia de las pruebas en su contra.

Mientras tanto, un oficial principal de Rafaela se encuentra detenido por su presunta participación en una banda que asaltó un domicilio particular de la ciudad de Tostado. Otro integrante de la fuerza, un suboficial, en principio logró escapar y era intensamente buscado como uno de los cómplices de dicha banda.

La corrupción policial no es un problema nuevo. Sin embargo, las autoridades provinciales deberán profundizar y acelerar el proceso tendiente a erradicar el delito de la institución para evitar su divorcio de la sociedad.