pesca deportiva

Un viaje soñado

Expedición Amazonas

En el Amazonas todo parece ser desconocido. En este número presentamos dos especies estrellas de aquellos indómitos lugares que seguramente encontraremos en los cinco días de pesca que disfrutaremos a bordo del barco-hotel.

Gustavo A. Recce

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Prácticamente desconocida para muchos de nosotros, la selva amazónica ocupa una tercera parte de América del Sur. Inconmensurablemente grande, este lugar del planeta alberga seguramente especies que aún no han sido vistas por el ojo humano.

Pensar en el Amazonas nos produce un sentimiento extraño, es como viajar a lo desconocido. Recorrer sus caudalosos ríos, o encontrarnos en la paz de sus lagunas interiores con el marco de esa vegetación exuberante, debe ser realmente emocionante. Siempre expectantes de poder avistar algo que nos ayude a comprender que la naturaleza aún tiene sus rincones “vírgenes”, a pesar de la presencia del hombre, será nuestro objetivo.

Nuestro grupo de Santa Fe estará compuesto por diez pescadores, algunos de los cuales ya han confirmado su lugar en la embarcación hotel que liderará esta expedición y será nuestra anfitriona en aguas cariocas durante los siete días que durará nuestro viaje. Será una experiencia difícil de olvidar y única para la cual nos estamos preparando.

Una oferta diferente

Este viaje no es convencional, ya que existen variadas ofertas de pesca en el Amazonas, donde en la mayoría los pescadores terminan alojados en diferentes complejos de cabañas; nuestra elección del barco hotel no fue azarosa, ya que consideramos que las ventajas que nos proporciona son múltiples respecto de aquellas.

Siguiendo la ruta aérea desde Santa Fe -vía Buenos Aires y San Pablo-, nuestro periplo dará comienzo en Manaos.

Una vez enbarcados podremos pescar por primera vez 18 horas más tarde –a la mañana del día siguiente- ya que el barco accede a lugares poco visitados por otros turistas. Esto nos proporcionará ciertas ventajas a la hora de considerar las posibles capturas, porque si no encontramos el pique podemos cambiar de posición hasta encontrarlo, o cuando nos dediquemos a buscar algún pez en particular, tener los medios para hacerlo es un punto a favor. Durante el día se pesca, mientras que por la noche los pasajeros descansan cuando el barco se dirige a nuevos sitios de pesca, asegurándonos de ésta manera diferentes locaciones.

Demás está decir que el viaje en sí encierra la convivencia entre amigos, con anécdotas que seguramente quedarán para el resto de nuestras vidas. En fin, todas estas posibilidades hicieron que decidamos por nuestro barco hotel.

El Pirarara

Con el dorso oscuro tirando a verdoso y una faja amarilla a lo largo de la línea lateral, tiene dos series de pigmentos, amarillo y dorado.

La cabeza de gran tamaño es cubierta por una coraza amarilla, llegando a medir hasta 1,25 m. y pesar más de 40 kg. Su cola, como se aprecia en la fotografía, es colorada completamente.

Aquellos que han tenido la suerte de pescarlo afirman que posee una llevada impresionante, y que cuando se da el pique hay que estar bien atento porque al menor intento de querer detenerlo en su embestida se transformará en una pieza perdida.

Está catalogado entre los “pesos pesados” del Amazonas, habita en pozones profundos y entradas a lagunas donde merodea para poder alimentarse.

Para intentar capturar este ejemplar los mejores cebos son sin dudas los peces vivos con escamas y el anzuelo mínimo recomendado para su captura es un 8.0.

el trairao

Especie de río que habita el Amazonas y es de la misma familia de la tararira o dientudo que encontramos en nuestras lagunas argentinas, aunque con un cuerpo más voluptuoso.

Posee pequeñas escamas y su coloración es casi negra, mientras que en los costados es gris y panza blanca. Al contrario de nuestro dientudo, prefiere las aguas más limpias y apenas más correntosas. Su carne tiene un excelente sabor.

Su categoría es “medio pesado” llega a pesar 10 kg. y es un codiciado trofeo de pesca deportiva por su combatividad. El anzuelo recomendado para su captura es a partir del 3.0 y se lo pesca tanto con carnada natural (pequeños peces) o señuelos artificiales de media agua y cucharas.

el pique del trairao es extremadamente violento, es un pez muy territorial y ataca a cualquier intruso que se mueva en su espacio”.

Expedición Amazonas

El Pirarara, un “peso pesado” del Amazonas. Su pique es de una violencia inusitada.

Foto: GENTILEZA MARUAGA


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EN NÚMEROS

2.400

especies de peces

Albergan las aguas de la jungla Amazónica en sus 7 millones de kilómetros cuadrados (algunos científicos estiman que han de existir hasta 5 mil especies diferentes).