Fuertes sigue pulverizando marcas en la Argentina

Lo único que le falta al “Bichi” es un gol de taco

Se puso a uno de Víctor Rogelio Ramos, máximo goleador con una sola camiseta en la provincia de Santa Fe. Y está abajo de Montenegro, goleador del torneo.

Darío Pignata

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Es el otro escudo que tiene Colón. Porque significa la identificación institucional que tanto tiempo se anduvo buscando. Es, ni más ni menos, el verbo hecho carne en cuanto a esa famosa “pertenencia” de la que tanto pregonó el presidente Lerche cuando tomó los destinos de Colón hace un par de años. Hoy, la gente, los dirigentes y los jugadores, tanto profesionales como de inferiores, admiran a Esteban Oscar Fuertes. Como jugador y como persona. Es un punto donde no existe el frío, hace más calor que en enero.

“Debo ser uno de los pocos árbitros que se lleva bien con Fuertes adentro de la cancha, porque es jodido, te protesta todo, es insoportable. Quiere ganar siempre, no se rinde nunca. Pero lo más importante es que es un buen tipo afuera de la cancha”, dijo Lunati cuando llegó al Cementerio de los Elefantes.

Anoche, pasada las 12, cuando nos íbamos de la cancha con más frío que nunca, estaba el micro oficial del Club Atlético Colón que iba a trasladar a sus inferiores de AFA a Buenos Aires. Los chicos, prolijamente vestidos con indumentaria oficial de invierno, esperaban para subirse. Todos esos chicos que hoy intentan llegar a Primera División como Bertoglio o Bellone, sueñan todas las noches con ser como el “Bichi” Fuertes. Entonces, hoy Fuertes es la huella, la luz en el camino, el ejemplo a seguir bajo todo punto de vista.

Es por eso que el club le saca el jugo todo lo que puede. En las charlas con los chicos de inferiores, en la idea de ser el primero junto al presidente en hacerse “socio protector”, en las cenas con las filiales, en la atracción de los próximos sponsors. En todo y con todos.

¿Qué va a pasar?

“Si aparece algo concreto, el primero en saberlo va a ser el presidente, porque el único que confió en mí cuando estaba lesionado y olvidado en Chile fue Germán”, dice el goleador histórico en referencia a Lerche.

“Algunos llamados hubo, pero nada firme por ahora”, agrega el “20”, otra vez rodeado de cámaras y celulares de prensa. Los más que firmes rumores hablan de ofertas impropias para un jugador de 36 años con las dos rodillas rearmadas a pura pasión. Brasil más cerca, Qatar más lejos. ¿Cómo hará Colón para decir que no si llega una oferta de ésas? Porque Lerche está preparado y sabe cuánto pedir por Prediger —el domingo que viene en La Plata lo van a espiar del Nüremberg de Alemania—, pero nadie sabe hoy cuánto cotizan los goles de “Bichi”. Y en el caso de Fuertes y su entorno familiar lo mismo. Casi como para pensar en aquella frase maradoniana: “Yo pasé hambre, pero mis hijas podrán comer caviar toda su vida”.

Fuertes, en la semana, lanzó el disparador en FM la X y LT 10: “Si ganamos los 9 puntos podemos pelear el campeonato”. Ahora, quedan seis: Estudiantes y Boca.

Su racha triunfal no tiene fin: llegó a 11 gritos y se puso a uno de Daniel Montengro en la tabla de artilleros. Superados los 100 gritos en Colón, ahora quiere pulverizar la marca de “Condorito” Ramos. Es que Víctor Rogelio clavó 104 con la misma camiseta en el ámbito de la provincia de Santa Fe: la de Newell’s. De esta otra marca, quedó a uno anoche con el gol de tiro libre a Sessa. La pudo alcanzar si no fuera porque el mismo “Gato” le tapó un mano a mano con las piernas.

Además, con su aureola exitosa, zafó de la amarilla, que hubiera sido la décima, algo que lo marginaba automáticamente de las dos fechas finales que le quedan a Colón: Estudiantes en La Plata y Boca en Santa Fe.

Así, el muchachito de las películas de Colón, volvió a ser el centro de todas las miradas. Marcó otro gol más, el 103 con la sangre y luto. Quedó cerca de varias cosas: los 12 de Montenegro, los 104 de Ramos en Santa Fe. Y hasta quedó cerca de hacer un gol de taco. Lo único que le falta en Colón.

Era para cerrar la cancha...

Está claro que en este momento al “Bichi” Fuertes le salen todas y ya llegó a 11 goles con 36 años. En el primer tiempo, después de una gran apilada del “Chino” Garcé, llegó el pelotazo, se metió el “20” entre los centrales y cuando salía Sessa, la quiso enganchar de taco porque la pelota se le había quedado atrás. Si le salía ésa, nos íbamos todos.

Foto: Mauricio Garín