Workshop sobre Residuos de Pesticidas

“El mensaje es plaguicidas sí, pero muy bien controlados”

Es lo que planteó el español Amadeo Fernández Alba, uno de los referentes internacionales que vinieron a Santa Fe para participar del evento. Los científicos dicen que hay que estimular las buenas prácticas agrícolas y fiscalizar.

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Objetivo prioritario. Los expertos y las autoridades políticas coincidieron en la necesidad de garantizar el uso seguro y responsable de los agroquímicos.

Foto:Mauricio Garín

Gastón Neffen

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Una de las principales conclusiones que dejó el “2º Workshop Latinoamericano sobre Residuos de Pesticidas”, que se realizó esta semana en Santa Fe, es que hay tres ejes básicos para hacer más eficiente y seguro el uso de los plaguicidas.

En primer lugar, los expertos internacionales que participaron del evento remarcaron la necesidad de insistir con la capacitación de los agricultores y contratistas agropecuarios, las personas más expuestas a sufrir intoxicaciones. El INTA Oliveros y la División de Sanidad Vegetal (del Ministerio de la Producción de Santa Fe) realizan cursos para aplicadores de agroquímicos. Es fundamental que los productores participen; para evitar riesgos y volver más confiable esta cadena comercial.

También es importante que las legislaciones provinciales y nacionales estén actualizadas en relación a los cambios que van realizando los organismos sanitarios y ambientales de la Unión Europea y Estados Unidos. Hay que comprender que usar plaguicidas que no están autorizados en estos países supone un riesgo para los consumidores y también levanta una barrera comercial que cada vez va a ser más infranqueable.

En este sentido, Horacio Beldoménico, presidente del comité organizador del workshop, advierte que el endosulfán (un insecticida muy utilizado en el país) y la atrazina (un herbicida que también se aplica aquí) son dos compuestos químicos que en Europa ya no se pueden utilizar.

El tercer eje relevante fue la columna vertebral del workshop. Es decir, como hacer más eficientes los métodos para detectar los residuos de los plaguicidas. En este punto, está claro que la Argentina necesita mejorar la estructura y la tecnología de sus laboratorios, lo reconoció el rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) Albor Cantard, en el acto de apertura.

Son tres prioridades esenciales, sobre todo si tiene en cuenta que los plaguicidas son “prácticamente imprescindibles” para sostener el peso de la creciente demanda de alimentos.

Los científicos extranjeros

Es lo que planteó el español Amadeo Fernández Alba, co-director del Laboratorio Comunitario de Referencia Europeo para Residuos de Pesticidas.

“La gente demanda una alimentación sana, quieren comer más frutas y verduras”, explicó Fernández Alba. “Pero para que ese consumo pueda crecer —continuó el científico español— los precios tienen que ser accesibles y eso sólo se puede conseguir con los rendimientos intensivos que posibilitan los agroquímicos. El mensaje es pesticidas sí, pero bien controlados”.

Lo mismo piensa la brasileña Ionara Pizzutti (del Centro de Investigación de Residuos y Contaminantes, Brasil). “Es importante comprender que usar plaguicidas no implica que los alimentos no sean seguros. Las buenas prácticas agrícolas son la cuestión más relevante”, opinó.

El doctor Steven Lehotay, investigador del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), también insistió en que el primer paso es que los agricultores hagan bien su trabajo. “Cuando usan adecuadamente los plaguicidas se reduce el impacto sobre el medio ambiente, los alimentos que comenos son más seguros y se abren nuevos mercados para los granos, la carne y la leche que produce un país”, analizó.

El doctor Lutz Alder (Universidad de Humboldt, Berlín) entrevistado por Campolitoral, piensa que la clave es controlar exhaustivamente para evitar problemas.

— ¿Ustedes confían en las cadenas que producen alimentos?

— En Alemania, los productores saben como trabajar para evitar riesgos. En las mismas etiquetas de los plaguicidas están claramente explicadas las dosis y la forma de manejo. Pero puede haber excepciones. Yo siempre lo comparo con las leyes de tránsito. Las personas no siempre respetan los límites de velocidad sino hay un policía que controle. Los laboratorios que miden los residuos de plaguicidas cumplen un rol parecido. Necesitamos análisis para asegurarnos que los plaguicidas se usan en las concentraciones autorizadas.

 

Es fundamental que los productores participen; para evitar riesgos y volver más confiable esta cadena comercial.

 

 

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Conferencia final. Estuvo a cargo de Michelangelo Anastassiades, del Laboratorio de Residuos de Plaguicidas de Alemania.

Foto: Luis Cetraro