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El reloj en la historia del tiempo

El reloj en la historia del tiempo

Mientras los segundos forman horas, el hombre ha perfeccionado los artilugios para la medición del tiempo. TEXTOS. PROF. EDITH S. MIROZNIK GERMAN.

Desde sus orígenes, la humanidad ha tenido que hacer frente una cuestión fundamental: la forma de medir el tiempo. Mientras nos deslizamos por los años, los meses, las horas, los minutos y los segundos, raramente pensamos de dónde vienen o por qué hemos dividido el tiempo de una forma y no de otra.

En sus diálogos, Platón decía que el tiempo es la imagen de la eternidad; es tanto una idea abstracta como una realidad de la vida.

El primer aparato medidor del tiempo del que tenemos conocimiento está datado sobre el 3500 a.C., hablamos de obeliscos que se utilizaban como rudimentarios relojes de sol. Éste es sólo uno de los muchos métodos que se utilizaron en el pasado para medir el tiempo, mientras que otros son la observación de las estrellas, los relojes de agua (clepsidra) y de arena, y otros ingenios que -con mayor o menor acierto- forman parte de un recorrido que ha continuado hasta nuestros días.

Por mencionar uno, podemos citar el reloj de arena, que se cree apareció en el siglo XIV. La gente vio en este tipo de reloj, el símbolo alegórico del tiempo, cuyo devenir es inevitable.

Fue aproximadamente hacia el año 1500 cuando hizo su aparición el reloj de bolsillo. Su inventor fue un cerrajero alemán llamado Meter Henlein, considerado el primer constructor profesional de relojes llevados personalmente.

Basado en los estudios realizados por Galileo, Christian Huygens diseñó el primer reloj de péndulo en el año 1656, mejorando esencialmente la precisión de los artefactos de bolsillo. Este reloj era el más exacto hasta ese momento, con un error de solo 5 minutos diarios.

Otros peldaños en la evolución

Abraham-Louis Breguet (1747-1823) fue reconocido unánimemente como el relojero más grande de todos los tiempos. Uno de sus principales desafíos fue la puesta a punto del reloj automático denominado “Perpétuelles”, cuya comercialización se inició en 1780; y la invención de la sonería, que permitió reducir considerablemente el espesor de los relojes de repetición, y el primer dispositivo antichoque que permitió a los relojes ser más fuertes y fiables.

En 1840, Alexander Bain construyó un reloj eléctrico accionado por la atracción y repulsión eléctrica; hace aproximadamente 70 años, Warren Alvin Marrison le puso cristales de cuarzo a un reloj eléctrico. Así surge el reloj de cristal de cuarzo, que son máquinas muy exactas, que sólo se atrasan o adelantan 3 segundos al año.

En los años cincuenta se afirman los cronógrafos y los calendarios, pero también hay nuevas patentes. Nacen colecciones que aún hoy permanecen, y relojes que responden a exigencias especiales.

En los años sesenta, la mitad de la producción mundial procede de Suiza. En 1961 aparece Accutron, de la marca Bulova, el primer reloj electrónico. Es un logro espectacular en el mundo de la relojería desde la invención del artefacto de muñeca, un concepto revolucionario de reloj sin muelles ni escape que funciona gracias a un diapasón activado electrónicamente. Éste modelo se convierte en el regalo presidencial para líderes mundiales y otros dignatarios. El presidente Johnson lo declara el “regalo de Estado” con sede en la Casa Blanca

los Relojes más famosos

El primer reloj de golf profesional realizado por Tag Heuer y utilizado por Tiger Woods, fue concebido especialmente en función de los imperativos ergonómicos de los jugadores de golf. Gracias a sus materiales de alta tecnología, el Professional Golf Watch sabe hacerse olvidar mientras se realiza un swing, considerado el reloj más liviano del mundo.

Debido a su precisión y fiabilidad, el reloj “Speedmaster” de Omega fue elegido por la Nasa como su cronometrador oficial en 1965, y cuatro años más tarde fue el primer reloj que viajó a la luna, cuando -en julio de 1969- Neil Armstrong dio su famoso “gigante paso para la humanidad”.

En conmemoración del viaje a la luna, se fabrica una serie especial compuesta de 1.014 unidades, con la inscripción: Omega Speedmaster - Apolo XI 1969 - The First Watch Worn on the Moon. El número 1 fue entregado al entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon.

Hace unos años, Omega se vinculó a la figura de James Bond, agente 007, con el Seamaster Professional Diver.

Luego de los setenta, en Hong Kong comenzaban la producción de cristales líquidos, abriendo una nueva era. Los relojes eran nuevos, precisos y originales.

El reloj hoy

El siglo XX ha tecnificado notablemente la industria, la producción seriada desplazó la mano de obra, la robótica suplanta al ser humano, el cuarzo y los sistemas numéricos reemplazan la electromecánica, y la fibra óptica está a la orden del día ofreciendo una elevada tecnología, exacta, fría e indiferente, que no tiene el empeño de Da Vinci ni la calidez del reloj de Huygens, la solemnidad armónica de un carillón o la alegría del cu-cu.

El reloj se convirtió en un elemento decorativo visible a las fluctuaciones de la moda.

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