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Adolescentes y obligaciones

Adolescentes y obligaciones

La etapa de la escuela secundaria resulta una de las más difíciles. El equilibrio entre obligaciones y recreación genera conflictos. La importancia de tener tiempo disponible y disfrutar el aire libre. FUENTE. PRO SALUD NEWS. FOTO. EL LITORAL

“Ser adolescente no es fácil. Eso no es ninguna novedad. Pero si encima a eso le sumamos que los padres se la pasan haciéndonos reclamos y pidiéndonos que seamos los mejores hijos, alumnos, amigos, deportistas ... todo se complica. En mi caso yo voy a un colegio de doble escolaridad y además después tengo clases de inglés para ganar fluidez; de baile porque la verdad me encanta y me ayuda a despejarme, de portugués porque según dicen mis padres “con el Mercosur se ha vuelto fundamental’, y de pintura”, refirió Connie, de 16 años y agregó: “La verdad es que hay días que llego a mi casa muerta, con tiempo para comer algo, bañarme e irme a dormir. El problema es que se me junta tarea y sobre todo trabajos que tengo que hacer el fin de semana que debería ser el tiempo para mí”.

Las actividades recreativas pueden quedar relegadas ante las obligaciones. Ése es justamente el dilema de la adolescencia en la actualidad: mientras por un lado tienen fuertes deseos de disfrutar el tiempo, salir con amigos, divertirse, ir a bailar, escuchar música y aprovechar el aire libre,; por el otro se encuentran con la necesidad de cumplir un esquema de actividades, al mismo tiempo que se les exige un determinado desempeño escolar, que muchas veces no alcanzan a cumplir.

“Cuando un chico comienza a fallar en el colegio, estamos frente a una situación que se enmarca en los cambios físicos y psicológicos propios de la adolescencia y pubertad. Tanto los varones como las mujeres atraviesan una especie de duelo que los lleva a enfrentarse ellos mismos como adultos y a tener que adaptarse a la convivencia con otros adultos, en este caso los padres. Pero el ingrediente que falta y muchas veces genera conflicto es que no sólo debe convivir con dos personas de las cuales intenta de alguna manera alejarse, sino que además la madre y el padre exigen cosas”, comentó Luis Minuchín, médico psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires y de la Asociación Psicoanalítica Internacional.

Exigencia vs. rendimiento

Hace algunos años sorprendía escuchar noticias en las cuales se hacía referencia a los niños como sujetos pasibles de sufrir, por ejemplo, depresiones o trastornos de ansiedad. Sin embargo, hoy en día, esto es muy frecuente. ¿Por qué? ¿En qué medida esas manifestaciones se relacionan con un nivel alto de exigencia que supuestamente tiene como objetivo mejorar el rendimiento y la vida de los adolescentes?.

“Cuando nos ponemos a observar y describir la vida de los chicos de hoy, nos encontramos con niños que empiezan el día a las siete de la mañana y terminan su jornada a las 17 cuando salen del colegio. Es una manera de decir, porque ahí comienzan las actividades extra”, reflexionó la lic. Gisela Holc, integrante de una institución dedicada al tratamiento de los problemas que provocan la ansiedad y el estrés patológicos en los distintos ciclos de la vida.

“Esto no quiere decir que los padres sean malos; por el contrario, ellos buscan llenar la vida del hijo con actividades que los preparen para la vida adulta, para rendir mejor, para pasarla bien, para salir con sus amigos. Lo que ocurre es que ante tanta exigencia, lo que debería ser un espacio de placer, se convierte en un deber”, sostuvo la especialista, quien concluyó: “La solución está en encontrar un equilibrio. Darse cuenta de que relajarse y descansar no significa ser un vago”.