Ganados y carnes

¿Cuándo aflojará la faena?

Los feedlots mantienen una oferta récord y la alta liquidación de vacas genera una faena sin precedentes, que no se puede sostener. El Gobierno tiene una política ganadera que está induciendo a la destrucción de riqueza: Incentiva a unos, mientras les quita a otros.

Ignacio Iriarte

La altísima faena actual, basada en una oferta récord de los feedlots y en una liquidación de vacas sin precedentes, no se puede sostener.

La pregunta del millón es: ¿Cuándo va a aflojar? La enorme oferta de los feedlots obedece, en gran medida, al estímulo de los subsidios; la tremenda liquidación tiene que ver con el clima, pero también con la política oficial, cuyos resultados están a la vista: cada vez más feedlots (cientos de nuevas carpetas en la Oficina Nacional de Control Agropecuario-Oncca), cada vez menos vacas en el stock, cada vez menos novillos, y cada vez más terneros en la faena.

A unos, el estímulo desproporcionado, a otros el castigo (“hasta la última vaca”). No es que no haya política ganadera: la hay y está induciendo la destrucción de riqueza más grande en 40 años. A la larga saldrán todos perjudicados, inclusive los que hoy sacan algún partido de esta situación.

Oferta de vacas

Puede pasar que el invierno sea lo suficientemente duro como para obligar a miles de ganaderos a venderle a los feedlots (o a poner en hotelería) mucha hacienda que hoy, pese a la falta de campo, no se pensaba vender: para los criadores, la reposición; para las explotaciones de ciclo completo, los terneros, novillitos o vaquillonas que en épocas normales se engordan y terminan en el mismo campo. Si el invierno es muy duro, puede haber una mayor oferta de invernada que lo pensado y debe recordarse que, según la zona del país, faltan entre tres y cuatro meses para que venga efectivamente la primavera. Este año han salido siete u ocho millones de vacas vacías; una parte ya se vendió, pero la mayor parte está dando vueltas por los campos y puede aparecer en los frigoríficos durante todo el invierno si éste se presenta duro. El año pasado hubo oferta de vacas hasta bien entrada la primavera.

Aunque parezca una perogrullada, debe recordarse que todavía hay 50 millones de cabezas en el campo y mucha gente puede verse obligada a vender flaco, en el estado en que esté. Hasta ahora, el stock ha caído un siete a 10 por ciento y la receptividad de los campos se ha reducido entre 40 y 50 por ciento. Los feedlots están encerrando con muy bajo peso y eso puede alargar el período en que se dispondrá de gordo liviano.

Invierno duro

Cuanto más duro sea el invierno, más hacienda se liquidará y más marcado será el rebote cuando éste se de. En la revista del diario El País leemos: “Las pérdidas mayores siempre se producen en el invierno siguiente a la seca”.

Los ferieros, por su parte, advierten que con este ritmo de liquidación, y con este vaciamiento de los campos, va a ser difícil armar una feria a partir de julio-agosto. En muchas zonas del país hay 30 a 40 por ciento menos de hacienda, y hay muchos campos que se han vaciado y se les ha puesto candado a la tranquera.

 
 
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Sin reservas. La ganadería pastoril saca los últimos novillos con menos peso para pasar el invierno lo más liviano posible.

Foto:Archivo

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Stock

En algunas zonas, la caída del stock zonal es del 15 a 20 por ciento, pero casi todo lo que usualmente se retiene para el segundo semestre (ternero cola, vaquillona para recriar, vaca vacía) se ha vendido para aliviar el campo y salvar lo que queda. Además, este año la zafra ha comenzado dos meses antes a causa de la seca, y promete terminar abruptamente en 45-60 días. A fuerza de reservas, que se están acabando, la ganadería pastoril está terminando de sacar, con menos peso y menos rendimiento, los últimos novillos que le quedan, para cruzar el desierto (el invierno) lo más liviano posible de carga