En una campaña accidentada y con pocas ideas

Oficialismo y oposición uruguayos elegían su candidato presidencial

Los ganadores de las internas partidarias de hoy competirán el próximo 25 de octubre por la sucesión del presidente Tabaré Vázquez.


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EFE-AFP-Télam

Los uruguayos votaban hoy para definir los candidatos presidenciales de los partidos en vistas de las elecciones generales del 25 de octubre, tras una campaña electoral accidentada y carente de propuestas novedosas.

2.584.219 uruguayos estaban habilitados para votar en elecciones internas y simultáneas de todos los partidos políticos.

El voto no es obligatorio, contrariamente a lo que sucede en las elecciones generales donde sí lo es, y en el único antecedente de elecciones internas, en 2004, participó el 45% de los habilitados.

El hecho de que haya poca cosa por resolver en estas elecciones, donde según todas las encuestas el panorama interno de cada partido está prácticamente definido, abre una cuota de mayor de incertidumbre sobre la participación.

Además, la campaña fue más bien pobre, casi sin ideas o propuestas novedosas.

Los precandidatos presidenciales de los dos principales partidos, la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio y el Nacional o “Blanco”, el principal de oposición, se dedicaron más a resaltar los logros del gobierno los unos, y a criticar los supuestos errores, los otros.

Debido a que cada uno de los precandidatos presidenciales son apoyados en la elección interna partidaria por distintos sectores o grupos con sus propias listas, la multiplicidad de opciones creció a 2.801 en todo el país.

La gran cantidad de listas está relacionada, además, con que se definen las futuras autoridades partidarias, tanto a nivel nacional como en los 19 departamentos que conforman el Uruguay.

Mujica, favorito

El septuagenario ex líder guerrillero tupamaro José “Pepe“ Mujica, actual senador, es el favorito para ganar la elección interna del Frente Amplio. Mujica, ex ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del actual gobierno, el primero de izquierda en la historia de Uruguay, tiene entre el 51 y el 59% de la preferencia en la coalición de izquierda, según las últimas encuestas.

En frente, el también senador y ex ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, preferido del presidente Tabaré Vázquez, recibe el apoyo de entre el 30 y el 35%.

El vicepresidente Rodolfo Nin Novoa, quien por la Constitución uruguaya no está privado de hacer manifestaciones políticas públicas, salió a hacer campaña para Astori incluso en Buenos Aires, donde asistió a un almuerzo con empresarios argentinos que respaldaron la candidatura del ex ministro de Economía.

El tercer precandidato de la izquierda es el intendente de Canelones, el segundo departamento en importancia de Uruguay, el médico Marcos Carámbula, que tiene el respaldo de entre el 7 y el 10% en la elección interna, según las encuestas.

Lacalle en los “blancos”

En el Partido Nacional o “Blanco”, el ex presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) lidera todas las encuestas con entre el 57 y el 51%.

Jorge Larrañaga recibe el apoyo de entre el 41 y el 35% en la elección interna nacionalista aunque fue muy crítico con las empresas encuestadoras.

En el Partido Colorado el panorama es, todavía, más claro y Pedro Bordaberry, hijo del dictador del mismo nombre, tiene el respaldo de entre el 77 y el 67% de quienes se definen como votantes o simpatizantes colorados.

Lejos están el ex vicepresidente Luis Hierro López, con el 18% y el diputado José Amorin Batlle, con el 14%.

El diminuto Partido Independiente es el único que tiene ya decidido su candidato a la presidencia, Pablo Mieres, pero igual participa en las elecciones internas para definir las autoridades partidarias.

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18.000 policías de custodia

El Ministerio del Interior de Uruguay implementó un importante operativo para custodiar las elecciones internas de hoy.

El viceministro de Interior, Ricardo Bernal, dispuso 18.000 efectivos policiales para garantizar la seguridad y el normal desarrollo del acto comicial.

El funcionario explicó que “el operativo se dividió en dos”: parte de los policías trabajan en la seguridad de los festejos de los distintos sectores políticos, y otra parte, en colaboración con el Ministerio de Defensa, trabaja en los circuitos electorales de todo el país.

La elección interna cuenta con 6.917 circuitos de votación, que son custodiados por más de 2.000 agentes y más de 4.800 efectivos de las Fuerzas Armadas.

Asimismo, a pedido de los partidos políticos, la Policía brindó seguridad hasta esta madrugada para aquellas personas que trabajan en los circuitos de votación.

“Para los policías la actividad comenzó a las cuatro de la mañana y durará todo el día hasta el cierre de la votación, teniendo en cuenta que incluso habrá una prórroga (en la hora de cierre del comicio), y luego para el traslado (de las urnas...) a una oficina de la Corte Electoral”, donde “quedará una custodia hasta que se haga el escrutinio definitivo”, dijo Bernal.

La Policía tendrá “una jornada larga”, con la tarea “muy importante de garantizar a todas las personas el libre ejercicio de su derecho al voto, es decir que va a haber un despliegue policial en toda la ciudad (de Montevideo) y en todo el país para que ninguna persona tenga interferencias en su derecho de ir a votar”, dijo el viceministro.

“Mantendremos personal de reserva por cualquier situación que pueda alterar este acto”, agregó.

El ministro de Interior, Jorge Bruni, en tanto, acordó con los dirigentes de los partidos políticos la delimitación de las zonas de festejo de cada formación para “establecer reglas claras”. Así, se acordó que cada uno festeje frente a su sede partidaria.

/// LA CLAVE

Ausentismo

Aunque son más de 2,5 millones los electores, sin embargo, no se espera una participación mayor al 60%, según las encuestas realizadas por la consultora Factum, citadas por el diario local El País, en concreto entre el 54 y el 58% del electorado.

Al ser unas elecciones internas, el sufragio en estos comicios no es obligatorio.

El ministro de la Corte Electoral, Edgardo Martínez Zimarioff, señaló a la prensa que el nivel de ausentismo de integrantes de las mesas receptoras de votos es superior al habitual.

Luis Alberto Lacalle

 

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El ex mandatario, entre 1990-1995, es el favorito para alzarse con la candidatura presidencial del opositor Partido Naciona, y bregar nuevamente por la presidencia en las elecciones de octubre.

Nacido el 13 de julio de 1941, Lacalle -nieto de Luis Alberto de Herrera, uno de los principales caudillos del Partido Nacional- tiene una larga carrera política que inició en 1962.

En 1971 fue elegido representante en la Cámara de Diputados, en los años convulsionados que se vivían en Uruguay, hasta la disolución de las cámaras por parte del presidente Juan Bordaberry, al dar un golpe de Estado el 27 de junio de 1973.

Lacalle, abogado y propietario del establecimiento agropecuario Santa Margarita, de 996 hectáreas, en Florida (centro del país), fue arrestado tras el golpe de Estado, permaneciendo preso algunas semanas.

También fue objeto de un atentado en 1978, cuando recibió anónimamente una botella de vino envenenado, al igual que los dirigentes del PN Carlos Julio Pereyra y Mario Heber.

Ninguno de los destinatarios bebió de las botellas, salvo la esposa de Heber, Cecilia Fontana, que falleció y cuya muerte aún hoy es investigada por la Justicia.

En 1981, cuando se empezó a ver el fin de la dictadura, Lacalle fundó el Consejo Nacional Herrerista dentro del Partido Nacional, y con las elecciones de 1984 que dieron lugar a la restauración democrática de 1985, fue elegido senador. En ese momento abandonó el ejercicio de la abogacía.

En los comicios de 1989 alcanzó la presidencia con 38% de los sufragios, llegando su Partido Nacional por tercera vez al poder en el siglo XX.

Casado con Julia Pou, con quien tuvo tres hijos (Pilar, Luis Alberto y Juan José), Lacalle impulsó una liberalización de la economía y privatizaciones de empresas públicas, reformas que sufrieron un duro golpe en 1992, con un plebiscito propulsado por los sindicatos y la izquierda.

 

José “Pepe” Mujica

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El dirigente histórico de la guerrilla urbana Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) es el favorito para ganar la candidatura presidencial de la coalición oficialista de izquierda Frente Amplio.

De 75 años, senador del FA y ex ministro de Ganadería, Mujica fue uno de los fundadores de la guerrilla tupamara que surgió a comienzos de los 60 como grupo clandestino que buscaba desmontar por la vía armada al Estado “burgués” y al sistema económico capitalista.

En un comienzo, el MLN-T fue un pequeño grupo que realizó acciones que generaban simpatía en la izquierda, hasta que en su fase de crecimiento, a partir de 1968, comenzó a realizar secuestros y homicidios que ya no caían tan simpáticos.

Las acciones de los tupamaros, en un país que estaba sumido en una profunda crisis económica, contribuyeron a la radicalización política que derivó en el golpe de Estado de junio de 1973, aunque la guerrilla ya había sido militarmente derrotada en 1972.

Mujica, que ha recibido nueve balazos, estuvo preso en 1970 y participó en la masiva fuga de la cárcel de Punta Carretas de septiembre de 1971, de 111 presos.

Fue recapturado y volvió a escapar de ese penal, hasta que en 1972, cuando las “fuerzas conjuntas” (policías y militares) derrotaron al aparato militar tupamaro, fue detenido y pasó a ser uno de los denominados “rehenes” de la dictadura (1973-1985), que estuvieron presos en diferentes cuarteles del país en condiciones infrahumanas.

En 1985, con la restauración democrática, fue liberado en el marco de una amnistía impulsada por el gobierno de Julio Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000).

Mujica, casado con la senadora y también tupamara Lucía Topolanski y sin hijos, fue el primer dirigente histórico del MLN-T en ingresar a la Cámara de Diputados en 1995, luego de una reorganización política de los ex guerrilleros que en 1989 se incorporaron al Frente Amplio.