Producción regional

 

Yerba mate: evalúan métodos para garantizar su seguridad

Investigadores uruguayos trabajan en la determinación de parámetros y métodos específicos de detección de residuos de pesticidas. El estudio fue presentado en el reciente Workshop de Pesticidas organizado por la UNL.

(C) PRENSA UNL - EL LITORAL

Ni té, ni café: ¡mate! Los argentinos consumimos un promedio de siete kilos de yerba mate por año, mientras que los uruguayos llegan a ocho. El alto nivel de consumo, junto con la importancia que el cultivo tiene en la economía regional, llamó la atención de investigadores uruguayos.

A nivel internacional, no hay una metodología analítica clara para determinar residuos de pesticidas en yerba mate y suelen utilizarse los parámetros del té o el café. “Cuando se controlan nuestros productos en el exterior, no está claro cómo se analizan porque no hay nada específico”, señaló Horacio Heinzen, investigador de la Universidad de la República en el Uruguay.

“Estudiamos la yerba mate por ser la infusión emblemática de la región; de la que sabemos, lamentablemente, muy poco y cuyo consumo es realmente importante”, dijo.

“Tuvimos que inventar métodos para poder evaluar cuántos pesticidas se extrae de la yerba, porque no se toma de la misma manera que el té. Es necesario tener en cuenta que se van agregando pequeñas porciones de agua caliente para entender el proceso de extracción de los pesticidas”, explicó Heinzen. El trabajo fue presentado en el 2do. Workshop Latinoamericano sobre Residuos de Pesticidas. Alimentos y Medio Ambiente organizado por la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

Algo a considerar, según el experto, es que, mientras normalmente se utilizan cinco gramos de té para preparar una taza, en el mate se emplean unos 50 ó 60 gramos junto con un litro de agua. De esta forma, los investigadores tratan de componer un panorama completo de lo que ocurre cuando tomamos mate.

Para detectar

En el cultivo de yerba mate se utilizan ciertos pesticidas. Según comentó Heinzen, el proceso de elaboración es muy duro, por lo que muchos de estos pesticidas se degradan en el momento del procesamiento y al consumidor no le llega prácticamente nada. Además, hay un proceso de estacionamiento donde nuevamente decae la cantidad de pesticidas.

“Lo que nosotros vemos es que son muy pocos los residuos, pero, como lo consumimos en tan altos volúmenes, uno se preocupa. ¿Cuanto de esto podemos tomar? Es algo que no sabemos”, dijo el experto y agregó: “Mi impresión es que estamos por debajo de los límites de los mismos pesticidas que se aceptan en café o té”.

El estudio de la yerba mate se enmarca en un trabajo más amplio referido a plantas medicinales. De acuerdo con Heinzen, las hierbas y plantas medicinales deben estudiarse al igual que cualquier otra actividad agrícola.

Productos regionales

Además del mate, los investigadores uruguayos trabajan sobre la medición de residuos de pesticidas en otras producciones que son regionalmente relevantes, como el propóleo, la lanolina o el arroz. Para estos productos tampoco hay metodologías de análisis claras.

La lanolina, por ejemplo, es una importante materia prima de la industria farmacéutica y cosmética, sobre todo para uso tópico. “El problema es que en la producción de la lana las ovejas son bañadas con muchos pesticidas para evitar parásitos y quedan residuos en ella. Entonces, la lanolina, además de ser un excelente vehículo de drogas, lo es también para pesticidas”, explicó Heinzen.

“Los países vendedores debemos ocuparnos de que nuestros productos tengan el mayor cúmulo de datos para que se certifique su calidad. Y los pesticidas constituyen uno de esos datos”, afirmó.

“Si uno no analiza y no sabe lo que está vendiendo, siempre está regalando porque depende de lo que diga el comprador”, reflexionó Heinzen.

Según explicó el experto, todo el asunto de los pesticidas implica un gran componente de salud pública y también un componente comercial establecido como una barrera no arancelaria.

Yerba mate: evalúan métodos para garantizar su seguridad

Brote y semillas de yerba mate. Foto: Archivo El Litoral