En pantalla y en primera persona

El magnetismo de Argerich

De la redacción de El Litoral

Télam

Luego de su abortado estreno en septiembre de 2003, finalmente llegó a las salas cinematográficas de Capital Federal el magnífico e íntimo documental “Marta Argerich, conversación nocturna”, del realizador franco-suizo Georges Gachot y que revela el enorme magnetismo y la inquietante inteligencia de la genial pianista argentina.

Considerada por muchos una de las mejores intérpretes femeninas de piano de toda la historia de la música clásica y perseguida por una fama de incorregibles y personalísimas decisiones que le permitieron imponer condiciones a sellos y grabadoras, el filme sobre Argerich se puede ver desde mañana en la nueva sala Arte Cinema, del barrio de Constitución.

Rodada en Colonia, Ginebra, Pescara, Zurich, Buenos Aires y Mar del Plata, el filme data de 2002 y estuvo a punto de estrenarse en abril de 2003 en el cine Cosmos pero a último momento Argerich interpuso un recurso judicial que abortó las proyecciones.

Igualmente, y más allá de su accidentado periplo argentino, el filme fue exhibido en 25 países y obtuvo lauros como el Premio Italia al documental de arte y música y el Oro de Praga.

La cinta de Gachot, especialista en documentales musicales y que realizó “María Bethania, música y perfume”, revela a una Argerich íntima, perspicaz, lúcida, que comparte sus reflexiones musicales, recuerda momentos de su historia y habla de maestros y creadores.

En la primera escena, la pianista cita al programa “Gran Hermano” y plantea que, a diferencia del ciclo televisivo para aquellos que aman la exhibición personal, ella detesta las cámaras y pide al director que apague la suya mientras efectúa el precalentamiento sobre el piano.

Luego, junto a otro piano y una batería interpreta una pieza de Astor Piazzolla, que cierra con una estruendosa risa y una pregunta a un circunstancial oyente sobre la calidad de la interpretación, quien dice que salió todo muy mezclado.

A partir de allí, el filme no propone giros ni recorridos extraños: hay imágenes sobre Buenos Aires y Mar del Plata, tomas de archivo (recibiendo el Premio Chopin en 1965), fragmentos de conciertos y momentos de ensayo.

Entre lo coloquial y lo profundo

Pero más allá de todo esto, lo más rico del filme es una extensa conversación con Argerich, donde la pianista que detesta las cámaras imprime sobre la lente un increíble magnetismo con una soltura impensada y en la que junto a lo coloquial aparece lo lúcido, lo profundo, lo medular que concluye en una risa o carcajada.

En el filme hay desde recuerdos sobre el momento en que canceló premeditadamente su primer concierto en Florencia a instancias de una novela de André Gide que estaba leyendo y comentarios sobre su deslumbramiento musical escuchando a Beethoven en el Teatro Colón cuando era una niña.

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El filme revela la inteligencia de la pianista, y la muestra en fragmentos de conciertos y momentos de ensayo.

Foto: Télam