En esta ciudad
En un mes, 150 personas pidieron algún tipo de asistencia judicial
Algunos requirieron abogados o simplemente, contención. De los delitos penales, la mayor demanda fue de familiares de víctimas por homicidios. La evaluación del trabajo del primer CAJ de la provincia, a 30 días de su apertura.
Carla Cerliani, directora de Acceso a la Justicia.
Foto: Guillermo Di Salvatore
De la redacción de El Litoral
En un mes, el Centro de Asistencia Judicial (CAJ) de esta ciudad atendió 150 causas por derivaciones o por presentaciones espontáneas. Allí, doce profesionales ofrecen desde atención psicológica hasta la mediación y el asesoramiento judicial para personas vulnerables, que no tienen recursos ni medios para acceder a la justicia. El CAJ empezó a funcionar el 9 de junio pasado en la esquina de 25 de Mayo y Salta, y según dijo a El Litoral la directora de Acceso a la Justicia, Carla Cerliani, la mayoría de las consultas tuvo que ver con homicidios.
“Pidieron asistencia por diferentes delitos que van desde abusos sexuales agravados hasta amenazas. También hubo consultas por peleas entre vecinos, pero el delito penal por el que más consultas recibimos es el homicidio; paulatinamente, también crecen las consultas por violaciones”, especificó.
El dato ratifica la tendencia que los profesionales ya habían experimentado en 2008, cuando -con menos especialistas y recursos-, la asistencia judicial se brindaba a través de una oficina de emergencia para los casos más graves de la ciudad desde la Secretaría de Derechos Humanos. “En todo ese año de trabajo, atendimos 58 casos que eran casi todos homicidios, muchos de ellos cometidos hacía tiempo”, comentó.
Qué piden
Cerliani recordó que cuando asumió la actual gestión, eran frecuentes los reclamos de familiares de víctimas asesinadas que pedían justicia.
“Eran casi todos homicidios de cuatro o cinco años atrás. Entonces, vimos la necesidad de brindar algún tipo de asistencia porque no había ninguna institución que respondiera, ya que si bien existen y trabajan muy bien organismos como la Defensoría del Pueblo u otras Oficinas de Atención a la Víctima, se limitan al asesoramiento pero no pueden hacer la representación en juicio”, explicó.
El pedido generalizado con el que llegan los demandantes al CAJ es, justamente, el de justicia. “Muchas veces, vienen desinformados totalmente de lo que está pasando en la causa porque fueron a testimoniar en los momentos iniciales y después nadie más los llamó. Y cuando van a pedir información, no tienen el acceso”, comentó.
Cerliani dijo que ese acceso a la información es el primer paso que ayudan a dar.
“Más allá de todo el acompañamiento psicológico y social, el hilo conductor de esto es lo jurídico. Desde allí, se define una estrategia para cada caso. En esta primera etapa de implementación, nos abocamos a querellar, es decir, constituirnos en la causa como abogados de la víctima en los delitos más graves que son homicidios, abusos sexuales agravados (violaciones) y las tentativas de homicidio, que son los delitos más frecuentes y graves en esta capital”, precisó. “Para el resto de delitos o casos, brindamos asesoramiento, facilitamos el acceso a la información de la causa y evaluamos la aplicación de otras alternativas, como la mediación. Pero en los delitos de extrema gravedad -insistió-, consideramos que tenemos que estar en la causa y constituirnos (junto a la víctima) como querellantes”. La funcionaria recordó que esa figura es una de las nuevas instituciones surgidas a partir de la reforma al Código Procesal Penal, que le permite a la víctima participar del juicio.
Mediación
En el CAJ, también funciona el Centro de Mediación Penal que, orgánicamente, depende de la Dirección de Desjudicialización de la provincia.
“La gente no está al tanto de que la mediación puede ser una herramienta para resolver un conflicto, pero cuando se lo proponen y se hacen las reuniones, resulta muy positivo”, aseguró Cerliani. Según dijo, el método se aplica, por ejemplo, cuando vecinos denuncian amenazas de otros.
“Generalmente, cuando alguien viene al centro con un caso así, es porque hubo un hecho que fue detonante, pero lo que se media es el conflicto, no el delito. Y ese conflicto es anterior y tiene muchos condimentos. Eso es lo que le proponemos a la gente; no podemos asegurar que lleguen a un acuerdo pero sí que se sienten las partes a hablar”, comentó. Además, dijo que se han reunido con los fiscales de mediación penal de Santa Fe y Rosario para que aquellas víctimas que van en busca de información al tribunal o a la fiscalía, les puedan recomendar los servicios del CAJ, con el límite de que allí se atienden a personas vulnerables. “Y no se trata sólo de recursos económicos -aclaró-, sino también sociales o de cómo puedan acceder a la justicia. La mayoría (el 95 % de los casos) viene porque no tienen dinero para pagarse un abogado o un mediador. Pero también hay casos donde por la gravedad del hecho hay profesionales que no toman la causa”.