Los buenos hábitos que nunca hay que perder
Un fuerte impulso para la lectura y la escritura
La creación del Consejo Municipal de Lectura surge en nuestra ciudad como una forma de organización de la sociedad civil interesada en la promoción y la transformación de las prácticas mencionadas.
Concejal Martín Giménez (UCR). Junto a sus pares Sauco y Qüesta trabajó en la diagramación y estructuración del futuro Consejo Municipal de Lectura.
Agencia Santo Tomé
Ariel Durán-Sergio Ferrer
Basados, fundamentalmente, en el criterio de dar su real importancia a la promoción de ciertas prácticas y actividades del ciudadano como política de Estado, en su momento el bloque de concejales de la Unión Cívica Radical de Santo Tomé propuso la creación del denominado Consejo Municipal de Lectura (CML), proyecto debidamente aprobado por el cuerpo legislativo local el pasado 26 de mayo (hecho anticipado por este medio). Justamente, para brindar mayores detalles sobre este tema, El Litoral dialogó con el concejal Martín Giménez, uno de los autores de la iniciativa original junto a Daniela Qüesta y Lidia Sauco, las otras dos representantes de la referida fuerza partidaria.
“Una acción social viva”
Para interpretar los alcances de la propuesta ideada para contar con el CML, aclara Giménez, debe entenderse a la promoción de la lectura “como una acción social viva”, lo que implica una actitud que se expresa en dos frentes básicos de trabajo. Por un lado, continuó explicando el edil, están las que pueden llamarse microacciones, con las que se busca “acercar individuos y comunidades a la lectura, con el fin de transformar sus prácticas desde todas las actividades que puedan realizar diferentes instituciones sociales, entre ellas las bibliotecas públicas”.
Por otra parte, también están las denominadas macroacciones, o “acciones articuladas entre todas las instituciones sociales que son las que forman parte del sistema de formación social de los lectores”, confluyendo “en la pretensión de configurar una sociedad lectora, es decir, una comunidad que valora e integra la lectura en las diferentes dimensiones de la vida íntima, social y política”. “En estos términos, la promoción de la lectura es una responsabilidad no sólo de la biblioteca pública, porque a en esa dirección también se ven abocadas otras instituciones sociales, como la familia la escuela, el Estado y los medios de comunicación, entre otros estamentos”, añadió.
Intervención sociocultural
“La lectura y la escritura constituyen prácticas de interés tanto para los individuos como para la sociedad en su conjunto, porque permiten el acceso a la información y al conocimiento, constituyendo formas de desarrollo personal y de enriquecimiento intelectual”, amplió luego Giménez, haciendo hincapié que la promoción del hábito de la lectura entendida como “trabajo de intervención sociocultural que busca generar cambios en las personas, en sus contextos y en sus interacciones”, fue una postura respaldada por Didier Alvarez en su Propuesta para el Desarrollo de un Programa de Formación en la Promoción de la Lectura en las Escuelas de Bibliotecología, donde el nombrado autor también habla de “la revalorización, transformación y construcción de nuevos sentidos, idearios y prácticas lectoras”, así como del lector como “actor social”.
“Para el municipio de la ciudad de Santo Tomé, se hace necesario formular una política pública de lectura y bibliotecas, que permita que todos los ciudadanos tengan acceso libre y gratuito a la cultura escrita”, puntualizó después, a la vez que remarcó que aquellos que trabajan en esta temática “son quienes también plantean la necesidad de conformar los consejos municipales de lectura como espacios de participación ciudadana y de apropiación de las bibliotecas por parte de la ciudadanía”.