También descartó “ajustes”

Boudou ratificó que no irá al FMI a

buscar los créditos que necesita

El ministro no logra armar el gabinete, pero ratificó el rumbo. Quiere sostener el trabajo y el consumo interno, pero dice que habrá que ser “creativo” para encontrar financiamiento.

De la redacción de El Litoral

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EFE/DyN

El ministro de Economía, Amado Boudou, dijo que el país volverá al mercado internacional de créditos y descartó un ajuste para afrontar los coletazos de la crisis global. “Que nadie espere que nosotros vayamos a hacer algo vinculado al ajuste económico”, subrayó.

Boudou defendió la necesidad de mantener los niveles de empleo y mejorar las cuentas públicas, afectadas por una caída de los ingresos frente a un alza del gasto. “Tenemos que profundizar cuestiones vinculadas al superávit, al posicionamiento de la Argentina con los organismos de crédito. Vamos a ir a los mercados voluntarios de crédito”, apuntó el ministro.

En los últimos cinco años, el país se financió con bonos que colocó en Venezuela y préstamos del sector público -en especial, los recursos de la Ansés-, debido a que permanece apartado de los mercados internacionales de crédito. La Argentina aún debe dinero al Club de París y mantiene la controversia con los bonistas que no aceptaron el canje tras el default.

En septiembre pasado, la presidenta Cristina Fernández anunció la cancelación de la deuda en mora con el Club de París, de unos 6.900 millones de dólares. Un mes después, Fernández expresó la intención de negociar la refinanciación de bonos por unos 20.000 millones de dólares en manos de inversores que rechazaron el canje de 2005, que puso fin al cese de pagos de 2001 (102.000 millones de dólares), el mayor de la historia financiera. Pero, con el recrudecimiento de la crisis global, el gobierno de Fernández no avanzó en ninguna de esas dos cuestiones.

Rumbo ratificado

Boudou, quien asumió la semana pasada tras la derrota electoral oficialista, insistió en que no habrá un cambio de la política económica, basada en un tipo de cambio regulado, el aliento al consumo, las exportaciones y la obra pública.

“Vamos a trabajar buscando un fuerte equilibrio entre el sector privado y el público, con el Estado en su rol activo de acompañamiento”, comentó. “Lo que hay que cuidar es el empleo, que tiene que ver con el consumo interno, el sistema de jubilaciones, el superávit fiscal y comercial”, agregó el ministro.

Argentina está a punto de recibir 2.500 millones de dólares a raíz de la ampliación del capital del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que mantiene tensas relaciones desde 2003, cuando asumió la jefatura del Estado Néstor Kirchner.

“No vamos a aceptar recetas que llevaron al país al 25 por ciento de desempleo. Vamos a ir a los mercados voluntarios de crédito”, subrayó el funcionario. Dijo que está trabajando “en muchas medidas vinculadas a esto, pero en el contexto de un acercamiento a los mercados de financiamiento que nos permita seguir generando mayor cantidad de trabajo en la Argentina, que es lo único que le da sustento al país a largo plazo”.

La Argentina tiene un acuerdo con China para el intercambio de divisas en caso de emergencia por 10.000 millones de dólares y está por firmar otro similar con Brasil por 1.800 millones.

Boudou ratificó que no irá al FMI a buscar los créditos que necesita

El nuevo ministro de Economía y un dilema aún por resolver sobre la conformación de su gabinete de colaboradores y las injerencias de Néstor Kirchner a través de Moreno.

“Hacer algo con el Indec”

Aún no dijo qué hará, pero Amado Boudou afirmó que “va a hacer algo con el Indec” y enfatizó que el organismo “forma parte” del Palacio de Hacienda. “El Indec es parte de la agenda de la presidenta, es parte de mi agenda , es parte de todos. Vamos a hacer algo en ese sentido para el mejoramiento de todas las instituciones”, sostuvo el flamante jefe del Palacio de Hacienda.

En sus primeras declaraciones públicas tras la designación como ministro, Boudou dijo que está trabajando en “todas las áreas” del Palacio de Hacienda y en consecuencia recalcó que el Indec “es una institución que está dentro del Ministerio de Economía”.

En el organigrama de Economía, el Instituto depende de la Secretaría de Política Económica, aunque desde diferentes sectores de la oposición -e incluso del oficialismo- se reconoce públicamente la injerencia en las decisiones del organismo del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Boudou aún no ha anunciado su equipo de colaboradores, en los que persistiría Moreno por imposición de Néstor Kirchner. El nuevo ministro armaría un cuerpo de “auditores” -especialistas de universidades nacionales- pero en el balance de poder interno no se define aún si eso significará un cambio de fondo o sólo de apariencias.

/// análisis

El desbande

Sergio Serrichio

Además de asistir al debilitamiento de su poder político y al achicamiento de “la Caja”, el gobierno soporta la lógica de la dispersión tras su derrota en las elecciones.

Más allá del diálogo, las dificultades y tensiones puertas adentro del gobierno son ostensibles.

Lo que se agotó es el proyecto de poder del kirchnerismo, una etiqueta de la que muchos ahora se quieren despegar, luego de constatar no sólo el rechazo en las urnas, sino también los límites del cacareado “modelo” y las inocultables carencias de gestión, de las que la epidemia de gripe A es sólo una muestra reciente y dramática.

Prueba patética son las dificultades del ministro de Economía, Amado Boudou, para conformar su equipo, sometido como está al poder de veto del ex presidente y su respaldo a Guillermo Moreno. Esas desavenencias alcanzaron también al ministerio de Producción que encabeza Débora Giorgi, con la siempre inminente salida del secretario de Agricultura, Carlos Cheppi.

Cheppi llegó a la secretaría como uno de los derivados de la derrota política del gobierno en el conflicto con el campo; su gestión terminó de desteñirse con la decisión presidencial de transferir el manejo de la cuota Hilton a la Oncca, una agencia que teóricamente depende de Cheppi, pero que en la práctica reporta al titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), el ultrakirchnerista Ricardo Echegaray.

Habituada a que Moreno haga y deshaga en su propio territorio, Giorgi ni siquiera tiene margen para elegirle reemplazo a Cheppi y mantiene hace meses una relación tormentosa con el varias veces renunciado pero todavía secretario de Industria, Fernando Fraguío.

El jefe de Gabinete busca cómo deshacerse de Moreno, al que él mismo definió como alguien que cumple órdenes. Su continuidad es, en verdad, la continuidad de Néstor Kirchner.

Mientras el ex presidente no tenga reemplazo fiable al trípode que detenta en el gabinete de su esposa Moreno, Echegaray y el ministro de Planificación, Julio de Vido, el gobierno de Cristina Fernández seguirá siendo lo mismo que fue el suyo entre 2003 y 2007: un ejercicio de voluntad y poder personal que malversó una enorme dosis de fortuna (hablamos, claro está, de la fortuna del país en su conjunto, no de la del matrimonio presidencial).

/// EL DATO

Necesidad

Un informe del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas advirtió este jueves que las cuentas del Tesoro de Argentina sufren una “virtual desaparición” del superávit de los últimos seis años, con un “rojo” de unos 894,7 millones de dólares acumulado en el primer semestre del año. “Esta situación se da en un contexto de fuerte aumento del gasto y débil incremento de la recaudación, que forman el cuadro en el que se deberán adoptar decisiones”, apuntó.