En una lujosa finca rural

A una mujer embarazada

asesinaron en Humboldt

La muerte violenta de Vilma Guisone de Infantino pudo resultar de un frustrado intento de robo, de un arrebato pasional o de una venganza fríamente planificada y ejecutada.

José Luis Pagés

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Los policías que en Humboldt investigan el asesinato de una mujer que atravesaba por el tercer mes de embarazo _tres tiros terminaron con ella_, detuvieron a su pareja y trabajan ahora en procura de responder los numerosos interrogantes que plantea el caso.

Con motivo de un aviso recibido ayer a media tarde una comisión de la comisaría 5a. acudió a una vistosa finca rural ubicada a la vera de la Ruta 70, a no más de 1.500 metros del camino de acceso a la localidad de Humboldt, y allí se encontró con la escena del crimen.

En el centro del cuadro yacía la víctima _Vilma Elisabhet Guisone (36)_, y junto a ella permanecían su compañero Daniel Gerardo Infantino (44), María Elena Infantino (47) y un hombre apellidado Palmero, quien revistaría en el cuerpo de Bomberos Voluntarios.

En el piso de la cocina cubierto por la sangre de la víctima los agentes de la Unidad Regional XI _Jefatura Esperanza_, encontraron un teléfono celular y gran cantidad de billetes de dos pesos, sembrados al azar.

Tres disparos

Luego, el médico de la repartición _cuyos integrantes muestran desde ayer un inexplicable hermetismo_, contó tres heridas de bala en el cuerpo de Vilma. En antebrazo izquierdo, en la región malar y en la base del cráneo se podían observar tres orificios que, se escuchó decir, podrían corresponderse con disparos efectuados con una pistola 32.

El teléfono celular _según habría dicho el dueño de casa y compañero de la víctima_, fue usado por ella para advertirle que dos extraños preguntaban por él. Ese mensaje lo hizo volver a casa y presuntamente atrajo también a las otras personas presentes en la escena.

Al momento de llegar la primera comisión policial los presuntos asesinos, por supuesto, habían abandonado el lugar. De modo que en la casa sólo quedaban los nombrados, el teléfono celular y los billetes de dos pesos, que se podría ver un poco más tarde, no estaban solos.

Los agentes que llevaron a Infantino a sede policial, secuestraron el teléfono en cuestión, supuestamente también el equipo celular del viudo, y los billetes de dos pesos, además de 400 euros, 36.000 pesos y 3.000 dólares que aparecieron en distintos lugares de la lujosa casa que, según se dijo, tenía blindados sus vidrios y aberturas.

En el jardín de la mansión, oculta a la vista del público por un alto alambrado perimetral y un largo telón de lona verde, los policías encontraron un humilde Fiat 128 y en su interior la suma de 30.000 pesos más. El rodado en cuestión sería el utilizado por María Elena Infantino para llegar al lugar. María Elena y su acompañante también fueron invitados a concurrir a la comisaría 5a. para dar a conocer sus respectivas versiones relacionadas con el delito investigado.

Dos desconocidos

Tal como Infantino habría presentado los hechos la culpa recaería sobre dos desconocidos que irrumpieron en su casa para robar o sin más, para matar a su compañera. Vecinos de Humboldt recordaron que Vilma era madre de un niño que tuvo con su primer esposo, quien actualmente reside en la ciudad de Esperanza.

También hicieron notar los vecinos que Infantino supo tener problemas con la Justicia por la comercialización de automóviles, ya que algunas de las unidades vendidas por él eran de procedencia dudosa y, agregaron, que esos asuntos litigiosos le valieron más de una enemistad. Los cinco mil vecinos de Humboldt, ciudad del departamento Las Colonias emplazada 14 kilómetros al oeste de Esperanza, recibieron la noticia como un fuerte impacto ya que el “Chano” Infantino y Vilma, su mujer, eran personas muy conocidas y vinculadas social y comercialmente en la región.

Si se trató de un homicidio en ocasión de robo, si de una venganza, si de un hecho pasional o de un frío y calculado asesinato por encargo, lo dirá en su momento la investigación judicial. Por el momento se sabe que el sumario policial será oportunamente elevado al juez instructor en turno, el Dr. José Manuel García Porta.

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El arma no estaba en la escena

Fuentes allegadas a la pesquisa dijeron que en la escena del crimen los investigadores policiales no secuestraron arma alguna. Con ello, cabe imaginar que la pistola fue escondida o descartada por él o los asesinos, apenas consumado el brutal asesinato. También se descuenta que la policía invertirá buena parte de su tiempo para dar con ella. Dijo el vocero de la UXI que en el lugar del hecho -una casa de dos plantas y jardines circundantes _, trabajaron peritos criminalísticos de la Unidad Regional XI _Jefatura Esperanza_, y que estos contaron la colaboración de la Policía Científica de la URI, Jefatura La Capital. También hicieron lo propio funcionarios policiales de la ciudad de Humboldt.