Incendió la casa por venganza
Tello procesado por la
muerte de su sobrina
Osmar Alcides Tello seguirá preso hasta juicio oral, imputado de “homicidio calificado”. Una nena de 8 años, Nahir Tello, murió carbonizada. Para el juez el agresor puso en peligro al resto del vecindario.
Juliano Salierno
Saber que su hermano quedará preso lleva algo de sosiego a Adriana, que esta mañana se sorprendió con la noticia de que Osmar Alcides Tello estaba procesado por el incendio en el que murió su hijita de 8 años. “No estábamos enterados” se sobresaltó la mamá de Nahir.
El juez de Instrucción Penal, José Manuel García Porta, dictó la medida el jueves pasado, por el delito de “homicidio calificado por el uso de un medio de peligro común”. Además, dispuso la “prisión preventiva” solicitada por el fiscal Juan Pablo López Rosas.
La causa radicada en el Juzgado de Instrucción Primera se inició el 1º de julio. Esa madrugada ardió una precaria vivienda del barrio Chaqueño, al noreste de la ciudad. En el incendio murió carbonizada una nena de 8 años, mientras que otros siete pequeños lograron escapar de las llamas con ayuda de los vecinos.
En el transcurso de la mañana, los peritos de la Agrupación Bomberos Zapadores de la Unidad Regional Uno confirmaron lo que para Adriana era evidente. El incendio había sido intencional y su hermano Osmar, de 27 años, era el principal acusado.
La policía que lo arrestó en su casa de calle Hernandarias al 2200, en el barrio María Selva, encontró dos botellas con líquido inflamable color verde, “que guarda directa relación con el utilizado para incendiar la vivienda”, confirma la resolución judicial.
Abuso sexual
Aunque el acusado negó en la indagatoria ser quien quemó la casa de calle Lavalle al 7900, y volvió a hacerlo durante la ampliación, son varios quienes lo señalan con más de un motivo.
Adriana Guadalupe Tello fue la primera en hacerlo. Lo dijo desde un primer momento y lo sostuvo durante el careo en Tribunales. La mujer, que tiene 32 años y le quedan seis hijos de entre 5 y 15 años que proteger, ya no tiene miedo.
La presencia de Tello en el lugar el día del incendio fue confirmada por dos de los chicos, que aterrorizados recuerdan la voz de su tío Osmar que les gritaba desde afuera e incluso se habrían escuchado disparos. Un vecino que se presentó a declarar también acusó a Tello, y aseguró haber oído las amenazas antes de que se iniciara el fuego.
Para Adriana se trató de una venganza, porque lo había denunciado por el abuso sexual de una de sus hijas hace algún tiempo. A cuenta de eso Tello le juró que le quemaría la casa con todos adentro y la promesa un día se cumplió.
Como si fuera poco, los dichos de la mujer fueron “corroborados por una asistente social”. Para la Justicia está claro que “la denuncia de la madre provocó el encono y enemistad” del imputado.
“Pobreza extrema”
Para fundar su resolución, el juez García Porta indicó que “el inicio del fuego provocó peligro a las viviendas linderas”; y sostuvo que para que esto ocurriera se necesitó de “un acelerante”, en este caso un “líquido inflamable” como la nafta u otro similar.
Era una casa precaria, sostenida por postes de madera, que no tardó en desmoronarse. El hecho de que la destrucción de la casa fuera total se vio “agravado por la extrema pobreza de los damnificados”.
Se deduce su “intención homicida” porque las personas estaban durmiendo, incluso suponiendo que allí también estaba la madre, que esa noche debió acudir al hospital Cullen por una dolencia.
Por último, García Porta indicó que “ante la gravedad del delito” corresponde una pena de “prisión perpetua”, por lo que marcó la necesidad de mantenerlo encerrado hasta su condena por el peligro de fuga que la pena posible implica.