Lengua viva

¿Estamos hablando de lo real o de lo ideal?

Evangelina Simón de Poggia

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Mucho ha sido lo publicado y conversado sobre las problemáticas que sostienen nuestros niños y jóvenes en el ámbito cognitivo y en el desarrollo de capacidades operatorias que les permitan construir el conocimiento. Tratamos de buscar responsables: lo metodológico, el sistema, las autoridades, la familia, el docente, el alumno, el momento histórico-político-social, lo económico, los intereses foráneos, etcétera, etcétera. Lo cierto es que una multiplicidad de factores se integran para obtener resultados altamente preocupantes.

A lo expuesto se le agregan factores imprevisibles como la gripe A, más adelante será el dengue y más adelante... ¡quién sabe! Ante semejante situación las medidas tomadas parecen correctas: las clases se suspenden y cada uno a su casa. Las autoridades, la familia, el alumno y los docentes: satisfechos. Es lógico, está en riesgo la salud y, en algunos casos, la vida. Las autoridades sanitarias previenen con buen tino y las educativas, obviamente, las siguen. Las vacaciones no se pueden adelantar, si tenemos en cuenta el respeto por la integración y convivencia familiar que, además, tienen, en muchos casos, como mira inmediata las vacaciones de invierno, el viaje, el hotel señado, etcétera. ¡Son muchos los problemas a considerar! Y, para hacerle un nudo al proceso que asegure el cierre, se está pensando en alargar una semana más las vacaciones. El Ministerio de Educación dispuso alternativas programáticas de contenidos y ejercitación de los mismos con aprovechamiento de la tecnología; el objetivo evidente fue que los aprendizajes de los alumnos continuara. Por supuesto, para el logro de lo planificado, según declaraciones de algunos especialistas, se cuenta con la participación de los padres, los cuales deberán disponerse gozosos a ayudar a sus hijos en los aprendizajes. La pregunta es: ¿lo podrán hacer?¿Dejarán de trabajar? ¿Podrán elegir otras alternativas de ayuda que les suponga una erogación económica?

Mientras tanto, los niños y los jóvenes están un poco confundidos al ver cómo se mueven las piezas de este mosaico local, armando una mixtura bastante compleja: sus padres fueron a votar a pesar del conglomerado de gente; los cines y teatros abrieron; los bares y restaurantes nunca cerraron y, ayer, estaban repletos de gente celebrando el Día del Amigo; los partidos no se suspendieron, pues se hacían al aire libre; el barbijo parecía ser un principio de solución preventiva, pero, hoy, no sabemos, en realidad, si sirve o no, salvo que se esté contagiado; no tenemos conocimientos fehacientes con respecto a en qué instancia se encuentra la curva de la gripe, en fin, esto es un caos de incongruencias y nuestros jóvenes se están sonriendo, observando el accionar de los adultos.

El pensamiento que nos acosa es: ¿hablamos y accionamos desde lo real o desde lo ideal? Ya no sabemos qué pensar. ¿Y usted?