¿Esquí o Snowboard?

TROTAMUNDOS DE LA NIEVE

Cada año, durante los meses de verano, cientos de instructores de esquí y snowboarders argentinos migran hacia el hemisferio norte para ejercer su profesión. A su regreso a los centros de esquí nacionales, la histórica rivalidad entre surferos y palilleros se reaviva. Te contamos el porqué de la disputa y qué te conviene aprender.

Ángel Perticará

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El fin del otoño y los principios del invierno son tiempos de cambio en Patagonia.

De a puñados, cual peregrinos de las montañas, los instructores de esquí y snowboard nacionales comienzan a retornar a sus ciudades de origen luego de pasarse el verano austral “haciendo la temporada” en Europa y Estados Unidos.

Andorra, Austria, Aspen, Francia son algunos de los países y centros de esquí que cobijan año tras año a cientos de nuestros “trabajadores de la nieve”, que viajan motivados por el ánimo de vivir de hacer lo que más les gusta y el fin de lucro.

San Carlos de Bariloche, Ushuaia, San Martin de los Andes, Villa La Angostura y Esquel son ciudades protagonistas de este fenómeno social que comenzó a incrementarse sensiblemente luego de la salida de la ley de convertibilidad, cuando la relación de cambio entre euros y dólares y la moneda nacional intensificó el interés de los instructores de viajar al Viejo Mundo a continuar cultivando su oficio.

Esta masiva vuelta de los protagonistas del invierno a los parques de nieve nacional, reaviva años tras año la sana rivalidad entre las “tribus” de esquiadores y snowbordistas.

La previa a la temporada nívea se inicia en casas de amigos o bares, escenario natural de las clásicas cenas de bienvenidas con las cuales los afectos locales reciben a los trotamundos de la nieve.

Palilleros y Surferos

Los esquiadores han sido pícaramente calificados como “palilleros” por los snowbordistas, los cuales se autodenominan “surferos”, y convocan a su tribu a los amantes más jóvenes y snob de la nieve.

La disputa se hace patente en todos y cada uno de los pasajes de la temporada invernal: existe equipamiento especializado para cada una de las tribus, bares que reúnen a cultores de una y otra filosofía de montaña, eventos y competencias exclusivos y hasta fiestas orientadas a snowboardistas o esquiadores.

Los palilleros son, según los surferos, parte de la vieja cultura de montaña. Esa heterogénea familia de amantes de la montaña invernal compuesta por las clásicas familias de esquiadores que vienen desde distintas partes del país y del globo a probar la nieve, jóvenes, adultos y hasta estudiantes en viaje de fin de curso.

Los palilleros son dueños de una filosofía cancina sobre el disfrute de la nieve que se sintetiza en levantarse bien temprano, esquiar durante todo el día y acostarse temprano para contar con suficientes energías al día siguiente para volver a disfrutar de los esquís y la nieve.

Los surferos son la tribu transgresora de los parques de nieve. Un clan que reúne casi exclusivamente a gente muy joven, amante de la música electrónica, las fiestas que se prolongan hasta altas horas de la madrugada y la indumentaria vistosa y ancha, muy ancha, que denote una clara diferencia con sus parientes los palilleros.

Chicos malos

La disputa comenzó a finales de la década del 80´ cuando los “chicos malos” irrumpieron en los parques de nieve transformando su paisaje. Cuando las primeras generaciones de snowboarders comenzaron a merodear las montañas no existían snowparks ni nada parecido, solo pistas de esquí pensadas para…esquiadores.

Los pioneros de esta nueva forma de expresarse en montaña tuvieron que agudizar su imaginación y buscar entre las pistas y en las inmediaciones de los paradores alguna roca, montículo de nieve, baranda o escalón congelado que los mandará a volar y les permitiera probar trucos y piruetas.

Esta intromisión en “su” montaña no fue muy bien recibida por los esquiadores de entonces, y con las primeras quejas sobre el comportamiento de aquéllos a patrulleros, operadores y gerentes de centros de esquí surgió una sana rivalidad que se mantiene hasta nuestro días.

Como en la diversidad está el atractivo, los centros invernales no tardaron en adoptar a los surferos y generaron espacios para que éstos puedan dar rienda suelta a la afición incorporando en su trazado a los “snowparks”, o parques para el entrenamiento y perfeccionamiento del snowboard.

Cuestión de números

Hoy todos los centros de esquí argentinos cuentan con uno de estos parques divididos por secciones para principiantes, avanzados y profesionales, lo que da la opción a los novatos de aprender y a los profesionales (pro, en la jerga de la tribu surfera) de progresar.

La atención que las empresas encargadas de conducir los destinos principales de nieve de Argentina le dispensan a los snowboarders es tal, que muchas ya cuentan con personal especializado que se encarga de mantener y modelar los snowpark todos los días, asegurando excelentes condiciones para esta creciente tribu de amantes de la nieve.

Con el paso del tiempo y la evolución de estilo “freestyle”, forma de expresarse en la nieve sin libreto previo y que propone desplegar la mejor prueba que cada mortal sea capaz de hacer y vivir para contarla, las tribus de esquiadores y snowboarders fueron hallando un punto de encuentro.

Ser muy pro, es el único requisito para practicar esta variante del esquí y del snowboard y el talento que ello implica es una cualidad que uno y otro clan respeta, de ahí que la amistad, más allá de las apariencias y chistes de rigor, sea el valor impera entre estas dos tribus de cultores de la montaña invernal.

TROTAMUNDOS DE LA NIEVE

Una misma pasión. Además de la nieve, el riel de ascenso a las pistas es uno de los pocos vínculos que existen entre pandilleros y surferos.

Foto: Ángel Perticará.

TROTAMUNDOS DE LA NIEVE

Eventos mundiales. Las pistas argentinas han sido sede de numerosas competencias de primer nivel internacional.

Foto: Ángel Perticará.

trotamundos de la nieve

TROTAMUNDOS DE LA NIEVE

Pistas separadas. Los centros de esquí en Argentina han sabido adaptarse a las demandas de ambas actividades.

Foto: Ángel Perticará.

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Palillero. El esquí convencional también tiene su cuota de adrenalina.

Foto: Ángel Perticará.

TROTAMUNDOS DE LA NIEVE

Surfero. El snowboard ha permitido a los más arriesgados a innovar en las técnicas.

Foto: Ángel Perticará.

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¿ESQUÍ O SNOWBOARD?

Los amigos, familiares o instructores conocidos suelen contestar con la misma respuesta a toda aquella persona que esté intentando decidir la actividad invernal que comenzará a practicar, con el “vos tenés cara de...” o, “tu onda es más de...”

Más allá que los caracteres de una u otra persona se adecuen a los cultivados por los esquiadores o snowboarders, lo cierto es que hay cuestiones de fondo que son convenientes tener en cuenta.

En primer lugar, el esquí es un deporte más versátil que el snowboard ya que además de permitir desandar los trazados de los parques de nieve, una vez aprendida la técnica y con solo algunas mínimas modificaciones en el equipamiento, brinda la posibilidad de incursionar en todo un arco de otras variantes del deporte que permiten conocer los lugares más recónditos de las montañas.

En esencia, el esquí permite a sus cultores trasladarse por todo tipo de superficie nívea, lo cual no necesariamente tiene que involucrar a un parque de nieve. En esquís no solo es posible de disfrutar de fueras de pista extremo, sino también alcanzar cumbres nevadas, o andar por kilómetros practicando esquí de travesía.

Por su parte, el snowboard es un deporte que más allá de la posibilidad de practicarlo fuera de pista, está casi circunscripto a los parques de nieve y sus snowparks asociados.

Una vez decidido qué deporte practicar, el paso siguiente es ver su grado de dificultad y cuánto tiempo lleva familiarizarse con la técnica y practicarlo por cuenta propia.

Todos los instructores consultados nos dieron la misma respuesta: todo depende de la persona, sus ganas, condiciones físicas y experiencia previa, entre otras variables.

Algunas personas, luego de una o dos jornadas de clases logran dominar con soltura las técnicas básicas, otras, requieren de un mayor tiempo de práctica, pero en general, el grueso de los novatos sale esquiando o surcando las montañas en tablas de snowboard luego de una semana ininterrumpida de estar en contacto con la nieve y el instructor.

Como siempre, para iniciarse con éxito en una actividad de montaña conviene hacerlo de la mano de un instructor o guía especializado.

Hoy todos los parques de nieve en nuestro país cuentan con un equipamiento especialmente pensado para facilitar el acceso y aprendizaje tanto del esquí como del snowboard. A las pistas y snowparks especializados en uno y otro deporte se le agregan comercios de alquiler de equipos y escuelas de instrucción expertas por lo que solo es cuestión de elegir la que más nos juste, calzarnos las tablas, y comenzar a divertirnos y aprender nuestro deporte invernal favorito.