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“Tramas criollas”

J.M. Taverna Irigoyen

Ruth Corcuera es una de las investigadoras argentinas sobre arte textil, cuyo trabajo más ha trascendido internacionalmente. Sus estudios abarcan el tema desde los más opuestos confines: Europa, África, el continente americano. Y los aportes que han emergido de tales estudios -“Mujeres de seda y tierra” (2006), “Arte textil andino” (1987), “Cuadernos del Sahara” (1991), “Ponchos de las Tierras del Plata” (2000), “El arte del algodón en Catamarca”(2005)- confirman un rigorismo ejemplar dentro de la disciplina. Ruth Corcuera dirige actualmente el Departamento de Antropología Cultural de Ciafic (Centro de Investigaciones en Atropología Filosófica y Cultural de la Asociación Argentina de Cultura) y es Miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes.

El libro “Tramas criollas” que acaba de aparecer, precisamente bajo el sello editor de Ciafic, reúne una serie de trabajos compilados por Corcuera y María Cristina Dasso. Es una contribución importante, concretada en homenaje a dos distinguidos investigadores como lo fueron Susana Chertudi y Ricardo Nardi, donantes de su biblioteca al Centro de Investigaciones de la Asociación Argentina de Cultura.

El volumen abarca -en cuatro cuerpos debidamente definidos- catorce trabajos sobre el textil en nuestro territorio. Corcuera firma investigaciones concretadas en torno al arte textil andino, sus circuitos de integración, herencia y memoria. Asimismo, define y urga en torno a las defensas patrimoniales en la materia, eslabonando con precisión los nombres de Ricardo Rojas, Canal Feijoó, Domindo F. Sarmiento y su censo de tejedoras de 1876, con los estudios previos del naturalista Ricardo Napp. ¿Acaso puede soslayarse que, hacia fines del siglo XIX, la Argentina poseía en las provincias del noroeste, del nordeste y centro, más de 60.000 tejedores e hilanderos? Finalmente, Corcuera analiza acerca de la continuidad del patrimonio, la importancia de educar para el encuentro. Y se pregunta, con lúcida ubicación, si una tarea atribuida por lo general al mundo femenino como es el arte textil, se podría transformar en uno de los caminos que conduzcan más allá de la ejecución de una simple obra. Y reflexiona: “Mirar más allá de las apariencias, mirar en profundidad, es caminar hacia la interioridad del otro. Miremos el cielo, el monte, las manos que tejen, tallan o labran”.

El libro contiene en la primera parte una excelente contribución investigativa de Nélida De Grandis sobre los torteros y telares en Santa Fe La Vieja. Asimismo, Cristina Minutolo firma un trabajo sobre Belgrano y su proyecto industrial de fábricas de paño, producciones de cerámica y papel, que lo ubican (junto a su familia) como un auténtico precursor de la industria rioplatense.

En esta compilación, aparecen también textos de los dos homenajeados sobre los tejidos araucanos en la Argentina; aportes patagónicos de Eduardo Crivelli, Mabel Fernández Cecilia Pérez de Micou, Silvana Di Lorenzo y María Pía Villalonga y enfoques investigativos sobre conservación, tejidos tradicionales del arte popular, los destinos del monte en la perspicaz mirada de Ricardo Paz sobre la Madre Tierra.

“Tramas criollas” constituye, dentro de su acertado proyecto colectivo, una contundente mirada sobre el arte textil en la Argentina, cuya ejemplaridad de enfoques no desoye que hay un patrimonio intangible que no podemos desconocer, que es espiritual. Y que debe ser difundido adecuadamente.

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