Preso en San Justo

Va a juicio por llevar marihuana

De la Redacción de El Litoral

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Un chofer de remís de 33 años, conocido por el apodo de “Chimenea”, se encuentra alojado en la Alcaidía de la Unidad Regional XVI de San Justo, 100 km al norte de la capital provincial, donde aguarda el día del juicio oral por una causa por tráfico de drogas.

José Daniel Molina está junto a otros seis presos procesados por la Justicia provincial por delitos comunes. Lo trasladaron desde Santa Fe el 1º de julio, tras un pedido del abogado defensor Claudio Torres del Sel, para que estuviera más cerca de su entorno familiar. El mes pasado -10 de junio-, el juez Federal Nº 2, Francisco Miño, lo procesó como “presunto autor responsable del delito de transporte de estupefaciente con fines de comercialización; y tenencia de estupefacientes para consumo personal”, infracciones previstas en la ley Nº 23.737.

En su resolución, el juez Miño confirmó la prisión preventiva, por lo que su defensor formuló el “requerimiento de elevación a juicio”, que se substanciará en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe. La fiscal Cintia Gómez le atribuye a Molina la comercialización de 885 gramos de marihuana bajo la modalidad de “delivery”.

Allanamientos

Si bien la causa se inició en octubre de 2008, época en la que comenzaron a recolectar filmaciones y escuchas telefónicas, la detención se logró recién el 30 de mayo pasado, cuando una comisión de la Dirección de Prevención y Control de Adicciones del departamento San Justo lo interceptó en el peaje de Videla, cuando circulaba por Ruta Nº 11.

Iba en un Chevrolet Corsa que usaba como remís. Llevaba un “trozo compacto de forma rectangular” de marihuana debajo del asiento trasero, del lado del acompañante. Le incautaron dos celulares, una libreta de anotaciones y una billetera con documentación, entre otros elementos.

Ese mismo día allanaron su domicilio de San Justo, en calle Nicolás Figueredo al 2200, frente al campo de deportes del Club Colón. Su mujer permitió el ingreso de los uniformados, que con una orden del juez revisaron la casa. Encontraron otro poco de droga que sería para consumo personal. Más tarde se dirigieron a una obra en construcción en Sarmiento al 2000, también de su propiedad, pero la búsqueda fue negativa.

Mensajes de texto

El 11 de febrero intervinieron un teléfono celular con característica de San Justo que utilizaba Molina, y el 23 de marzo hicieron lo mismo con otro, también de su propiedad. Entre los mensajes que destacaron los investigadores figuran algunos del tipo: “Chime, traeme treinta al mismo lugar ahora porque me voy al río. Bala”. A esa altura del mes Molina “carecía de material estupefaciente para entregar a varios de sus clientes”, razonó el juez, entonces se habría contactado con su proveedor con el que acordó una compra para el 30 de mayo.

El contacto es un santafesino apodado “Tatú”, con antecedentes por narcotráfico, según se pudo acreditar en la causa. El celular con característica de la capital y el viaje que hizo Molina confirmarían las sospechas. En cuanto a las conversaciones, “se estructuran, generalmente, en pedidos por parte de los consumidores, mención de precios o de una cantidad equivalente a un precio y acuerdos acerca del lugar de encuentro para la entrega”. Otro mensaje anterior apoya la afirmación: “Chimenea tene (tenés) para serme (hacerme) una onda de faso (porro) soy Bala”.

Va a juicio por llevar marihuana

“Delivery”. Para la fiscal el acusado comercializaba la droga bajo la modalidad del servicio puerta a puerta.

Foto: Archivo El Litoral