LE PROHÍBEN SALIR DEL PAIS

Como hace 15 años, Telleldín

está sospechado por la Amia

La Justicia puede volver a investigarlo por el atentado que causó la muerte de 85 personas. El ataque se produjo el 18 de julio de 1994 y Telleldín fue el primer sospechoso de lo que se llamó “la conexión local”.

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Télam/DyN

A 15 años de que se convirtiera en el principal sospechoso del atentado, Carlos Telleldín, el ex reducidor de autos que tuvo en sus manos la camioneta-bomba que voló la AMIA, tiene prohibido salir del país porque la Justicia puede volver a investigarlo por la masacre.

Por pedido del fiscal Alberto Nisman, la jueza federal María Servini de Cubría, subrogando a su colega Rodolfo Canicoba Corral durante la feria judicial, firmó la prohibición para Telleldín, con el fin de “neutralizar los riesgos procesales que atenten contra la realización del proceso penal”.

Es que la Corte Suprema de Justicia abrió la vía judicial para que el ex reducidor de autos y actual abogado pueda ser nuevamente investigado, pese a haber sido absuelto junto a un grupo de policías bonaerenses en el juicio oral y público que se sustanció contra la llamada “conexión local” del atentado.

Como la Corte anuló el fallo de Casación que confirmaba el resultado de aquel juicio, el fiscal Nisman reclamó que se tomaron las medidas necesarias a fin de evitar que el imputado pudiera escapar del país. “Queríamos asegurarnos de que se hiciera presente en el juzgado si teníamos que llamarlo a declarar”, aseguró.

Ahora, Casación “tiene que dictar un nuevo fallo siguiendo los lineamientos dados por la Corte, pero queremos garantizar que el juicio pueda realizarse y que Telleldín esté a derecho”, explicó el fiscal Nisman a esta agencia.

Telleldín se convirtió en el primer sospechoso de haber preparado la camioneta Trafic que se usó para volar la AMIA el 18 de julio de 1994, y fue detenido una semana después del ataque, cuando el motor encontrado entre los restos de la mutual judía condujeron a los investigadores hasta él. Luego de sostener durante dos años que le había vendido la camioneta a un sujeto con acento centroamericano llamado Ramón Martínez, en julio de 1996 Telleldín cambió su versión y reveló ante el entonces juez Juan José Galeano que, en realidad, había sido “apretado” por un grupo de policías para entregar el vehículo. Y aseguró que no sabía nada de para qué iba a ser usado.

Según dijo, los policías que lo obligaron a ceder la camioneta eran hombres del ahora ex comisario Juan José Ribelli, quien en esos tiempos ocupaba la Jefatura de la División Sustracción de Automotores de la Policía Bonaerense y era considerado el “ahijado” del jefe de la fuerza, el fallecido comisario Pedro Klodzcyk.

Así, Galeano arrestó a una veintena de policías. Ribelli, Raúl Ibarra, Anastasio Leal, Mario Bareiro y Diego Barreda quedaron acusados junto a Telleldín de haber participado en el ataque, mientras que otra quincena fueron presos, sospechados de delitos graves no vinculados a la explosión. Luego de casi tres años de juicio, el 2 de septiembre de 2004 el Tribunal Oral Federal 3 anuló las evidencias reunidas durante la instrucción de la causa y absolvió a todos los acusados, tras denunciar el pago ilegal de 400 mil dólares.

postura de la corte

La Corte Suprema sostuvo que “es arbitraria” la sentencia absolutoria, máxime si se contempla “la magnitud del delito investigado en lo que ha sido llamada la causa más compleja de la historia judicial del país con 85 muertos y 120 lesionados”.

Para el TOF 3, Galeano no había sido imparcial y por eso debía anularse su actuación, no sólo sobre los policías, sino también sobre Telleldín porque, entendió, “se utilizaron probanzas” en su procesamiento obtenido en la “causa Brigadas”. En 2006, la Cámara Nacional de Casación Penal respaldó ese criterio, pero el 27 de mayo último, en un fallo dividido, la Corte determinó que sólo podía anularse la causa desde la apertura de la “causa Brigadas”, pero debía quedar en pie lo que se había hecho hasta ese momento.

Como hace 15 años, Telleldín está sospechado por la Amia

Carlos Telleldín tuvo en sus manos el coche bomba que voló la sede de la mutual judía.

Foto: Archivo El Litoral