Jóvenes abuelos  de sesenta y pico

Zulma siente al actuar “como una luz que nos sostiene, una luz que nos impulsa, que brilla dentro nuestro y nos permite despertar alegría”.

Jóvenes abuelos de sesenta y pico

Bailan, cantan y arman coreografías. Ríen, lloran y emocionan. Ésa es la historia de “En colores, abuelos creativos” de Upcn, el grupo que busca “hacer algo creativo para dibujar sonrisas” en otros. TEXTOS. FLORENCIA ARRI. FOTOS. LUIS CETRARO Y GENTILEZA UPCN.

“De tantos sinsabores del camino, ser abuelo es el broche de la vida, ser abuelo es un premio del destino”. En el poema de Hugo Mataloni al que pusieron música sus voces se alzan sin pudores, con la cadencia de quien hace propias las palabras. Es que, para cada uno de estos treinta “abuelos creativos” cada ensayo es un reencuentro, cada puesta un “mensaje de alegría, de que a nuestra edad todavía se puede hacer algo más que pasar todo el día en una silla”.

A sus 83 años, enfundado en una remera amarilla con mangas azules, Tito hace honor a lo que dice. Minutos antes bailó al ritmo del swing y del mambo, cantó con sus compañeros y coincidió con Olga en que lo suyo “es una fiesta. Para nosotros es divertido, la pasamos bien. Muchos vivimos solos, y salir para estar con los compañeros es todo en la vida”. Del otro lado del salón, “Maruca” -María del Valle- contrapuso su realidad. Dijo que “en mi casa somos ocho entre mayores y agregados; por eso, cuando vamos a lugares donde hay personas solas y tratamos de hacerlos felices me planteo cuál es el problema de vivir con tanta gente, porque al final estás acompañado”.

La historia de este grupo de abuelos se teje día a día con solidaridad. “En colores, abuelos creativos” nació hace seis años como iniciativa conjunta de Marisel Sampó, su directora, y de la Secretaría de Formación Profesional, Sindical y Acción Cultural de Upcn. En 2003, en días en que otras familias sufrían las consecuencias de la inundación del Río Salado, su propuesta fue “formar un grupo, distinto de un coro, para llevar alegría a quienes estaban en centros de evacuados, tratando de salir de la inundación”, contó Marisel. Todo parece indicar que el propósito se alcanzó con creces. Este grupo de artistas que descubrió sus dotes en la adultez ensaya dos veces por semana en la Sede Social y Cultural del gremio, donde preparan las coreografías, intercambian recetas e historias mientras algunos chicos gatean a su alrededor. Se trata de los nietos que les dejan en cuidado, primeros espectadores “porque a veces los ensayos coinciden con los días que tenemos a nuestros nietos, entonces los traemos y ellos también se divierten, lo disfrutan mucho”, agregó Roberto. “Nadie se queda afuera, incluso integramos al marido o la señora, para que no quede esperando en casa; y aún cuando no se animen a bailar y cantar se terminan sumando de algún modo”, agregó Marisel.

IDA Y VUELTA

En sus historias, en sus rostros y voces se hace evidente la esencia que los une: en palabras de Marisel, “hacer algo creativo para dibujar sonrisas en otras personas”. Durante todo el año, este grupo de abuelos lleva su espectáculo a escuelas, centros asistenciales, unidades penales, geriátricos y donde los llamen. Allí donde pidan su presencia llegan en su transporte e improvisan un escenario que llenan de canciones, de brillo, música en vivo y números coreográficos. “Lo nuestro es un ida y vuelta, es venir a sentirnos bien y a la vez brindarnos a los demás con una mezcla de cultura, de arte y solidaridad, un poco de todo lo que tenemos adentro”, comentó su directora. “Si no lo tomáramos como hobby no lo haríamos -expresó Gabriela-. Nos gusta reunirnos y alegrar a la gente. Lo pasamos bien y, si bien nos divertimos, al cantar algunos temas nos emocionamos hasta las lágrimas, aún cuando los cantamos más de diez veces. Lo nuestro es una vocación de servicio, que muchas veces no es fácil”.

Más allá de las vivencias y las palabras, la emoción es en ellos la expresión constante. “Es difícil porque a veces vamos donde hay personas que sienten mucho dolor y entramos a lagrimear -dijo Tito-, pero ellos se brindan también a nosotros, se divierten y aplauden, y eso genera un sentimiento muy lindo... Las nuestras son lágrimas de emoción, que salen del corazón”. Angélica, por su parte, contó que “a veces siento tristeza de ver personas que no pueden hacer lo que nosotros... Es difícil cantar que la vida es bella a quienes tienen vidas más difíciles”. Beba, en cambio, dijo sentirse “plena cuando estamos ahí... damos de nosotros todo lo que podemos, todo lo que tenemos”. Zulma, por su parte, siente al actuar “como una luz que nos sostiene, una luz que nos impulsa, que brilla dentro nuestro y nos permite despertar alegría”.

Parte de esta entrega no parece ser fácil. En fines de semana o incluso por las distancias de los lugares donde piden su presencia, a menudo estos abuelos vuelven a casa en horas de la madrugada; tiempo que se suma a los ensayos semanales que requiere preparar cada actuación. En labios de Belkis estos esfuerzos tienen su justificación: “cuando una trabajó toda una vida y se jubila empieza a hacer lo que no pudo antes. Entonces te reunís con tus pares y te das cuenta que tenés algo que compartir... Más de una vez uno llega con sus problemas, como tenemos todos, y siempre hay quien te presta un oído porque los jóvenes ya no tienen tiempo de escucharte. Llegamos con el paquete tan pesado que no podemos ni colgarlo; pero en el grupo encontrás otro que está peor que vos, que tiene un dolor mayor y terminás consolándolo... Cuando salís, el paquete se volvió tan liviano como una pluma, porque el que uno tenía ya no es problema”.

“LO LOGRAMOS”

Dejar la familia en casa, llevar consigo a los nietos que les dejan en cuidado, aprender canciones y pasos nuevos y hasta lengua de señas para incorporarlas a una canción. Como parte de su actividad, estos abuelos creativos enfrentan nuevos desafíos en cada puesta y ensayo. En palabras de Beba, “tenemos la suerte de contar con una profesora joven y muy creativa que nos desborda y moviliza... Un día nos mostró el video de un ballet ruso, nos dijo que lo teníamos que hacer... y lo logramos”; sólo en el brillo de sus ojos se dimensiona su inmensa satisfacción.

Para quien los dirige, sin embargo, “son ellos quienes generan todo, yo sólo les tiro ideas. Ellos crean los números y logran emocionar al público. Estoy convencida de que llevamos una cuota de sana alegría de vivir al interactuar con otros abuelos y con públicos diferentes, desde chicos y adolescentes a jóvenes y adultos. Es maravilloso lo que generan en la gente, en los espectadores. Los abuelos ven esa respuesta y de ella toman fuerza para seguir adelante, para seguir haciendo”.

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“Un día nos mostró el video de un ballet ruso, nos dijo que lo teníamos que hacer... y lo logramos”, contó Beba.

Durante todo el año, este grupo de abuelos lleva su espectáculo a escuelas, centros asistenciales, unidades penales, geriátricos y donde los llamen.

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“SON NUESTROS ABUELOS SABIOS”

“En colores, Abuelos Creativos” es un taller que depende de la Secretaría de Formación Profesional, Sindical y Acción Cultural de Upcn, donde se recepcionan las solicitudes de actuación y se elabora su cuidada agenda. Allí también se canaliza el pedido de los colectivos que el gremio pone a su disposición para el traslado de los abuelos. Desde la Secretaría expresaron que “desde el lugar que han encontrado en nuestro sindicato, ellos nos representan, sensibilizan, nos otorgan tradición y valores junto al amor demostrado en gestos de respeto a las raíces, la historia y la experiencia. Son nuestros abuelos sabios, nos enseñan que compartir da alegría, que la generosidad, la energía y las ganas nada tienen que ver con el paso de los años”.

“Nuestros ‘abuelos creativos’ nos han representado a nivel nacional y en todo el interior provincial, los solicitan en escuelas, jardines de infantes, geriátricos, parroquias, vecinales, centros de jubilados, hospitales, cárceles de mujeres, instituciones benéficas, festivales de danza y salas culturales. Por derecho ganado con trabajo y un constante mensaje de esperanza, se han convertido en patrimonio de la comunidad santafesina”.

CONTACTO

Para contactarse con el grupo: Secretaría de Formación Profesional, Sindical y Acción Cultural de Upcn: de lunes a viernes, de 8 a 13, en Rivadavia 2513; o por teléfono al (0342) 4552233, o al 4550900 interno 144.