Carlos Yesciani
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Agencia San Justo
Miguel Restelli es el técnico del equipo campeón del torneo Apertura de la Liga Santafesina de Fútbol. Llegó a Colón de San Justo a fines del año 2008 con la única obligación de escaparle a la zona del descenso y finalizó dando una vuelta olímpica una noche fría, en la cancha de San Cristóbal de Ángel Gallardo.
Vive en la localidad de Emilia, donde nació, junto a su familia, que se compone de su mamá, hermanas, su esposa y dos hijos, uno de 17 y otro de 19 años, quienes no están vinculados al fútbol, sino que estudian.
De aspecto serio, de palabras justas y adecuadas, es un verdadero trabajador del fútbol. Así se lo define a Miguel Restelli, quien, después del campeonato, charló en forma muy distendida con El Litoral.
Haciendo un poco de historia, el técnico ganador recordó: “En Colón debuté como jugador en San Javier, reemplazándolo a Manuel Clariá que no pudo viajar, como marcador de punta. Recuerdo que José Luis Michea me preguntó si me animaba, le dije que sí; entonces, me puso y empatamos cero a cero. A la fecha siguiente era el clásico y ahí ya ingresé de titular, pero de puntero derecho”, recordaba el entrenador en sus comienzos como jugador con la roja y blanca.
Asimismo, se definió como el “niño mimado” de la década del ‘70: “Yo era un poco el niño mimado de los más experimentados como Raúl Cernotto y Luis Torres del Sel. Ellos me traían de Emilia y luego me llevaban. En ese momento había muy buenos jugadores; recuerdo también a Serenotti, Alberto, el “Chango” Cárdenas, Mareco Cardozo, y la pareja de centrales, que deben haber sido de lo más fuerte de Colón en su historia, como Hugo Noseda y Luis Romero; en el arco estaban Homilka y Cernotto, que alternaron bastante porque los dos se lesionaron. Era un buen equipo en general”.
Prueba superada
Luego, el camino de la charla pasó por su llegada a La Plata: “Cheves me quiere llevar a Colón de Santa Fe, pero el “Pato’ Rossi me dice que en Gimnasia de La Plata estaban probando jugadores”, se acuerda con precisión. Agrega que “de Gimnasia de Ciudadela iban cuatro; se pusieron de acuerdo con la gente de Colón. Y fue precisamente Rossi quien me acercó a Juan Urriolabeitia, quien me llevó a La Plata. Ahí jugué seis años en primera, ya que comencé en el año 1975 en Gimnasia.
“Lamentablemente, por una grave lesión en mi rodilla, en 1979 me tuve que ir porque por mi nivel físico, debido a la lesión, ya no podía rendir como quería y, entonces, a los 25 años, tuve que dejar de jugar al fútbol”, se lamentó.
Una nueva etapa
Después de ese momento, comienzan sus vinculaciones como técnico. En ese sentido, Restelli rememoró: “Lo conocí a Ricardo Rezza por medio de un amigo. Él había agarrado el fútbol amateur de Gimnasia; entonces, me acerqué con apenas 30 años y empecé a trabajar junto con Rezza. Lo hicimos por un año y medio, luego seguí con Eduardo Solari hasta 1996 y ese año me volvió a llamar Ricardo para venir a Colón de Santa Fe.
“La verdad es que desde muy chico soy hincha del sabalero. Por suerte, me tocó estar en la institución durante la presidencia de Néstor Vignatti, un hombre que hizo crecer al club de una forma impresionante, y haber sido partícipe de ese crecimiento me llena de orgullo. Recuerdo cómo nació el predio ubicado a la vera de la autopista: nosotros le decíamos a Vignatti que, al haber una muy buena infraestructura, el fútbol de inferiores iba a crecer muchísimo y con el tiempo le iba a dar a la institución muy buenos resultados”, agregó.
La llegada a Colón de San Justo
“Haber llegado a Colón de San Justo fue una bendición de Dios. Llego a mi casa, a mi pueblo, con la tranquilidad que tiene el interior, y sumado a esto, toda la infraestructura de Colón para trabajar a un alto nivel. Lo único que nos falta es que los jugadores sean profesionales, pero, por infraestructura, Colón es superior a varias instituciones que hoy en están en primera división, de eso no tengo dudas”, manifestó Restelli.
A continuación, el técnico dijo convencido: “Cuando me llamó la gente de Colón de San Justo, siempre tuve en claro que venía a salir campeón, no me entraba otra cosa en la cabeza. Nuestro objetivo primordial era salir del descenso y jugar el Argentino C el año que viene. Acá ya logramos estos dos objetivos, uno, la clasificación al Argentino; el otro, el campeonato, y nos queda sólo seguir escapándole al descenso.
“A principios de este año, cuando tomamos el equipo, les mencioné a los dirigentes que había instalaciones de primer nivel y que también poseían muy buenos jugadores, sólo había que explotarlos y que ellos, a su vez, entendieran el mensaje y lo que uno pretende. De hecho que, al traer a los hermanos Barreda, Sanseverino y al arquero Franz, que ya los conocía, se hizo más fácil para todos comprender nuestro mensaje y sistema de juego”, reflexionó.
Sus metas
Hablando de sus objetivos a futuro, Restelli señaló: “Para el campeonato local, con estos jugadores me arreglo, pero para el Argentino tenemos que hablar con los dirigentes. Para entrar a una competencia como ésta, siempre digo que como mínimo tenés que estar en igualdad de condiciones con los contrarios para estar a la misma altura”.
En ese sentido, destacó: “Si nos sacan ventaja en presupuesto, infraestructura y demás, yo no sé si nos conviene entrar... Por eso es necesario hablar de todo eso. Hay seis meses para pensar cómo se hace, pero serán los directivos quienes tomen la decisión. De lo contrario, pasa que podés pasar la primera ronda o más, pero, a la larga, por cansancio o agotamiento de los jugadores, terminás afuera. A mí me gustaría estar en igualdad de condiciones con los demás para poder ganarlo”.
En el final, a la hora de los agradecimientos, Miguel señaló a la gente que hace muchos años le brindó la posibilidad de iniciarse en el fútbol en Colón de San Justo y recordó a hombres como “Chocho Berta; a los que ya se fueron, como Neme, y el tío Mente Bertola, que sin dudas fue un hombre importante para nuestro grupo. No sé si habrá otro en San Justo que haga lo que él hizo en el fútbol de Colón”, recapacitó.
“También quiero destacar el gran apoyo de José Luis Repetto, que me ofreció volver, y a toda su subcomisión... Hicieron un trabajo bárbaro, porque le metieron garra, fuerza; están en todos los detalles, pendientes de todo lo que necesitamos, y por eso creo que los resultados llegaron pronto. Tampoco me puedo olvidar de José Luis Michea, que fue el hombre que me inició en todo esto, que me llevó a San Justo y me enseñó cosas de técnico. Michea en aquel tiempo ya era un adelantado, ya nos hacía hacer pretemporada y concentrar en los años ‘70. Y yo también aprendí mucho de dos grandes técnicos, como Ricardo Rezza y Eduardo Solari, que es un hombre muy capaz. Rezza fue el que me dejó trabajar y tomar decisiones importantes en partidos en los cuales compartimos banco”.